La fertilidad es un problema nacional y esta es la hoja de ruta para mejorarla

La natalidad en España es un problema, para el país, porque es imposible el necesario recambio demográfico (una situación que se arrastra desde hace 35 años), y para las personas que no pueden formar una familia.

Factores personales, culturales o laborales llevan a posponer tener hijos y el tiempo corre en contra. Las cifras ponen negro sobre blanco la magnitud de la situación: entre el 15 y el 20% de la población tiene problemas de esterilidad, y a pesar de su alta incidencia, todavía hay mucho desconocimiento alrededor, además de falta de atención por parte de los políticos.

Es cierto que el número de hijos de las mujeres europeas es cada vez más bajo, pero el de las españolas lo es llamativamente (1,19 por mujer, solo por detrás de Malta y lejos del 1,53 de media de la UE), y así hemos llegado a tener en 2023 poco más de 322.000 nacimientos, el número más bajo desde 1941, según el INE .

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Cambiar esta realidad es lo que se han propuesto diferentes sociedades médicas (de fertilidad, ginecología, medicina de familia, de matronas), de pacientes, de sociología y de nutrición al redactar un documento de consenso dirigido a “impulsar la información y educación en salud reproductiva, incidir en la prevención de la infertilidad y esterilidad y su tratamiento, y articular un sistema de abordaje eficiente de los retos sociosanitarios que plantea la reproducción”. El Documento de consenso sobre natalidad y salud reproductiva en España se presenta públicamente hoy en el Senado.

Visión de conjunto

El informe es un minucioso análisis de la situación reproductiva en nuestro país. Arranca con un resumen de recomendaciones sobre políticas públicas en los terrenos sociopolítico y económico (promover el empleo juvenil y acceso a la vivienda; fomentar una percepción positiva de la familia; promover políticas de apoyo directo a las empresas para que aprueben e incentiven medidas de conciliación laboral y familiar); biológico (poner la infertilidad en el centro de las estrategias de salud pública; impulsar acciones contra la obesidad y el sedentarismo, y ofrecer una educación sexual realista y plural) y sanitario (reforzar el papel de la atención primaria como referente de información sexual y reproductiva; detección precoz de problemas de esterilidad y ofrecer a las mujeres la posibilidad de preservar su fertilidad con procedimientos como la vitrificación de sus óvulos).

Basándose en la Iniciativa Internacional de Educación sobre la Fertilidad, también recoge una serie de recomendaciones para las personas que quieren ser padres o madres, y hace especial hincapié en la edad: “La fertilidad es edadista. Las mujeres de 30 años tienen un 20% de posibilidades de quedarse embarazadas al mes, pero cae al 5% a los 40 años. Además, si los hombres tienen más de 45 años, aumentan las posibilidades de sufrir un aborto”.

Las enfermedades de transmisión sexual, la eficacia de los tratamientos de fertilidad o la regularidad de las relaciones sexuales son otros factores que se apuntan en este apartado.

Actuar cuanto antes

El informe insiste en la importancia de la prevención y el diagnóstico precoz, porque “muchos de los factores causales de infertilidad y esterilidad pueden solventarse con un abordaje temprano”.

En España hay 400 centros de reproducción asistida y solo el 27% son públicos, en los que la lista de espera media es de un año

Existen diferentes soluciones clínicas para resolver la infertilidad (inseminación artificial, fecundación in vitro, vitrificación de óvulos, método ROPA para parejas de mujeres y donación de ovocitos y espermatozoides), pero en su mayoría se ofrecen en centros privados (de los 400 centros de reproducción asistida que hay en España, solo la cuarta parte son públicos), por lo que el coste de los tratamientos no está al alcance de todos los que los necesitan. Por ello, los autores del informe piden el acceso a los tratamientos a través de la sanidad pública y en las mismas condiciones en todas las regiones del país.

Los firmantes del consenso apelan a los decisores públicos, que “no pueden continuar ignorando el grave problema de fertilidad al que se enfrenta nuestra sociedad”, y que compromete la estabilidad de nuestro sistema. Y concluye con un imperativo: “Hay que actuar rápido y de manera informada para revertir una situación preocupante, que hace que peligre la continuidad de nuestra sociedad y sistema tal y como los conocemos”.