Esto es lo que una mujer de 119 años desayuna todos los días

Alcanzar el siglo de vida es un hito que pocos logran en el mundo actual. Entre estos casos excepcionales se encuentra Trinh Thi Khong, una mujer originaria de Vietnam que ha celebrado su 119º aniversario. Su receta para una vida prolongada es tan simple como inspiradora: la importancia de un desayuno reforzado y saludable, específicamente las gachas de avena.

Esta centenaria, que reside en la provincia de Dong Nai, no solo ha sorprendido por su longevidad, sino que también está en proceso de ser reconocida por el Libro Guinness de los Récords, superando así a la actual poseedora del récord, María Branys Morena, de 117 años. La clave de su vitalidad, según comparte, radica en iniciar sus días con porridge, un plato nutritivo que combina avena cocida en agua o leche, popular en diversas culturas y conocido por sus múltiples beneficios para la salud.

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Una tradición de longevidad

Khong no es un caso aislado en su familia en cuanto a longevidad se refiere. Desde 2014, comparte hogar con su hija de 82 años, Do Thi Ninh, y su hijo mayor, que ha superado los 90 años. Su extraordinaria edad ha sido oficialmente reconocida por las autoridades locales, que le entregaron un certificado en su 118º cumpleaños, mientras se realizan gestiones para su inclusión en el reconocido libro de récords mundiales.

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El caso de Trinh Thi Khong se suma al de otras personas centenarias que han atribuido su prolongada existencia a dietas específicas. Por ejemplo, Emma Morano, una italiana que vivió hasta los 117 años, basó su longevidad en una dieta especial que incluía tres huevos diarios y un licor casero para la digestión. Estos relatos resaltan no solo la importancia de la genética, sino también el impacto significativo de los hábitos alimenticios en nuestra salud y esperanza de vida.

La historia de Trinh Thi Khong es un testimonio fascinante que pone de relieve el papel crucial de la alimentación en la longevidad. Mientras busca su lugar en el Libro Guinness de los Récords, su ejemplo invita a reflexionar sobre nuestras propias rutinas matutinas y el potencial de los alimentos simples pero nutritivos, como las gachas de avena, para influir positivamente en nuestra salud a largo plazo.