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Cómo saber si tu hijo tiene altas capacidades, según un estudio
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Cómo saber si tu hijo tiene altas capacidades, según un estudio

Identificar a los jóvenes con altas capacidades intelectuales y a los superdotados es muy importante para su desarrollo y adaptación, pero aún queda mucho camino por recorrer

Foto: Así puedes saber si tu hijo tiene altas capacidades, según un estudio. (iStock)
Así puedes saber si tu hijo tiene altas capacidades, según un estudio. (iStock)

Según algunas estimaciones, más del 2% de los niños y jóvenes podrían ser considerados superdotados (un adjetivo generalmente reservado a quienes tienen un coeficiente intelectual a partir de 130), un porcentaje que asciende al 10% si hablamos de altas capacidades intelectuales, cuya calificación suele establecerse a partir de un valor de 120 en el coeficiente intelectual (el CI medio en España está en torno al 100).

Esos jóvenes con alta capacidad intelectual requieren una atención específica que cubra esas necesidades especiales, principalmente en el ámbito de la educación, pero lo cierto es que gran parte de ellos crece sin haber sido identificados con ellas, con el perjuicio que ello supone tanto para el desarrollo de su potencial como para adaptarse correctamente al entorno que les rodea y sentirse integrados y felices.

Foto: Un neuropediatra advierte: el rasgo de los niños con altas capacidades que no es tan positivo. (iStock)

De hecho, los datos más recientes del Ministerio de Educación revelan que en el curso 2021-22 había en España un total de 46.238 alumnos identificados con altas capacidades intelectuales, incluyendo educación infantil, primaria, ESO, bachillerato y FP. Esa cifra representa únicamente el 0,6% de los estudiantes, lo cual deja entrever que solo incluye una pequeña parte del 10% estimado de jóvenes con altas capacidades intelectuales, e incluso queda muy lejos del 2% de los que podrían ser considerados directamente como superdotados.

Identificar altas capacidades intelectuales

Por lo tanto, resulta muy importante hacer un mayor esfuerzo en identificar a estas personas desde jóvenes, para que su educación sea adecuada. En nuestro país, un estudio clave sobre esta cuestión, que ayudó a sentar las bases para la integración de este tipo de alumnos, fue El estudio de la alta capacidad intelectual en España: Análisis de la situación actual, de los autores Daniel Hernández Torrano y Marta Gutiérrez Sánchez, que fue originalmente publicado en 2014.

Los datos muestran que hay que realizar un mayor esfuerzo para identificar las altas capacidades

Estos autores ya alertaban de que, en muchos casos, los resultados numéricos de test de inteligencia podían llevar a engaño y que, también según otros investigadores previos, "la complejidad de la alta capacidad no puede representarse a partir de la medida monolítica del CI", y que podía ser necesario partir "de una concepción multidimensional de la inteligencia en relación con otras variables personales y ambientales que dan lugar a la manifestación de distintos perfiles intelectuales".

Para identificarles, el estudio señalaba la importancia de "modelos holísticos" para establecer procesos en distintas fases, y que tuviesen en cuenta más variables aparte de los tradicionales test de inteligencia. Según mencionaban los autores, también era preciso desarrollar métodos para analizar aspectos como "la creatividad, la competencia socioemocional, las habilidades artísticas y corporales, etc".

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Algunas señales recurrentes en niños con altas capacidades intelectuales son que aprenden a hablar, leer y escribir antes de lo habitual, muestran emociones y sensibilidad de manera intensa, sienten una enorme curiosidad y son muy observadores con lo que les rodea, desarrollan a fondo sus intereses personales, y destacan por su lógica, su capacidad de concentración y su memoria.

Si el niño presenta ese tipo de signos, el equipo de orientación de su centro escolar debe analizar si podría tener altas capacidades y, si lo considera oportuno, hacerle pasar por las pruebas correspondientes. Algo hemos avanzado: los autores del estudio anteriormente mencionado lamentaban que, en aquella época, solo estaban identificados el 0,09% de ese tipo de alumnos. Unos diez años después, ya son el 0,6%, pero aún queda mucho camino por recorrer para atender a todos los jóvenes en esta situación, para lo cual es necesaria la implicación tanto de las familias como de los centros educativos.

Según algunas estimaciones, más del 2% de los niños y jóvenes podrían ser considerados superdotados (un adjetivo generalmente reservado a quienes tienen un coeficiente intelectual a partir de 130), un porcentaje que asciende al 10% si hablamos de altas capacidades intelectuales, cuya calificación suele establecerse a partir de un valor de 120 en el coeficiente intelectual (el CI medio en España está en torno al 100).

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