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¿Cuánto tarda en desarrollarse un tumor cerebral y cómo se manifiesta?
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¿Cuánto tarda en desarrollarse un tumor cerebral y cómo se manifiesta?

Generalmente, crecen de manera lenta y gradual. Pero, en el caso de los malignos, el crecimiento se produce con mayor rapidez

Foto: Foto: iStock.
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Los tumores cerebrales, una masa o crecimiento de células anormales en el tejido cerebral, pueden aparecer en cualquier momento de nuestra vida y pueden tardar en desarrollarse desde unos pocos meses hasta varios años.

Con carácter general, los tumores cerebrales crecen de manera lenta y gradual; sin embargo, en el caso de los tumores malignos, el crecimiento se produce con mayor rapidez.

Por ello, el tiempo que tarda en desarrollarse un tumor cerebral desde su nacimiento hasta que la persona comienza a presentar síntomas puede variar dependiendo de la agresividad del tumor. La detección temprana, aunque no siempre es posible, es fundamental para un tratamiento efectivo.

Según su clasificación histológica, los tumores cerebrales pueden ser malignos o benignos. O bien considerarse primarios cuando se originan en el cerebro, o secundarios o metastásicos cuando el tumor aparece en el cerebro, pero su origen está en otra localización (órgano) de nuestro cuerpo.

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Los síntomas que pueden hacernos sospechar que estamos desarrollando un tumor cerebral pueden ser similares en tumores malignos o benignos.

Síntomas

Los síntomas vendrán determinados según la zona en la que esté alojado, su tamaño y la velocidad de crecimiento:

  • Dolores de cabeza repentinos, persistentes e intensos.
  • Pérdida de visión, visión doble, periférica o borrosa.
  • Pérdida de audición.
  • Náuseas y vómitos no relacionados con problemas digestivos.
  • Convulsiones.
  • Falta de equilibrio y coordinación.
  • Debilidad y/o falta de sensibilidad en las extremidades.
  • Dificultad para hablar.
  • Agotamiento y fatiga.
  • Alteraciones del comportamiento y confusión.

Si aparecen uno o varios de estos síntomas de forma persistente y están descartadas otras patologías, debemos acudir al especialista para que realice una valoración y determine las pruebas necesarias que conduzcan al diagnóstico.

Tumores más frecuentes

Los tumores más frecuentes son:

  • Gliomas: los tumores que se generan en las células gliales son los más frecuentes en adultos. Son tumores primarios que crecen en el propio tejido cerebral. Dentro de ellos, el glioblastoma es el tumor más frecuente. Es un tumor de estirpe maligna para el cual aún hoy en día no hemos evolucionado de forma significativa en la mejora de la supervivencia. La extirpación quirúrgica es la que permite aumentar la expectativa de vida con calidad.
  • Meningioma: se origina en las meninges, que son las membranas que rodean el cerebro y la médula espinal. Es más frecuente en mujeres y suele ser un tumor benigno. Debido a su crecimiento lento, el paciente no suele darse cuenta hasta que el tumor tiene un buen tamaño. En la mayoría de los casos, se pueden extirpar quirúrgicamente al tratarse de un tumor que está por fuera del parénquima cerebral. Sin embargo, existen meningiomas de localizaciones profundas como son las de la base del cráneo, que son de extirpación difícil.
  • Metástasis cerebral: aunque se trate de un tumor cerebral secundario, es el tumor cerebral más frecuente. Se origina en otro tejido del cuerpo y se implanta, metastatiza al cerebro. Pueden ser múltiples y se presentan con mayor frecuencia en pacientes con cáncer de pulmón, mama y colon.

Si estamos ante un paciente con sospecha clínica de un tumor cerebral, deberemos realizarle las pruebas diagnósticas pertinentes.

​Cómo se detecta

El principal estudio es la resonancia magnética con contraste. Como primera opción, podemos pedir un TAC del cerebro, pero la resonancia presenta mayor resolución y detalle.

En casos en los que el tumor se localice en áreas funcionales (elocuentes) del cerebro, podemos pedir una resonancia cerebral funcional. La resonancia con espectroscopia, así como el PET-TAC, nos pueden ayudar a determinar o, al menos, orientar sobre el tipo histológico de tumor y su grado de malignidad.

Tratamientos

El tipo y el plan de tratamiento para tratar un tumor cerebral dependerá de varios factores. Tendremos que tener en cuenta cuáles serán nuestras probabilidades de curar al paciente y a qué coste. Si sabemos que, por el tipo histológico, no curaremos al paciente con una intervención, valoraremos con detalle si esta es necesaria y qué tipo de complicaciones puede llevar asociada.

En líneas generales, el especialista elegirá el plan de tratamiento según diversos factores como podrían ser:

  • La localización de la lesión.
  • En qué fase de desarrollo evolutivo se encuentra.
  • La edad del paciente.
  • Presencia de otras patologías o comorbilidades.
  • Posibilidades de mejora.
  • A qué coste: cuál es el riesgo de complicaciones o secuelas.

En cualquier caso, la decisión terapéutica sobre una tumoración cerebral deberá tomarse de forma colegiada.

placeholder Foto: iStock.
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En ocasiones, decidimos realizar una biopsia para determinar no solo el tipo histológico del tumor, sino también el tipo molecular.

En este sentido, está evolucionando el tratamiento de estos tumores cerebrales de la misma forma que lo está haciendo ya desde hace años el tratamiento de tumores de otras localizaciones. Se quiere realizar un tratamiento más personalizado y dirigido no solo ya al tipo histológico de tumor, sino también al tipo molecular del mismo.

Por fortuna, hoy en día contamos con un abanico mayor de opciones terapéuticas, tanto quimioterápicas como radioterapéuticas. La inmunoterapia que ha supuesto un gran avance en tumores de otras localizaciones se empieza a aplicar en algunos tumores cerebrales. La radioterapia estereotáxica o las radiocirugías con rayos gamma o la terapia de protones son tratamientos más precisos que permiten dosis más altas en el tumor con mucho menor riesgo de lesión de los tejidos circundantes.

Y la cirugía también ha avanzado mucho. Contamos con microscopios y navegadores operatorios de última generación que nos permiten ser mucho más exactos en la localización y resección de la lesión tumoral. Podemos poner fármacos antes de la intervención al paciente, que iluminan bajo el microscopio a las células tumorales que de otra forma serían invisibles al ojo del cirujano.

Foto: Las nuevas técnicas permiten mejores resultados. (iStock)

Podemos hacer intervenciones con el paciente despierto y colaborando con nosotros para aquellas lesiones que se encuentren cerca o dentro de áreas elocuentes y funcionales. Y contamos con sistemas de comprobación intraoperatoria del grado de resección. Y pronto los sistemas robóticos nos ayudarán en la ejecución de partes de la cirugía o serán capaces de ejecutar biopsias sin nuestra ayuda.

En definitiva, contamos con un arsenal terapéutico y tecnológico para poder acometer el tratamiento de estos tumores con la mayor seguridad y menor riesgo para nuestros pacientes.

Aun así, nos queda mucho camino por recorrer.

Los tumores cerebrales, una masa o crecimiento de células anormales en el tejido cerebral, pueden aparecer en cualquier momento de nuestra vida y pueden tardar en desarrollarse desde unos pocos meses hasta varios años.

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