El grupo sanguíneo afecta al riesgo de accidente cerebrovascular

Los grupos sanguíneos no solo describen la rica variedad de sustancias químicas que se muestran en la superficie de nuestros glóbulos rojos y que dan forma a los tipos A y B, que pueden estar presentes juntos como AB, individualmente como A o B, o no estar presentes en absoluto, como 0. También pueden afectar al riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular.

Los accidentes cerebrovasculares son emergencias médicas que causan daño al tejido cerebral. Uno de los tipos más comunes es el accidente cerebrovascular isquémico, en el que se corta el suministro de sangre al cerebro.

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Sarah Romero

Antes de los 60

Según una investigación publicada en la revista Neurology, la revista médica de la Academia Estadounidense de Neurología, en un metanálisis que reunió todos los datos disponibles de estudios genéticos que incluyeron el accidente cerebrovascular isquémico en adultos jóvenes, que es causado por un bloqueo del flujo sanguíneo al cerebro, las personas con grupo sanguíneo A son las más propensas a tener un derrame antes de los 60 años. De la misma forma, los científicos descubrieron que las que menos posibilidades tenían eran aquellas que pertenecen al grupo 0.

“Los tipos de sangre distintos del 0 se han relacionado anteriormente con un riesgo de accidente cerebrovascular temprano, pero los hallazgos de nuestro metanálisis mostraron un vínculo más fuerte entre estos tipos de sangre con un accidente cerebrovascular temprano en comparación con un accidente cerebrovascular tardío, y al vincular el riesgo principalmente con el tipo de sangre A”, explicó Braxton D. Mitchell, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Maryland en Baltimore.

“Específicamente, nuestro metanálisis sugiere que las variantes genéticas relacionadas con los tipos sanguíneos A y 0 representan casi todas las relacionadas genéticamente con un accidente cerebrovascular temprano. Las personas con estas variantes genéticas pueden tener más probabilidades de desarrollar coágulos sanguíneos, lo que puede provocar un derrame cerebral”, continuó el experto.

Analizando variantes genéticas

En este análisis, los investigadores examinaron a 16.927 personas con accidente cerebrovascular y 576.353 personas que no lo sufrieron (pacientes sanos como grupo de control). De las personas que tuvieron un accidente cerebrovascular, 5.825 personas lo experimentaron de inicio temprano y 9.269 personas pasaron un accidente cerebrovascular de inicio tardío. El ictus de inicio temprano se definió como un ictus isquémico que se producía antes de los 60 años y el ictus de inicio tardío era siendo mayor de 60 años.

Examinaron todos los cromosomas recolectados para identificar variantes genéticas asociadas con un accidente cerebrovascular y encontraron un vínculo entre este y el área del cromosoma que incluye el gen que determina si un tipo de sangre es A, AB, B o 0.

Descubrieron que las personas con sangre 0 tenían un 12 por ciento menos de probabilidades de sufrir un derrame cerebral antes de cumplir 60 años, mientras que los tipos B y AB no tuvieron ningún impacto. Después de ajustar ciertos factores como el sexo, los investigadores encontraron que los del tipo de sangre A presentaban un 16 por ciento de riesgo más de sufrir un accidente cerebrovascular temprano que las personas que poseyeran otros tipos de sangre.

"Un accidente cerebrovascular es una emergencia médica que puede provocar una discapacidad de por vida"

Esto es, los investigadores hallaron que las personas con un accidente cerebrovascular temprano contaban con más probabilidades de tener un tipo de sangre A y menos de tener un tipo de sangre 0 en comparación con las personas con un accidente cerebrovascular tardío y las personas sin accidente cerebrovascular.

¿El motivo de este incremento en el riesgo? Los investigadores estadounidenses aún no están seguros, pero creen que podría deberse a factores de coagulación sanguínea como las plaquetas y las células que recubren los vasos sanguíneos, así como a otras proteínas circulantes, que contribuyen al desarrollo de coágulos sanguíneos.

"Este trabajo profundiza nuestra comprensión del desarrollo y los cambios del accidente cerebrovascular de aparición temprana", apuntó Jennifer Juhl Majersik, de la Universidad de Utah y miembro de la Academia Estadounidense de Neurología. “Se necesitan más investigaciones para ayudar a desarrollar una comprensión más precisa de cómo se desarrolla el accidente cerebrovascular. Esto podría conducir a tratamientos preventivos específicos para el accidente cerebrovascular de aparición temprana, lo que podría resultar en una menor discapacidad durante los años más productivos de las personas”.

¿Cómo reducir el riesgo?

Los expertos apuntan que podemos minimizar la contingencia controlando aquellos factores de riesgo modificables como la presión arterial alta y las enfermedades cardiacas.