Biopsia líquida: el futuro (bastante cercano) para detectar el cáncer antes de que aparezcan signos
Con una simple muestra de sangre, saliva u orina será posible localizar precozmente una patología. Pero no solo eso, también servirá para hacer seguimiento de la enfermedad y elegir el tratamiento más óptimo para cada paciente
Con el cáncer, el tiempo es clave: cuanto antes se diagnostique, las posibilidades de tratarlo con éxito aumentan exponencialmente. El problema es que, la mayoría de veces, en sus primeras etapas pasa desapercibido y que, cuando se detectan signos, la enfermedad ya está avanzada.
Por ello, es muy importante disponer de técnicas que permitan adelantar el diagnóstico. Y la biopsia líquida se presenta como una nueva esperanza para poder detectar el cáncer y otras enfermedades antes de que aparezcan síntomas.
Teniendo en cuenta que en un futuro cercano podría ser clave para detectar patologías, antes siquiera de que aparezca cualquier mínimo signo, vamos a analizar algunas cuestiones de estas herramientas con Olga Vera, científica del Grupo de Investigación en Terapias Experimentales y Nuevos Biomarcadores en Cáncer del Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital Universitario La Paz.
Vera participa este miércoles en un debate CaixaResearch al respecto junto a Lorena Diéguez, líder del Grupo de Investigación en Dispositivos Médicos del Laboratorio Ibérico Internacional de Nanotecnología (INL) de Braga, y Cristina Saura, jefa de la Unidad de Mama del Hospital Universitario Vall d’Hebron y del Grupo de Cáncer de Mama del Instituto de Oncología Vall d’Hebron (VHIO) de Barcelona.
Diagnóstico precoz y mínimamente invasivo
Antes de arrancar, definimos con la investigadora de La Paz qué es esto de la biopsia líquida: “Es una prueba diagnóstica basada en fluidos corporales, que pueden ser sangre, saliva u orina, en la que podríamos identificar marcadores o señales moleculares de diversas enfermedades”.
De este modo, gracias a una simple muestra se pueden buscar en el laboratorio células cancerosas o pequeños fragmentos de ADN, ARN u otras moléculas que las células tumorales liberan en los líquidos corporales.
Esta herramienta de detección temprana en ciernes presenta la ventaja de ser una técnica mínimamente invasiva, si la comparamos con la tradicional biopsia de tejidos, que requiere extraer, mediante punción, incisión o cirugía, muestras del tejido tumoral para estudiarlas en el laboratorio. “Frente a lo que sería tomar una biopsia tradicional de un tumor, que necesita un proceso mucho más invasivo y agresivo para el paciente, con la líquida basta con una simple muestra de sangre u orina para que en un futuro se puedan diagnosticar diferentes enfermedades”, ejemplifica la investigadora.
En la actualidad se está trabajando en pruebas para detectar cánceres de todo tipo, “de pulmón, de mama, tumores cerebrales…”, pero “una vez que se identifiquen marcadores específicos de otras enfermedades, como puede ser del alzhéimer, se podrían detectar estas patologías con una simple muestra de sangre”, explica Vera.
Pero no solo servirá para la detección temprana, también para el seguimiento de una enfermedad, la valoración de los posibles pronósticos y, con todo ello, elegir el tratamiento más óptimo para cada paciente.
Retos para la biopsia líquida
Para Vera, la principal dificultad para que este tratamiento llegue a todos los pacientes posibles es la falta de financiación para la investigación: “Cuanta más financiación va a ser mucho más fácil que la investigación vaya más deprisa”. En este sentido, señala que “hay muchos proyectos que se benefician de una colaboración con empresas privadas que permiten realmente que se desarrollen kits de diagnóstico de forma fácil”.
Asimismo, plantea el reto de la implementación en los centros de salud, que sería “compleja, porque muchas veces las técnicas que se utilizan son largas y tener a alguien específicamente haciendo eso es costoso”. “Pero en el futuro podremos llegar a un punto en el que se pueda implementar de forma fácil, rápida y rutinaria”, aclara.
Y por supuesto, “aparte de tener un kit que sea reproducible en los distintos hospitales”, estos también tienen que pasar por las aprobaciones de los organismos correspondientes.
Con este escenario sobre la mesa, Vera no se atreve a dar una fecha de cuándo estas herramientas estarán disponibles de manera generalizada: “Es difícil de decir. Es cierto que la investigación está avanzando muy deprisa, pero tienen que pasar por todos esos procesos de aprobación y validación interhospitalaria para que puedan ser establecidos de forma rutinaria”.
Cáncer de pulmón, cerebro y ovario
En el laboratorio en el que trabaja Vera, actualmente hay cuatro líneas de investigación en biopsia líquida abiertas.
“La principal” de ellas es en cáncer de pulmón, con la que buscan la identificación precoz, “la prognosis de la enfermedad y la respuesta al tratamiento”.
Para este mismo tipo de tumor están realizando una investigación centrada en pacientes que tengan enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). “Con un simple bastoncillo se toma una muestra del epitelio faríngeo para predecir con alta probabilidad la aparición del cáncer de pulmón”, explica.
También tienen un proyecto en tumores cerebrales, en el que buscan, en función del gen MGMT, “ver si podemos identificar en biopsia líquida este marcador, con la misma sensibilidad que tenemos en una biopsia tumoral”.
Además, tienen una investigación “más pequeñita” y en primeras fases en cáncer de ovario, "en la que por medio del líquido ascítico de las pacientes con cáncer de ovario, queremos identificar biomarcadores en ese fluido. Para generar una técnica no invasiva”.
Con el cáncer, el tiempo es clave: cuanto antes se diagnostique, las posibilidades de tratarlo con éxito aumentan exponencialmente. El problema es que, la mayoría de veces, en sus primeras etapas pasa desapercibido y que, cuando se detectan signos, la enfermedad ya está avanzada.