Cada vez hay más facultades de Medicina y más plazas MIR, pero siguen faltando médicos: ¿qué pasa en el sistema?
En atención primaria se pueden encontrar muchas vacantes relacionadas con la precariedad que se vive en los ambulatorios, pero también hay problemas para cubrir otras especialidades y los motivos son varios
En 15 años, España ha vivido un incremento del 164% de sus facultades de Medicina, pasando de tener 28 (26 públicas y dos privadas) a 46 (35 públicas y 11 privadas). No contentos con el aumento exponencial de aulas, el Ministerio de Sanidad anunció el octubre pasado la creación de 677 nuevas plazas en las ya existentes. Pero no solo es que hayan aumentado los egresados universitarios, también se han ido incrementando las plazas de especialización a través del MIR. Si bien en 2010 se ofertaron 6.795 vacantes para ser médico residente, este sábado se examinan 13.990 aspirantes para acceder a una de las 8.772 plazas ofertadas. Y, a pesar de todo esto, faltan médicos especialistas en España.
El Informe de la oferta y necesidad de especialistas médicos 2021- 2035, que el Ministerio de Sanidad publicó en 2022, destaca que en la actualidad escasean especialistas de varias áreas y calcula un déficit de 9.000 para 2027. Desde el Consejo General de Médicos (CGCOM) explican que la situación contradictoria de que cada vez haya más graduados pero sigan faltando doctores se debe a la "complejidad del sistema".
El primero de los obstáculos lo encontramos en el MIR, "que no deja de ser la puerta de entrada para el sistema sanitario, ya que para ejercer en lo público necesitas una especialidad, y ahí es donde se produce el primer cuello de botella. España es uno de los países con mayor número de egresados en las facultades de Medicina y no todos esos tienen capacidad de entrar en el sistema", señala Domingo Antonio Sánchez, representante nacional de médicos jóvenes y empleo precario del CGCOM.
La solución de Sanidad de ampliar cada año las plazas MIR tampoco resuelve rápidamente el problema por una cuestión puramente temporal: "Igual que los especialistas que van a salir este año empezaron hace cuatro o cinco, las medidas que se tomen hoy no se verán hasta dentro de cuatro o cinco años". En este sentido, el representante del CGCOM valora que "está muy bien que las comunidades autónomas digan 'vamos a formar al máximo de especialistas', pero no debemos dejar de pensar que tiene que ser una formación de calidad, porque la labor de un especialista no es poner tornillos, tiene que tener unos sistemas adecuados que garanticen la calidad asistencial. Por eso debemos tener mucho cuidado cuando forzamos en exceso las máquinas, porque el resultado no es baladí, porque nuestra función es dar asistencia sanitaria a la población".
No debemos olvidar la cuestión más importante que nos lleva a esta falta de especialistas, y es que la masa de médicos europeos está compuesta en un 40% por profesionales de 55 años o más, por lo que en poco tiempo se jubilará mucha gente. De hecho, la OMS ha alertado de esta situación, calificándola como "una bomba de relojería".
La precariedad de la atención primaria: medicina de familia y pediatría
Además de los problemas generales del sistema que afectan a todos los médicos, hay algunas especialidades que son especialmente difíciles de cubrir en el sistema sanitario español. En concreto, el CGCOM destaca las vinculadas con atención primaria, como son medicina de familia y pediatría. Algo que se intensifica en los llamados puestos de difícil cobertura.
Con medicina de familia surge una peculiaridad, ya que en los últimos años cientos de plazas de MIR se han quedado vacantes. Planteándose aquí el primer problema: los doctores no quieren ser médicos en un centro de salud.
Sánchez señala que desde el Consejo han analizado y plasmado en un informe las diversas causas que pueden dar lugar a esta situación. Una de ellas es la "sobreoferta" y "encima hay comunidades autónomas que están contratando para estos puestos a médicos que no tienen especialidad. Entonces, si a esto le sumas que en el MIR el sueldo es más precario que el de un adjunto, que aunque no se le exija el título de especialista puede ejercer, pues al final la practicidad del MIR es bastante escasa". Otro de los factores de las plazas desiertas hace unos años es la peculiaridad de la elección telemática que se realizó de manera excepcional en plena pandemia y que fue un caos.
La precariedad de los contratos, las consultas atestadas y una atención primaria cada vez más castigada son otros de los motivos que se suman para que los doctores huyan de esta especialidad: "No hablamos solo de que haya fugas hacia el extranjero, sino de que hay gente que con esta precariedad se busca otras alternativas".
Aunque, en menor medida, uno de los puntos que pueden hacer que se evite son los egos de los propios sanitarios, ya que algunos consideran medicina de familia como algo menor. Gonzalo García, que se encuentra en el último año de residencia de esta especialidad, apunta a que "aunque ahora hay menos clasismo con esto, sí que es cierto que todavía hay gente que la considera una especialidad de segunda". Este médico cántabro defiende su formación: "Es una especialidad muy desconocida y a veces muchos la consideran el cajón de sastre si no te da la nota y no quieres repetir el MIR. Pero eso no es así, muchos la escogemos porque nos gusta y nos parece una especialidad muy humana, con la cual eres el médico que acompaña al paciente toda su vida, desde que pasa de pediatría hasta que fallece de viejito". García coincide en el problema de la precariedad en atención primaria y añade que "lo que vende es más el hospital".
Precisamente la formación durante la carrera centrada en la actividad hospitalaria es uno de los motivos por los que los graduados prefieren los grandes centros, y es que "los planes de formación de la universidad están totalmente de espaldas a la atención primaria", destaca el representante de CGCOM, y matiza que han intentado "meter asignaturas, pero de una forma muy aislada, para que la gente lo conozca".
Donde mejor se observa la opacidad formativa hacia la atención primaria es en pediatría. Mientras no suele haber problemas para llenar las plazas de los hospitales, el año pasado más de medio millón de niños no tenía pediatra asignado en atención primaria.
Pedro Gorrotxategi, vicepresidente de Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap), suma al menosprecio de las facultades que en los centros de salud “la carga de trabajo es mucho mayor que en el hospital y los sueldos son menores. Eso hace que los pediatras que finalizan la residencia traten de trabajar en el hospital”. Por ello, reclama mejoras en las condiciones laborales y mayor atención a los ambulatorios en la formación, al tiempo que reivindica la "ilusión" del trabajo con niños en ambulatorios.
Las faltas menos visibles: radio, psiquiatría, geriatría y anestesia
Aunque en los ambulatorios haya vacantes de profesionales, la falta de médicos no solo está en la maltratada atención primaria. El citado informe de necesidad de doctores suma una falta de especialistas en radiodiagnóstico, psiquiatría, anestesiología y geriatría.
Luis Concepción, responsable de relaciones profesionales de la Sociedad Española de Radiología Médica (SERAM), señala que la falta de especialistas en radiodiagnóstico se debe a que el "crecimiento de la demanda de estudios de imagen médica asociado al valor añadido en la detección, planificación y evaluación terapéutica de las enfermedades, así como el éxito de las técnicas intervencionistas desarrolladas por los radiólogos junto al envejecimiento poblacional, ha sobrepasado el relevo generacional de especialistas extendiendo a nuestro país la carestía de estos que ya padecieron otros países como los nórdicos o el Reino Unido".
El mejor ejemplo de la falta de estos especialistas es la continua publicación de ofertas de puestos de trabajo en la página de la SERAM "o la ausencia de candidatos disponibles en las bolsas públicas de empleo de los diferentes sistemas autonómicos de salud". En este sentido, Concepción reclama "la autorización de mayor número de plazas formativas por parte de la Comisión Nacional de la Especialidad y el Ministerio de Sanidad".
En cuanto a los psiquiatras, si bien la media en nuestro país está por debajo de la europea, "las perspectivas de cara a los próximos años son a empeorar, ya que no se van a formar suficientes psiquiatras en España para reemplazar a los que alcanzan la edad de jubilación", señala Manuel Martín Carrasco, presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental (SEPSM). Pero el déficit de médicos de salud mental no es una cuestión solo de nuestro país, sino global, por lo que "los profesionales españoles van a recibir ofertas muy atractivas para trabajar en otros países, disminuyendo todavía más el número de psiquiatras disponibles".
En este sentido, el presidente de SEPSM señala que es "fundamental alcanzar una ratio óptima de 13-15 psiquiatras por cada 100.000 habitantes, pero para ello habría que incorporar 370-565 psiquiatras al año en el próximo lustro". A su juicio, "un objetivo inalcanzable si no empezamos ya con una planificación y adecuación de los recursos", para lo que sugiere diversas acciones: incrementar el número de plazas de formación, mejorar las condiciones laborales, favorecer el retraso de la jubilación, agilizar la acreditación de no europeos y actualizar la Estrategia Nacional en Salud Mental.
En cuanto a los especialistas que cuidan a los más mayores, desde la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) ejemplifican la situación de falta de esta especialidad con la comparación de "que hay 167 pediatras por cada 100.000 menores de 15 años mientras que hay 16 geriatras por cada 100.000 personas de más de 75 años, cuando baja la natalidad". Pero no solo eso, sino que a pesar de tener una población cada vez más envejecida, hay el mismo número de geriatras que de alergólogos, destaca José Augusto García Navarro, presidente de la SEGG.
Según denuncian, la falta de geriatras se compensa con los internistas, que asumen la atención integral del paciente mayor con patología aguda. Ante esta situación de déficit de profesionales, reclaman más plazas de formación para especialistas para poder paliar esta situación. Por su parte, los anestesistas señalan al cambio generacional como uno de los causantes de las vacantes de esta especialidad. A ello añaden una falta de plazas en el MIR, que además consideran que se reparten de manera muy desigual entre regiones.
En 15 años, España ha vivido un incremento del 164% de sus facultades de Medicina, pasando de tener 28 (26 públicas y dos privadas) a 46 (35 públicas y 11 privadas). No contentos con el aumento exponencial de aulas, el Ministerio de Sanidad anunció el octubre pasado la creación de 677 nuevas plazas en las ya existentes. Pero no solo es que hayan aumentado los egresados universitarios, también se han ido incrementando las plazas de especialización a través del MIR. Si bien en 2010 se ofertaron 6.795 vacantes para ser médico residente, este sábado se examinan 13.990 aspirantes para acceder a una de las 8.772 plazas ofertadas. Y, a pesar de todo esto, faltan médicos especialistas en España.
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