El virus del papiloma cuadruplica el riesgo de muerte cardiovascular en las mujeres
La infección por uno de los tipos más agresivos de este virus (del que hay 200 variedades) aumenta la posibilidad de tener cáncer y también enfermedades cardiacas y circulatorias mortales, concluye una investigación en 163.000 coreanas jóvenes
La infección por el virus del papiloma humano (VPH) es la enfermedad de transmisión sexual más frecuente, tanto que el 80% de las personas sexualmente activas se contagia, sobre todo durante los primeros años de su vida sexual. Hay 200 tipos de VHP diferentes, aunque solo 40 infectan la mucosa genital y anal; y, de estos, dos tipos (el 16 y el 18) son de alto riesgo por su capacidad de provocar cáncer. La mayoría de los infectados elimina el virus a lo largo de su vida, pero en un 10% la infección se hace crónica. Afortunadamente, existe una vacuna muy eficaz para prevenir el VHP, indicada para niños y jóvenes.
Sin embargo, el cáncer de cuello de útero no es el mayor peligro del VPH para las mujeres, ya que investigadores de la Universidad Sungkyunkwan, en Seúl, han encontrado que las infectadas por una cepa de alto riesgo del virus del papiloma humano tienen cuatro veces más riesgo de morir por enfermedad cardiovascular (que, además, es la primera causa de muerte en las mujeres), un hallazgo que se publica en el European Heart Journal.
El resultado ayuda a explicar el 20% de fallecimientos por esta causa en personas sin factores de riesgo clásicos, como tabaquismo, hipertensión, colesterol o diabetes
Investigaciones anteriores habían apuntado al VPH como implicado en la acumulación de placa en las arterias, pero el nuevo estudio es el primero que muestra un vínculo entre la infección por VPH de alto riesgo y las muertes por enfermedades cardiovasculares. Para los autores, el resultado ayuda a explicar el 20% de fallecimientos por esta causa en personas que no tienen factores de riesgo clásicos, como tabaquismo, hipertensión, colesterol o diabetes.
Tras el rastro del virus
La investigación incluyó a 163.250 mujeres coreanas jóvenes o de mediana edad -con un riesgo bajo de morir por enfermedad circulatoria- sin enfermedad cardiovascular al inicio del estudio. Se les sometió a una variedad de pruebas, incluido el examen de cuello de útero, para detectar 13 cepas de VPH de alto riesgo. Las mujeres regresaron para controles de salud cada uno o dos años durante un promedio de ocho años y medio.
Los investigadores combinaron los datos de los resultados de la prueba del VPH de las participantes con datos nacionales de muertes por problemas cardiovasculares, incluidas enfermedades cardiacas y accidentes cerebrovasculares. Encontraron que, en comparación con las que no tenían VPH de alto riesgo, las infectadas por esta variedad de virus tenían un riesgo cuatro veces mayor de obstrucción arterial y de morir por enfermedad cardiaca y casi seis veces más riesgo de fallecer por una hemorragia cerebral.
El profesor Hae Suk Cheong, coautor del estudio, recurre al papel de la inflamación en el desarrollo y progresión de las afecciones cardiovasculares, y señala que el VHP -que puede pasar a la sangre- es el desencadenante de la inflamación.
Los científicos coreanos dicen que los médicos deben controlar la salud cardiovascular en pacientes con VPH de alto riesgo -particularmente si también tienen factores de riesgo- y las mujeres también tienen que ser conscientes de ello. Por todo, defienden que “si se confirman estos hallazgos, podrían tener implicaciones sustanciales para las estrategias de salud pública, entre las que aumentar las tasas de vacunación contra el VPH puede ser una estrategia importante para reducir los riesgos cardiovasculares a largo plazo”.
El escudo de la vacuna
En un editorial que acompaña el artículo, el profesor James S. Lawson, de la Universidad de Nueva Gales del Sur, en Sídney (Australia), y sus colegas sostienen: “La evidencia de que los virus en general, y el VPH en particular, aumentan el riesgo de resultados adversos de la enfermedad cardiovascular aterosclerótica se ha vuelto lo suficientemente convincente como para sumarse a los ya sólidos argumentos a favor de la vacunación contra el virus de la influenza, el SARS-CoV-2 y el VPH".
Y añaden que la evidencia de que el VPH es causal en el inicio o la progresión de la enfermedad cardiovascular aterosclerótica es muy sugestiva, aunque se volvería definitiva si los resultados de ensayos aleatorios que evaluaran las vacunas contra el VPH para la prevención del cáncer de cuello uterino mostraran una reducción de la enfermedad cardiovascular aterosclerótica. "Estos hallazgos, cuando se suman a otras pruebas que vinculan el VPH y otros virus con una mayor mortalidad por enfermedades cardiovasculares, constituyen un argumento sólido para aceptar los virus como factores de riesgo de resultados adversos de la enfermedad cardiovascular aterosclerótica".
Inflamación y salud vascular
El doctor Julián Pérez-Villacastín, jefe del Servicio de Cardiología del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, en declaraciones a la agencia Science Media Centre España (SMC), recuerda que cualquier inflamación que tengamos en el cuerpo impacta en la salud arterial. Por ejemplo, sabemos que los problemas infecciosos en la boca, como las periodontitis, se asocian a más problemas cardiovasculares (angina, infarto o incluso ictus). También está bien estudiado en relación con virus como el de la gripe y el virus de la covid, que incrementan el número de infartos y de ictus a través de distintos mecanismos”.
El porqué los virus producen este daño en las arterias todavía no se conoce con exactitud, pero, dice el cardiólogo, son varios los mecanismos que se postulan: “Podría ser que el virus produzca un estado de inflamación crónica y esto favorezca que existan factores en sangre que dañan las arterias o incluso que el propio virus pueda invadir determinadas zonas arteriales y favorecer con las lesiones que produzca el desarrollo de ateroesclerosis”.
En cualquier caso, insiste en la eficacia de las vacunas para disminuir riesgos. “Sabemos que vacunarse de la gripe disminuye las probabilidades de tener un infarto o un ictus, pero esto hay que recordarlo a menudo porque a la gente se le olvida”, concluye Pérez-Villacastín.
La infección por el virus del papiloma humano (VPH) es la enfermedad de transmisión sexual más frecuente, tanto que el 80% de las personas sexualmente activas se contagia, sobre todo durante los primeros años de su vida sexual. Hay 200 tipos de VHP diferentes, aunque solo 40 infectan la mucosa genital y anal; y, de estos, dos tipos (el 16 y el 18) son de alto riesgo por su capacidad de provocar cáncer. La mayoría de los infectados elimina el virus a lo largo de su vida, pero en un 10% la infección se hace crónica. Afortunadamente, existe una vacuna muy eficaz para prevenir el VHP, indicada para niños y jóvenes.