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La nueva terapia con células madre que reduce las secuelas del ictus se financia con capital privado
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Investigación española

La nueva terapia con células madre que reduce las secuelas del ictus se financia con capital privado

Crear soluciones innovadoras para enfermedades graves, como las raras, el cáncer o los trasplantes, exige una importante dotación económica, que no tiene por qué llegar del sector público. Fundación Mutua Madrileña ha aportado 68 millones de euros

Foto: Actuar en los días posteriores al ictus reduce la gravedad de las complicaciones. (iStock)
Actuar en los días posteriores al ictus reduce la gravedad de las complicaciones. (iStock)

Para investigar se necesita, entre otras condiciones, un proyecto interesante e innovador, que se pueda ejecutar; astucia para reconocer los hallazgos relevantes, y tesón para no abandonar el estudio prematuramente. Pero, por encima de todo, lo más necesario es contar con el dinero suficiente para, primero, arrancar el trabajo y después avanzar en las siguientes fases hasta conseguir llevarlo a la práctica (si es que llega).

Y aquí, en conseguir (o no) financiación, es donde acaban muchos proyectos de los que nunca se sabrá si eran tan buenos como pensaban sus creadores. Existen innumerables convocatorias de ayudas para la investigación, pero acceder a alguna de ellas supone superar un campo plagado de requisitos burocráticos -más tortuoso si se trata de fondos públicos-, aunque intentarlo merece la pena.

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Eso lo sabe el equipo del neurólogo Francisco Moniche, del Hospital Universitario Virgen del Rocío, de Sevilla, que ha podido evaluar la eficacia de la inyección de células madre en pacientes que han tenido un ictus gracias a los 250.000 euros recibidos a través del programa de Ayudas de Investigación en Salud que Fundación Mutua Madrileña lleva a cabo desde hace dos décadas.

Prueba en humanos (y funciona)

El ictus, además de ser la primera causa de muerte, también es el primer motivo de discapacidad permanente en adultos, y “el único tratamiento que existe es la rehabilitación”. Buscando opciones para favorecer la recuperación del daño cerebral causada por el ictus, el equipo de investigadores liderado por Moniche pensó en inyectar células madre de la médula ósea del propio paciente en la arteria del cerebro en la que se ha producido el trombo.

placeholder El neurólogo Francisco Moniche lidera el estudio con células madre autólogas para pacientes con ictus. (Fundación Mutua Madrileña)
El neurólogo Francisco Moniche lidera el estudio con células madre autólogas para pacientes con ictus. (Fundación Mutua Madrileña)

“En un ensayo clínico con 77 pacientes, la mitad recibieron la inyección de células madre, y el resto, los tratamientos habituales”, detalla el neurólogo. El ensayo (en fase 2) probó la seguridad -carece de efectos secundarios importantes, como el desarrollo de tumores- y eficacia del tratamiento (“a los tres meses observamos que los enfermos tratados con células madre se recuperaban mejor y con menos secuelas”), y el siguiente paso es probar la terapia con células madre en una muestra más amplia de pacientes de diferentes hospitales del país.

"La investigación no cuenta con el respaldo económico de la industria farmacéutica, sin becas de financiación privada sería imposible"

Si finalmente se demuestra que este tratamiento es muy eficaz, avanza a El Confidencial, “podríamos tenerlo accesible en cualquier hospital y para cualquier paciente con ictus”, aunque “todavía falta mucho trabajo hasta llegar a un uso generalizado”.

El especialista apunta que esta investigación es académica, “es decir, no cuenta con el respaldo económico de la industria farmacéutica, por lo que sin becas de financiación como la que nos han concedido sería imposible llevarla a cabo”.

La ayuda económica recibida se ha destinado a financiar “todos los controles de calidad que exige un estudio de este calado y que son los que han permitido, una vez completada esta fase de ensayo, publicar nuestros resultados en The Lancet Neurology, que la mejor revista de neurología".

Foto: Un ictus hemorrágico se produce por la rotura de una vena del cerebro. (iStock)

El estudio comenzó hace 5 años y todavía no ha concluido, por eso, los científicos buscan nuevos fondos para seguir avanzando.

Corazones aptos para trasplantar

El cardiólogo David Couto, del Hospital Universitario de A Coruña (miembro del Cibercv), es otro beneficiario de las ayudas concedidas por la misma fundación. En su caso, el interés era comprobar si los corazones con un cierto grado de aterosclerosis son aptos para el trasplante, un punto relevante teniendo en cuenta la escasez crónica de órganos para injertar.

Foto: Foto: iStock.

“Las guías internacionales aconsejan hacer una coronariografía de los donantes mayores de 45 años que tengan factores de riesgo cardiovascular para ver si hay enfermedad aterosclerótica”, pero hacer la prueba no siempre es posible y “las recomendaciones dependen de las políticas locales y la disponibilidad de órganos”. A esto hay que sumar otro obstáculo, el de que “los donantes tienen cada vez más edad y más enfermedades crónicas”.

placeholder David Couto y Marisa Crespo con otros miembros del equipo de trabajo. (Fundación Mutua Madrileña)
David Couto y Marisa Crespo con otros miembros del equipo de trabajo. (Fundación Mutua Madrileña)

Por eso, la hipótesis de los cardiólogos gallegos es que, aunque se desconozca el estado de las coronarias de los donantes, “es mejor trasplantar que seguir en lista de espera para que llegue un órgano sano”, un tiempo que puede ser crítico para estos enfermos tan graves.

Después de más de 973 corazones injertados -en un periodo de 10 años-, asumiendo esa condición, “la supervivencia de los trasplantados era similar, independientemente de la presencia o no de aterosclerosis coronaria”, unos resultados que se han publicado en la revista Journal of the American College of Cardiology.

Sin embargo, advierte Couto, “los receptores de corazones con enfermedad coronaria tienen que recibir tratamiento de los factores de riesgo cardiovascular, que incluye un control estricto del colesterol, la glucosa y la tensión arterial”.

La cuantía de la ayuda económica de Fundación Mutua Madrileña para este proyecto fue de 70.000 euros, que los investigadores destinaron a la creación de una base de datos exclusiva para el estudio, contratar a colaboradores de investigación para evaluar las coronariografías y hacer un análisis estadístico.

Nueva convocatoria

Estos son dos ejemplos de los 1.400 proyectos de investigación que ha financiado (por un importe total de 68 millones de euros) el programa de Ayudas a la Investigación en Salud de Fundación Mutua Madrileña, que acaba de abrir una nueva convocatoria, dotada con 2,3 millones de euros. En esta edición, los estudios que se financiarán tendrán que llevarse a cabo en las áreas de oncología, centrada en inmunoterapia y cáncer; trasplantes, enfocada en inmunotolerancia, órganos bioartificiales y preservación de órganos; traumatología y sus secuelas; enfermedades raras, limitadas a las que se manifiestan clínicamente durante la infancia, y salud mental, centrada en trastornos infantojuveniles.

Un comité científico elegirá los proyectos basándose en criterios de calidad científica, viabilidad, aplicación práctica e impacto social

Además, con el objetivo de incentivar la colaboración en investigación médica en red entre comunidades autónomas, la convocatoria cuenta con una categoría especial para financiar proyectos llevados a cabo por grupos de investigadores de, como mínimo, cuatro comunidades diferentes.

Los investigadores que deseen presentar un proyecto deberán hacerlo a través de un Instituto de Investigación Sanitaria acreditado (IIS) en la web donde se encuentran las bases y el modelo de solicitud. El plazo de admisión estará abierto hasta el próximo 5 de marzo.

Un comité científico presidido por el doctor Rafael Matesanz elegirá los proyectos seleccionados basándose en criterios de experiencia investigadora del investigador principal y el equipo, calidad científica, viabilidad, aplicación práctica y el impacto social que se espera de los resultados.

Para investigar se necesita, entre otras condiciones, un proyecto interesante e innovador, que se pueda ejecutar; astucia para reconocer los hallazgos relevantes, y tesón para no abandonar el estudio prematuramente. Pero, por encima de todo, lo más necesario es contar con el dinero suficiente para, primero, arrancar el trabajo y después avanzar en las siguientes fases hasta conseguir llevarlo a la práctica (si es que llega).

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