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¿Qué papel juega el microbioma en el rendimiento deportivo?
  1. Bienestar
Una estrecha relación

¿Qué papel juega el microbioma en el rendimiento deportivo?

Mantenerla saludable ayuda a optimizar la absorción de nutrientes y regula la inflamación después del ejercicio, contribuyendo a una recuperación más rápida

Foto: Foto: iStock.
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Son numerosas las investigaciones que buscan profundizar aún más en las aportaciones que el eje aparato digestivo-cerebro-microbiota tiene para nuestra salud. Pero, en esta relación estrecha, ¿cuál es el papel del microbioma sobre el rendimiento deportivo? Pues, entre otras tareas, “permite una correcta función del aparato digestivo, lo que asegura la buena digestión de lo que comemos y optimiza la absorción de nutrientes. Además, fortalece el sistema inmunológico, mejorando así la inflamación local del intestino y general del resto del cuerpo. Circunstancias ambas esenciales para un correcta actividad musculoarticular y un adecuado rendimiento deportivo”, comenta la doctora Mª Dolores de la Puerta, experta en microbiota intestinal.

Entre los millones de microbios que forman nuestro micromundo intestinal, existen bacterias buenas y otras que, en determinadas circunstancias, podrían no serlo tanto. “La primeras producen moléculas, como los ácidos grasos de cadena corta, vitaminas, aminoácidos esenciales, anticuerpos, defensinas, bacteriocinas, etc, que aportan micronutrientes al sistema musculoarticular, contribuyendo a estabilizar el equilibrio ácido-base y amortiguando los radicales oxidativos que se producen durante el ejercicio”, dice la doctora De la Puerta. Sin embargo, si se genera un desorden y determinados microorganismos crecen por encima de su rango de normalidad, “se producirán otras moléculas más proinflamatorias que pueden mermar el rendimiento deportivo y complicar la recuperación muscular”, añade.

José Luis Trejo, investigador científico del CSIC y responsable del Grupo Estilo de Vida y Cognición del Instituto Cajal, apunta que “la microbiota es parte de nosotros y, por lo tanto, que esté bien o mal nos afecta claramente, al igual que sucede con cómo se encuentran nuestros músculos o cuál es nuestro estado mental a la hora de realizar cualquier deporte”.

Un círculo virtuoso

Un ejemplo de cómo el microbioma puede ayudar a mejorar nuestro desempeño deportivo se recoge en una investigación llevada a cabo en ratones y publicada en Nature Medicine en 2019, titulada El análisis metaómico de atletas de élite identifica un microorganismo que mejora el rendimiento y funciona a través del metabolismo del lactato. En esta investigación, dos cohortes independientes de maratonianos y deportistas olímpicos coincidieron en presentar una mayor abundancia de Veillonella atypica, una bacteria que cuando se inoculó en ratones incrementó significativamente el tiempo de carrera en la cinta de correr al metabolizar el lactato en los ácidos grasos de cadena corta acetato y propionato.

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Al mismo tiempo, el ejercicio físico también mejora nuestro microbioma, creándose así un círculo virtuoso. En concreto, aumenta la producción microbiana intestinal de amidas de ácidos grasos, “mensajeros químicos que, a su vez, estimulan la actividad de neuronas sensoriales y elevan los niveles de dopamina en el estriado ventral durante el ejercicio, mejorando así la motivación y el rendimiento físico”, señala la doctora Dulcenombre Gómez Garre, bióloga especialista en bioquímica clínica en el Laboratorio de Biología Vascular y Microbiota del Instituto de Investigación Sanitaria Hospital Clínico San Carlos (IdISSC). Una evidencia que recoge el artículo Una vía intestino-cerebro dependiente del microbioma regula la motivación para el ejercicio, publicado en Nature en 2022. Esta investigación realizada con ratones, por investigadores de la Escuela de Medicina Perelman de la Universidad de Pensilvania (EEUU), mantiene que la microbiota secreta una serie de moléculas que contribuyen a aumentar los niveles de dopamina en el cerebro, lo que potencia la capacidad para realizar ejercicio y, además, produce una sensación placentera después de la actividad física.

Elementos que alertan sobre una microbiota deficitaria

En esa retroalimentación entre microbioma y deporte, determinar si un bajo rendimiento deportivo se debe a una microbiota inadecuada es un desafío, “ya que puede estar influenciado por una variedad de factores, que van desde la técnica y la condición física hasta la nutrición y el descanso adecuados”, reconoce esta bioquímica clínica.

Existen algunos signos y síntomas que podrían sugerir que la microbiota intestinal está contribuyendo al bajo rendimiento deportivo. “Por ejemplo, detectar problemas gastrointestinales frecuentes como hinchazón, gases, diarrea o estreñimiento durante o después del ejercicio podría indicar un desequilibrio en la microbiota intestinal. Igualmente, si el tiempo de recuperación después del ejercicio es más largo de lo normal o existen dolores musculares persistentes, también podría ser un indicio de disbiosis intestinal”, afirma Gómez Garre. Asimismo si, a pesar de tener una rutina de trabajo y una alimentación adecuadas, se experimentan cambios de peso corporal o del estado de ánimo, junto con una disminución de la motivación, “podría ser un indicio de problemas con la microbiota intestinal”, agrega.

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No existe evidencia sobre la existencia de un perfil de microbiota concreto y específico asociado a un mejor rendimiento en la práctica deportiva. Pero sí se pueden incluir algunas recomendaciones para lograr una microbiota intestinal sana y saludable que nos ayude a optimizar nuestro desempeño. “Incorporar una dieta equilibrada y rica en fibra con frutas, verduras y granos enteros, alimentos fermentados y, sobre todo, ingerir alimentos con efecto prebiótico como la cebolla, el ajo y los plátanos. Limitar el consumo de alimentos procesados y azúcares añadidos. Evitar el uso excesivo de algunos fármacos, como los antibióticos. Además, es recomendable aprender a gestionar el estrés con técnicas como la meditación y el yoga”, sugiere Gómez Garre.

La relación entre la microbiota intestinal y el rendimiento físico es compleja; por eso son necesarios, según los expertos, profesionales de la salud especializados en este ámbito que sepan interpretar los resultados e implementar las intervenciones más adecuadas. Y, sin lugar a dudas, el estudio de los deportistas podría ayudar en ese conocimiento. “Por un lado, nos proporcionaría información valiosa sobre cómo su cuerpo procesa los nutrientes y metaboliza la energía, lo que permitiría una personalización del entrenamiento y la nutrición. Y, por otro, el análisis de la microbiota podría revelar desequilibrios o disbiosis que podrían estar contribuyendo a problemas de salud o a la existencia de un sistema inmune debilitado. Identificar y corregir estos desequilibrios puede ayudar a fortalecer el sistema inmune, lo que previene enfermedades y lesiones, y mejorar la salud en general”, manifiesta Gómez Garre.

Son numerosas las investigaciones que buscan profundizar aún más en las aportaciones que el eje aparato digestivo-cerebro-microbiota tiene para nuestra salud. Pero, en esta relación estrecha, ¿cuál es el papel del microbioma sobre el rendimiento deportivo? Pues, entre otras tareas, “permite una correcta función del aparato digestivo, lo que asegura la buena digestión de lo que comemos y optimiza la absorción de nutrientes. Además, fortalece el sistema inmunológico, mejorando así la inflamación local del intestino y general del resto del cuerpo. Circunstancias ambas esenciales para un correcta actividad musculoarticular y un adecuado rendimiento deportivo”, comenta la doctora Mª Dolores de la Puerta, experta en microbiota intestinal.

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