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Las relaciones sexuales y el consumo de alcohol: ¿amigos o enemigos?
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Las relaciones sexuales y el consumo de alcohol: ¿amigos o enemigos?

La exposición crónica al alcohol altera el estado de oxidación de una de las principales proteínas que están implicadas en la erección, la guanilato-ciclasa

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La erección en el hombre se produce siempre como una respuesta a un estímulo, habitualmente, sexual. El sistema nervioso vegetativo se encarga de enviar la orden y el sistema circulatorio lo que hace es aumentar el flujo sanguíneo en el pene para conseguir la erección. El alcohol, como sabemos, es una droga depresora que inhibe el correcto funcionamiento del sistema nervioso porque dificulta la adecuada comunicación entre todas las partes afectadas; los estímulos, el cerebro y el sistema circulatorio en el pene, dando como resultado problemas de erección transitoria.

En torno al consumo de alcohol existe la errónea creencia popular de que ayuda a mejorar y prolongar el funcionamiento sexual del varón, cuando la realidad es completamente distinta porque retarda y distorsiona la percepción y respuesta de todos nuestros sentidos. Es cierto que el alcohol en pequeñas cantidades puede promover la erección, pero eso se debe a que reduce la ansiedad y también a los efectos vasodilatadores derivados de su consumo. Pero la capacidad de erección sí se ve afectada cuando los niveles de alcohol en sangre alcanzan los 40-50 mg/dl y completamente nula a partir de 100 mg/dl.

"La exposición crónica al etanol altera la principal vía de señalización implicada en la erección"

Así, el consumo de más de diez bebidas alcohólicas por semana afectaría gravemente la erección; con ocho se reduciría algo el riesgo de disfunción eréctil, y con el consumo de menos alcohol a la semana, de una a siete bebidas, el riesgo no sería significativo.

Hay que tener en cuenta que la falta de erección puede llegar a afectar tanto al bebedor ocasional o social como a aquel que es habitual, con la diferencia de que en los pacientes alcohólicos estos trastornos acaban convirtiéndose en crónicos y en, algunos casos, de carácter irreversible. Aunque no hay consenso sobre el porcentaje de pacientes con dependencia al alcohol que sufren disfunción eréctil o falta de deseo sexual, sí existen estudios que refieren que puede afectar de un 30% a un 70% de estos varones.

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Recientemente, una investigación realizada en ratones liderada por la Universidad Complutense de Madrid (UCM), el CIBER de Enfermedades Respiratorias (CIBERES) y la Red de Investigación en Atención Primaria en Adicciones (RIAPAd), publicada en British Journal of Pharmacology, ha descubierto que la razón por la que el consumo crónico de alcohol produce disfunción eréctil es debido a un aumento de oxidación en una de las proteínas implicadas en la erección, la denominada guanilato-ciclasa. Cuando esta proteína está oxidada es menos funcional y, por tanto, la erección será menor.

La exposición crónica al etanol altera la principal vía de señalización implicada en la erección y a la que va dirigida el tratamiento que actualmente prescribimos para tratar la disfunción eréctil, los inhibidores aprobados de la fosfodiesterasa 5 (IPDE-5), entre los que se encuentran el sildenafilo, el tadalafilo, el vardenafilo y el avanafilo.

Foto: Foto: Unsplash/@ninjason.

La importancia de este estudio radica en que sugiere que fármacos activadores de la guanilato-ciclasa, independientes del estrés oxidativo, como el cinaciguat, podrían ser efectivos en los pacientes en los que los IPDE-5 no son eficaces. Por ello, hay que saber que gracias a estos resultados se abren nuevos horizontes en el tratamiento de la disfunción eréctil, a la vez que generan una conciencia en la sociedad sobre otro aspecto derivado del abuso en el consumo de alcohol.

Las consecuencias que el alcohol produce en nuestro organismo son muchas y distintas en cada persona; por eso, es necesario ser conscientes en todo momento, observarnos y ponernos límites.

El consumo moderado de alcohol tiene efectos en la expresión del deseo sexual, incrementa la excitación sexual y nos desinhibe. Por contra, el consumo excesivo de esta sustancia tiene un efecto en la supresión de la respuesta sexual, llegando a provocar una incapacidad total para mantener una relación sexual.

La erección en el hombre se produce siempre como una respuesta a un estímulo, habitualmente, sexual. El sistema nervioso vegetativo se encarga de enviar la orden y el sistema circulatorio lo que hace es aumentar el flujo sanguíneo en el pene para conseguir la erección. El alcohol, como sabemos, es una droga depresora que inhibe el correcto funcionamiento del sistema nervioso porque dificulta la adecuada comunicación entre todas las partes afectadas; los estímulos, el cerebro y el sistema circulatorio en el pene, dando como resultado problemas de erección transitoria.

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