El horario laboral (común en España) que acorta tu vida hasta en un 20%, según la ciencia

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Múltiples estudios han reflejado el impacto negativo de no dormir. Muchas de esas consecuencias aparecen desde el mismo momento que quitamos tiempo a esta necesidad, mientras que otras inciden en nuestra salud general hasta acortar la vida en un 20%, según recoge Europa Press. El cansancio y un menor rendimiento son los efectos más inmediatos de la falta de sueño. Una situación que empeora si se mantiene en el tiempo hasta quitarnos días de vida.

Así, la ciencia siempre ha fijado el rango de las 7 y 8 horas, coincidiendo también con la jornada laboral habitual de 8 horas, que al mismo tiempo es crucial para dormir. Las condiciones horarias de tu empleo son determinantes en la salud. Concretamente, hay un horario laboral común en España que es responsable de que los afectados vivan en torno a 17 años menos respecto a la esperanza media de vida en la Comunidad de Madrid, fijada en algo más de 84 años, según informa la agencia.

La jornada laboral responsable

Se trata del horario nocturno o a turnos. Acorta la vida en un 20% porque aumenta la posibilidad de sufrir estrés crónico, supone mayores dificultades para la vida social y las relaciones personales, y conlleva un incremento de la probabilidad de desarrollar hábitos nocivos como trastornos alimentarios y consumo de tabaco y alcohol.

Esta larga lista de problemas es una mezcla explosiva para que nuestros años de vida se vean reducidos. Tener un empleo de noche incide directamente en las horas de sueño y su calidad. Por lo general, estos trabajadores no descansan lo suficiente y duermen 6 horas. A esto hay que sumar la alteración del ritmo biológico o ritmo circadiano que se produce cuando dormimos de día y nos mantenemos activos durante la noche.

Aunque acostumbrarnos a este cambio de horarios pueda parecer la solución, nuestro organismo tiene programado de forma natural que el descanso se produzca por la noche

Aunque acostumbrarnos a este cambio de horarios pueda parecer la solución, lo cierto es que nuestro organismo tiene programado de forma natural que el descanso se produzca por la noche. “Lo normal es que por la noche segregamos la melatonina, que es la hormona que nos ayuda a relajarnos y al descanso, y por el día segregamos cortisol, que es la hormona que nos mantiene activos”, ha señalado a EP Ana Jiménez, facultativa especialista de Medicina Interna del Severo Ochoa.

El grupo de la población más afectado

Los expertos advierten que este problema se está trasladando a más personas, ya que el horario nocturno cada vez “es más frecuente” en nuestro país, indica el jefe del servicio de Salud Laboral del Gregorio Marañón, Ignacio Sánchez-Arcilla. Entre este grupo, las mujeres mayores de 40 años y con problemas previos de sueño son las más vulnerables, según detalla Milagros Merino, neuróloga de la Unidad de Trastornos Neurológicos del Sueño de La Paz

Un estudio reciente publicado en la revista Diabetes Care también apuntó a la población femenina como la gran afectada. "Las mujeres duermen peor que los hombres, por lo que es fundamental comprender cómo afectan los trastornos del sueño a su salud a lo largo de la vida, especialmente en el caso de las mujeres posmenopáusicas", afirma la doctora Marishka Brown, directora del Centro Nacional de Investigación de Trastornos del Sueño del Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre (NHLBI).

Este escenario es aún más desfavorable para quienes deben afrontar los trabajos a turnos porque el organismo no es capaz de adaptarse con rapidez a estos cambios continuos. Así, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) asegura que quienes trabajan de noche envejecerán prematuramente cinco años por cada quince en esta jornada laboral.

Diabetes, obesidad y enfermedades cardiovasculares

Las complicaciones que pueden presentar son, sobre todo, “a nivel cardiovascular, con riesgo de hipertensión, de infarto, de ictus; a nivel inmunológico, con peores defensas; a nivel metabólico, con riesgo de sobrepeso, de diabetes, de obesidad; y con problemas psiquiátricos como depresión, ansiedad, irritabilidad y mayor riesgo de accidentalidad”.

En el estudio mencionado anteriormente también se refleja que las mujeres que no duermen lo suficiente presentan mayor riesgo de diabetes. Las investigaciones reflejan que dormir poco aumenta la resistencia a la insulina en las mujeres, especialmente en las posmenopáusicas. Esta alteración en el metabolismo de la glucosa iría ligada a un aumento del apetito y disminución del gasto energético, lo que también puede ocasionar obesidad. Dos importantes factores de riesgo para la aparición de enfermedades cardiovasculares.

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La doctora Merino destaca el impacto del trabajo nocturno como un factor de riesgo de predisposición a sufrir cáncer "o la peor evolución de procesos". También lo cree así la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), que incluyó en el segundo nivel en una escala de cuatro la clasificación del trabajo en turno de noche en el grupo de "probables carcinógenos para los humanos".

La vida social

El bienestar y la salud mental se ven fuertemente perjudicados. La fatiga implica una menor y peor vida social. "Unas alteraciones del sueño y falta de descanso que son susceptibles de desencadenar fatiga crónica, estrés crónico, síndrome de burnout o, en los casos más graves, trastornos de ansiedad y depresión", alerta Ana Jiménez.

Repercute en nuestro ánimo y, por ende, en las relaciones personales. "Hay más divorcios y menor fertilidad, y hay mayor predisposición al abuso de drogas y alcohol. Muchas veces, las drogas son utilizadas para compensar las consecuencias del problema del sueño provocado por el trabajo a turnos", ha afirmado la doctora Merino a EP.