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¿Bajaría el consumo de tabaco si el precio de la cajetilla de cigarros llegara a los 12 euros?
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Tabaquismo

¿Bajaría el consumo de tabaco si el precio de la cajetilla de cigarros llegara a los 12 euros?

Informes del Banco Mundial y experiencias previas indican que la subida de los impuestos sobre el tabaco es una buena medida para disminuir su consumo, sobre todo en jóvenes

Foto: Los gastos médicos derivados del tabaco ascienden a 27.000 euros al año.
Los gastos médicos derivados del tabaco ascienden a 27.000 euros al año.

Según los médicos de familia, la respuesta es rotundamente afirmativa. Y no lo dicen porque se les haya ocurrido de repente, sino porque está demostrado por experiencias anteriores. De hecho, la subida de su precio es habitual y se hace a través de los impuestos. Tanto es así que la media de la cajetilla ha subido un 100% en los últimos 20 años y ha pasado de apenas 2,5 a 5 €.

Y se sabe que es una medida efectiva en lo que se refiere al abandono del hábito tabáquico. Un informe del Banco Mundial afirma que un incremento del precio del 10% reduce el consumo en un 4%. Por eso, en 2017 afirmaban que los impuestos al tabaco pueden salvar una vida cada seis segundos. Y es que, según la Sociedad Española de Epidemiología, solo en España, cerca de 63.000 muertes anuales son atribuibles al tabaco. ¡Ahí es nada!

Uno de los asuntos que más preocupan a los expertos, y en realidad, a toda la sociedad, tiene que ver con el consumo en menores. Es decir, el inicio del hábito en la adolescencia. Pues bien, “hay estudios que calculan que un aumento del 40% en el precio desincentivaría, sobre todo, el consumo juvenil”, afirma Andrés Zamorano, coordinador del Grupo de Trabajo de Tabaquismo de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG).

Cierto es que no valen todas las subidas. Deben ser notables, como cuenta Zamorano: “Las subidas deben ser del 20% o más. Cuando se trata solo de céntimos tienen mucho menos impacto”. Para entenderlo, el médico de familia pone de ejemplo el precio de las máquinas expendedoras, que suele ser un poco más alto, “pero muchos fumadores se acostumbran a este pequeño incremento. Por eso, cuando el precio apenas sube unos céntimos, la mayoría de los fumadores ya están acostumbrados a pagar ese pequeño extra”.

placeholder El consumo del tabaco se reduciría con una subida considerable de su precio.
El consumo del tabaco se reduciría con una subida considerable de su precio.

El estanco de Europa

La realidad es que el precio medio del tabaco en nuestro país es más bajo que el de la media de Europa. La prueba es que, en Francia, la cajetilla cuesta más del doble, 12 euros (en Irlanda, 12,8 €). Por eso no puede extrañar que “acudan a la frontera autobuses de franceses a comprar tabaco. Este hecho no debería representar a España como un país moderno en el amplio sentido del término. Un país que vela por la salud pública de la población”, asegura Zamorano. De hecho, para muchos es el estanco de Europa.

La respuesta a esta subida de precios está en los impuestos. Y ahí volvemos a compararnos con el resto del continente. En la mayoría de los países europeos, la tributación al tabaco se sitúa en torno al 80%, llegando incluso al 90%. En nuestro país, por el contrario, los impuestos se sitúan en el 51%, porcentaje con el que recaudan 9.000 millones de euros.

Un argumento que se desmonta

Cierto que la cantidad es interesante y que ese dinero se utiliza o reinvierte en bienes y servicios para todos los ciudadanos. Pero ese argumento se desmonta fácilmente. Por un lado, si tenemos en cuenta que al subir el precio mediante los impuestos, “no se reduciría la recaudación por parte del Estado", asevera el médico.

Foto: El tabaco afecta a la inmunidad. (iStock)

Pero es que a esto hay que sumarle que “los gastos derivados del tabaquismo ascienden a 27.000 millones de euros anuales, es decir, el triple de lo que se recauda en impuestos. Esto es lo que nos cuesta fumar”, comenta Zamorano. Y añade: “Fumar también es un mal negocio para los ciudadanos, desde el punto de vista económico”.

¿Y qué pasa con el vapeo?

Los médicos tienen claro que es fundamental equiparar las diferentes formas de consumo de tabaco. Lo explica Zamorano: “El incremento de precio debe ser igual o equivalente para los nuevos productos de tabaco y nicotina, incluidos los vapeadores, lleven o no nicotina, porque es una puerta de entrada a fumar. De hecho, las tabaqueras lo están utilizando como un caballo de Troya moderno”.

Otras medidas a tener en cuenta

Andrés Zamorano tiene claro que se deberían aumentar los espacios sin humo, sin tabaco y sin nicotina (incluidos vapeadores); apoyar el empaquetado neutro; realizar campañas frecuentes y potentes para no fomentar o hacer abandonar el tabaco en todas sus formas; restringir su promoción, publicidad y patrocinio; y ofrecer ayuda al paciente fumador ofertándole los tratamientos cognitivo-conductuales y farmacológicos que han demostrado seguridad y eficacia.

Foto: Sanidad quiere ampliar los espacios públicos libres de tabaco. (iStock)

Ante todas estas propuestas es evidente que George Young, ministro de salud del Reino Unido en 1981, tenía razón cuando dijo: “La solución al tabaquismo no se encontrará en los laboratorios de investigación, ni en los quirófanos de los hospitales, sino en los Parlamentos de las naciones democráticas”.

Según los médicos de familia, la respuesta es rotundamente afirmativa. Y no lo dicen porque se les haya ocurrido de repente, sino porque está demostrado por experiencias anteriores. De hecho, la subida de su precio es habitual y se hace a través de los impuestos. Tanto es así que la media de la cajetilla ha subido un 100% en los últimos 20 años y ha pasado de apenas 2,5 a 5 €.

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