¿Sufres halitosis? Quizás se deba a que tengas los dientes apiñados o mal alineados

El principal hándicap de la halitosis (olor desagradable procedente del aliento de una persona) es social. Es decir, el malestar personal y la vergüenza que produce a quien lo padece. De hecho, esas son las principales razones de quien acude al médico o dentista solicitando una solución para acabar con el mal aliento, según Tomás Hernán Pérez de la Ossa, vocal de la Junta de Gobierno del Colegio de Odontólogos y Estomatólogos de Madrid (COEM).

Aunque no hay consenso en cuanto a su prevalencia, se calcula que aproximadamente el 30% de la población ha padecido o padece halitosis, aumentando su frecuencia con la edad. De hecho, “es una de las causas más frecuentes que presentan los pacientes al acudir al dentista, por detrás de la caries dental y la enfermedad periodontal”, comenta Hernán Pérez de la Ossa.

Curiosamente, en principio, es a las mujeres a quienes más les afecta (el 65% de los pacientes con halitosis correspondían al sexo femenino). Aunque algunos estudios lo achacan a que son ellas quienes más acuden a consulta por esta causa, lo que no tiene que significar que sea menos habitual entre ellos, sino que a ellas les preocupa más.

Las causas de la halitosis están ligadas principalmente a “las bacterias putrefactas que viven en el dorso de la lengua y a los compuestos volátiles de azufre (VSC) producidos a partir de restos de alimentos”, comenta el vocal del COEM. Es fácil entender que sea así, si se tiene en cuenta que las condiciones de humedad y temperatura de hasta 37°C dentro de la cavidad bucal proporcionan un ambiente ideal para que las bacterias puedan florecer y metabolizar eficientemente los aminoácidos.

La alineación de los dientes

Estas bacterias, además, se pueden ver en un ambiente mucho más cómodo para habitar si se produce una mala higiene bucal. Es en este punto donde aparece el apiñamiento dentario. Lo explica Marta Pérez Torices, también vocal de la Junta de Gobierno del COEM: “Cuando los dientes no están correctamente alineados es más difícil cepillarlos; es más retentivo de placa bacteriana. Y eso va a ayudar a producir un mayor acúmulo de restos alimenticios entre los dientes”.

No es el único caso en que la dentadura marca la diferencia entre padecer o no halitosis. “Aquellas maloclusiones que favorezcan una respiración oral también pueden contribuir a la aparición de mal aliento”. La odontóloga se refiere en concreto a personas con “la mordida abierta anterior por provocar respiración oral e incompetencia labial, lo que favorece sequedad tanto de la encía como de los labios”.

La ortodoncia como tratamiento

Es cierto que la ortodoncia puede contribuir a mejorar la halitosis. Pero con reservas. Para empezar, como afirma Hernán Pérez de la Ossa, los efectos no son inmediatos “ya que el alineamiento dentario no es un proceso tan rápido e inmediato, hay que hacerlo de forma fisiológica para todos los tejidos, y no tener prisa”.

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Además, habrá diferencias entre los tratamientos con alineadores o con aparatología fija. Con los primeros, al ser más fácil cepillarse, se podría disminuir el acúmulo de placa según se van alineando los dientes y, con ello, la halitosis. Sobre todo si, tal y como se recomienda, el aparato se lava con agua y jabón neutro después de cada retirada para comer.

Higiene de 'brackets'

Pero con los segundos la cosa es más lenta. De hecho, la higiene es más complicada con este tipo de ortodoncia. “Es posible que empeore el acúmulo de placa bacteriana y, por consiguiente, también la halitosis”, concluye Pérez Torices. Por eso hay que prestar especial atención a la higiene dental durante el tratamiento de ortodoncia.

Los expertos aconsejan utilizar utensilios específicos para ortodoncia. En concreto, cepillos interproximales, que ayudan a retirar los restos de comida que puedan haber quedado entre la estructura metálica del aparato. Además de seda dental para terminar de limpiar en profundidad tus brackets.

¿Por qué ir al médico?

El 90% de la halitosis es intraoral, es decir, sus causas se encuentran en el interior de la boca. Pero también puede tener motivos extraorales, “causas sistémicas que son importantes de considerar”, refiere Pérez Torices. “El hígado es una de las fuentes extraorales más importantes de mal aliento, y su infección crónica afecta a aproximadamente 400 millones de personas en todo el mundo”, concluye.

“La halitosis extraoral también puede ser causada por infecciones del tracto respiratorio, provocando secreciones nasales o sinusales que pasan a la faringe, enfermedades gastrointestinales, trastornos hematológicos o del sistema endocrino…”. Ante estas posibilidades, es importante consultar con el médico o dentista en caso de halitosis.