¿Qué pueden indicar los valores alterados de hemoglobina en un análisis de sangre?
Unos niveles alterados de esta proteína (tanto por exceso como por defecto), suelen no tener mayor relevancia, pero también pueden deberse a alguna patología que conviene identificar
Hay determinados valores de una analítica de sangre, como el colesterol o la glucosa, con los que estamos familiarizados. Pero hay otros cuyo significado se nos escapa, y que pueden preocuparnos cuando vemos que sus niveles no se ajustan a la media recomendada. Es el caso de la hemoglobina, una proteína presente en los glóbulos rojos cuya función principal es transportar oxígeno desde los pulmones hacia los tejidos y órganos del cuerpo, así como llevar dióxido de carbono desde los tejidos de vuelta a los pulmones para ser eliminado. La hemoglobina es esencial para el proceso de respiración celular y, por tanto, para la producción de energía en las células.
La hemoglobina es uno de los parámetros que vemos al realizar un análisis de sangre. El rango normal, explica la doctora Pilar Llamas Sillero, jefa del Departamento de Hematología y Hemoterapia de la Fundación Jiménez Díaz, “varía generalmente de 13 a 17 g/dL en hombres, y de 12 a 15 g/dL en las mujeres”.
Valores bajos de hemoglobina
Una cifra disminuida de hemoglobina en sangre puede estar causada por distintos trastornos de salud:
- Deficiencias nutricionales como falta de hierro, vitamina B12, o ácido fólico.
- Hemorragia: pérdida de sangre debido a lesiones, cirugía, menstruación abundante o problemas gastrointestinales.
- Enfermedades crónicas: enfermedades renales o inflamatorias.
- Enfermedades hereditarias: como la talasemia o la anemia de células falciformes.
- Cáncer.
- Hipotiroidismo.
Valores altos de hemoglobina
En cambio, continúa la especialista, “si un paciente presenta niveles de hemoglobina altos, puede deberse a una enfermedad pulmonar (como la enfermedad obstructiva crónica), a alguna patología cardíaca o bien a la policitemia, una enfermedad rara en la sangre”. En la policitemia, el cuerpo forma demasiados glóbulos rojos, lo que hace que la sangre sea más espesa de lo usual y se puedan producir coágulos, ataques cardíacos y apoplejías. “Esta es una condición crónica grave que puede ser fatal si no se trata”. Asimismo, la hemoglobina alta también puede ser ocasionada por la deshidratación, por fumar o por vivir a grandes alturas.
No obstante, el hecho de que la persona presente niveles anormales de hemoglobina en los análisis de sangre no siempre es sinónimo de que tenga una enfermedad, sino el reflejo de alguna alteración clínica subyacente que habrá que identificar y, a ser posible, corregir con el tratamiento adecuado. Además, nuestro estilo de vida, tratamientos médicos, características de la menstruación o hábitos de ejercicio son factores que pueden influir en los resultados obtenidos.
En cualquiera de los casos, siempre debe ser un especialista el encargado de valorar los resultados obtenidos en un análisis de sangre y, en caso de que los valores no sean normales o no se ajusten a los rangos establecidos, adoptar en consecuencia una decisión clínica al respecto.
¿Y cuál es la relación de la hemoglobina con la anemia?
La hemoglobina se analiza junto con el resto de los parámetros incluidos en un hemograma. Este análisis, junto con el estudio citológico de la sangre periférica, es de gran utilidad para la detección de alteraciones cuantitativas y cualitativas de las células sanguíneas, contribuyendo al diagnóstico de una patología frecuente como es la anemia.
La anemia se caracteriza por una disminución en la cantidad de glóbulos rojos o en la concentración de hemoglobina en la sangre. Cuando hay una cantidad insuficiente de glóbulos rojos o hemoglobina, la capacidad de la sangre para transportar oxígeno se ve comprometida, lo que puede llevar a una variedad de problemas de salud. En cuanto a sus síntomas, "varían dependiendo de la magnitud y de la velocidad de instauración”, explica la experta, quien detalla que pueden englobar “astenia (cansancio), palidez muco-cutánea o anorexia, y también alteraciones gastrointestinales, palpitaciones, sudoración de esfuerzo, cefalea o acúfenos”.
La anemia puede ser debida a múltiples causas, pero la más frecuente es la anemia por déficit de hierro. El tratamiento, concluye la doctora Llamas, “dependerá de su causa y del grado de evolución de la misma; puede variar desde un cambio en los hábitos dietéticos de la persona hasta la toma de suplementos de hierro, o bien de determinados medicamentos capaces de aumentar la producción de glóbulos rojos”.
*El Confidencial, en colaboración con Quirónsalud, presenta una serie de artículos con información práctica, consejos y recomendaciones para mejorar nuestra salud y bienestar. Si tienes alguna duda sobre esta temática o quieres más información, puedes contactar con la Fundación Jiménez Díaz.
Hay determinados valores de una analítica de sangre, como el colesterol o la glucosa, con los que estamos familiarizados. Pero hay otros cuyo significado se nos escapa, y que pueden preocuparnos cuando vemos que sus niveles no se ajustan a la media recomendada. Es el caso de la hemoglobina, una proteína presente en los glóbulos rojos cuya función principal es transportar oxígeno desde los pulmones hacia los tejidos y órganos del cuerpo, así como llevar dióxido de carbono desde los tejidos de vuelta a los pulmones para ser eliminado. La hemoglobina es esencial para el proceso de respiración celular y, por tanto, para la producción de energía en las células.