El colapso en Urgencias se podría haber evitado con un pinchazo: ¿por qué ha fallado la campaña de vacunación antigripal?

A finales de noviembre, antes de que la gripe comenzase a llenar los servicios de urgencias, tan solo el 44% de la población española tenía la intención de vacunarse, según el Observatorio de Vacunación Antigripal en España 2023. Se trata de una cifra inferior a la de la pasada campaña, que fue del 49%. Y si miramos a los mayores de 60, la tasa de intencionalidad pasó del 80% de la campaña anterior al 74% en la actual, lo que impediría alcanzar las tasas de vacunación marcadas por Salud Pública. Unas predicciones que desde los centros sanitarios tienen la percepción de que se han cumplido.

De este modo, la campaña de vacunación contra la gripe no ha llegado, ni mucho menos, a todos los grupos diana y, por supuesto, tampoco a la población general. Y este es uno de los causantes de que las salas de espera de atención primaria y de los hospitales hayan estado llenas las últimas semanas y aún continúen del mismo modo. “Las coberturas de vacunación de este año han sido mucho más bajas que las del año pasado. Y si hubiésemos vacunado desde octubre con la suficiente celeridad e intensidad, podríamos haber tenido menos incidencia de infecciones respiratorias agudas por gripe y menos colapso asistencial”, sentencia el epidemiólogo Daniel López Acuña, que fue director de Acción Sanitaria en Situaciones de Crisis de la OMS. “Si hubiésemos vacunado más, no estaríamos donde estamos”, resume.

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Aunque la gripe de tipo A sea la que se está cebando con los españoles, Acuña suma las otras enfermedades respiratorias que pululan como cómplices necesarias en las salas de espera atestadas: “El tema del colapso no es solo la gripe. Es la gripe, el covid y el virus respiratorio sincitial; la denominada tripledemia”.

Grandes errores: vacunación pasiva y falta de información

El que fuera directivo de la OMS hace un análisis de qué ha fallado en la campaña de vacunación contra la gripe para que las coberturas hayan sido menores.

“Se ha cometido el error en todas las comunidades autónomas de vacunar muy pasivamente. Esto es esperar a que la gente viniera al centro de salud, no llamar a la gente y convocarla, no hacer vacunaciones masivas en polideportivos… Solo se ha hecho a demanda de la gente si era consciente o estaba informada”, apunta el especialista en salud pública. “Esto ha generado que tengamos diferencias de vacunación. El año pasado eran de más del 90% de cobertura en la población diana y hoy estamos alrededor del 50% de cobertura”, ejemplifica.

Una cuestión parecida ha ocurrido con la inmunización contra el coronavirus: “Lamentablemente, la vacunación contra el covid de esta temporada invernal, con la nueva vacuna que fue aprobada en agosto y que se empezó a poner en octubre, no ha tenido suficiente magnitud, no se ha internalizado… No se han mandado los mensajes correctos por parte de los sistemas autonómicos de salud de que había que vacunarse contra el covid en la población recomendada, que no bastaba con tener las vacunaciones anteriores. Entonces tenemos aún menos cobertura de covid que de gripe estacional”.

Presente y futuro: ¿qué se debe hacer?

La situación que se ha vivido hasta ahora es irreparable, pero todavía se pueden evitar infecciones graves por culpa de la gripe gracias a la vacunación. Y para ello, Acuña considera que “todos los sistemas autonómicos, con el apoyo del Ministerio de Sanidad, tienen que pisar el acelerador para vacunar en mayor grado y tienen que empezar a hacerlo ya. Esto lo digo porque todavía tenemos dos meses de temporada invernal, porque hay mucha gente que no se ha vacunado y porque esto nos puede ayudar a tener un mayor control de estas enfermedades respiratorias agudas por gripe”.

Para que la inoculación aumente, ahora y en futuras campañas de vacunación, el epidemiólogo considera que hay que abandonar la pasividad de la que hablaba: “En lugar de esperar a que la gente pida cita, se debe llamar a las personas que no estén vacunadas, como se ha hecho en años anteriores. No es que estemos inventando nada nuevo, es simplemente volver a la práctica de salud pública de ir a buscar a la gente y no esperar a que la gente venga. Llamarles, citarles y cada comunidad autónoma tendrá que organizarse”. En este sentido, considera que ponerse manos a la obra en vacunódromos, polideportivos o estadios “es muy eficaz”.

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Además, para evitar las infecciones respiratorias agudas, también es importante recurrir a la mascarilla en espacios públicos en los que haya aglomeraciones, “igual que en los espacios sanitarios y sociosanitarios”.

Todo ello –para este periodo de vacunación y futuros– debe ir acompañado de “una campaña de información pública muy contundente”. “En esto tienen mucho que contribuir los medios de comunicación, las autoridades sanitarias autonómicas y estatales y los profesionales sanitarios. Hay que dejar claro el mensaje de que hay posibilidades de evitar las infecciones graves con las vacunas”, señala al tiempo que pone especial énfasis en niños, mayores de 65, personas inmunodeprimidas, vulnerables, trabajadores sanitarios y en mujeres embarazadas. “Hay que vacunar contra influenza y contra el covid. Una en un brazo y otra en el otro”, añade.

Más allá de los citados grupos, que recogen las autoridades, Acuña también es partidario de bajar la edad de inoculación contra la gripe a los 60 y hacer hincapié en los niños pequeños. En cuanto al coronavirus, el que fuera directivo de la OMS considera que se debería vacunar a toda la población.

Aprender de los errores pasados puede ser clave para evitar muertes en un futuro. En la actual campaña de vacunación aún podemos salvar los muebles; y para epidemias de gripe venideras tenerlo en cuenta. Cabe destacar que, incluso antes de la pandemia, las coberturas de vacunación no eran óptimas: “Siempre ha habido espacio para mejorar la cobertura de la campaña de vacunación de gripe, porque ni la población le da la suficiente atención e importancia a la gripe estacional, que puede tener consecuencias mortales. No es un catarrito. Genera hospitalizaciones y mata personas”.