La brecha de longevidad entre mujeres y hombres cada vez es menor

Desde el año 2000 al 2020, la esperanza de vida de los españoles ha crecido de los 75,9 a los 79,6 años y la de las mujeres de 82,7 a 85,1 años, según los indicadores demográficos del INE. Siguiendo la aritmética más básica, se puede observar cómo crece más la masculina y cada vez se aproxima más a la femenina. Los datos de nuestro país son solo un ejemplo de lo que acaba de demostrar un nuevo estudio: la brecha de la longevidad entre mujeres y hombres cada vez es menor.

Cuando se trata de tendencias en mortalidad durante los últimos 30 años, los países de todo el mundo se pueden agrupar en cinco grupos, que representan aproximadamente los cinco continentes. Y aunque cada uno sigue trayectorias diferentes, el análisis publicado este miércoles en PLOS ONE señala que todas las regiones comparten algunos aspectos comunes, como una mayor esperanza de vida y cada vez menores disparidades entre géneros.

La mayoría de los países del mundo han experimentado mejoras en la longevidad durante los dos últimos siglos, y los científicos se han preguntado si existe convergencia o divergencia hacia un patrón único de mortalidad y longevidad entre países. En el nuevo estudio, capitaneado por el investigador de la Universidad de Alcalá David Atance, usaron nuevos enfoques estadísticos para analizar no solo la esperanza de vida al nacer, sino otros ocho indicadores de mortalidad utilizando datos de 194 países procedentes de los registros de la División de Poblaciones de las Naciones Unidas.

En concreto, el estudio constató que, entre 1990 y 2010, esos países podían agruparse en cinco grupos en función de sus características de mortalidad/longevidad. Varios países cambiaron de grupo entre los dos puntos temporales –a menudo debido a guerras y condiciones socioeconómicas y políticas perjudiciales–, pero en general los grupos representan la configuración de los continentes. Entre todos los equipos y países de la convergencia, la esperanza de vida aumenta y la diferencia de mortalidad entre hombres y mujeres se reduce. El equipo de investigación, que incluye científicos de las universidades de Alcalá, Barcelona, Oxford y Londres, utilizó su modelo para predecir las agrupaciones en 2030 y constataron la continuación de estas tendencias.

Los autores concluyen que su enfoque puede mostrar nuevos conocimientos sobre la evolución histórica de los grupos de convergencia de mortalidad en el periodo 1990-2020 y amplía su puntuación para incluir proyecciones de su evolución futura esperada.

"Vivir más años no significa vivir más sano"

Este hallazgo está en línea con investigaciones previas, las cuales señalan que la brecha de longevidad entre hombres y mujeres se ha reducido en países con economías de altos ingresos, recuerda Jesús Adrián Álvarez, actuario especializado en longevidad en ATP Fondo de Pensiones y miembro del consejo directivo de la Sociedad de Demografía Danesa.

"Sin embargo, esta reducción no significa necesariamente que los hombres vivan más que las mujeres. Las estadísticas señalan que una de las causas principales de este fenómeno es el aumento de muertes entre mujeres debido a cánceres y enfermedades respiratorias asociadas al consumo de tabaco, lo cual se traduce en mayores pérdidas en esperanza de vida de mujeres en comparación a la de los hombres", valora Álvarez sobre el nuevo estudio a la agencia SMC España.

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Asimismo, recuerda un mensaje básico: "El vivir más años no significa que las personas vivan más sanas". "Para cuantificar esto, es necesario medir el número de años que una persona vive con buena salud. La combinación de indicadores de longevidad y de salud permiten una perspectiva completa de la calidad y la duración de la vida humana. Esta perspectiva es esencial en el desarrollo de políticas sociales y de salud pública con énfasis en el bienestar humano", concluye.