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¿Es posible comprar sano sin gastar de más?
  1. Bienestar
CONSEJOS BÁSICOS

¿Es posible comprar sano sin gastar de más?

Aunque cada vez es más difícil comprar a buen precio alimentos nutritivos y de calidad, aún se pueden seguir algunos trucos para no dejarse el sueldo en el supermercado

Foto: Los precios de los alimentos han subido notablemente en los últimos años. (iStock)
Los precios de los alimentos han subido notablemente en los últimos años. (iStock)

La respuesta a esta pregunta no es tan positiva como debería. De hecho, aunque la inflación de los alimentos se haya visto moderada hasta el 5,3%, según los últimos datos, el comentario más habitual a la salida del supermercado es: “Por este mismo dinero hasta hace nada compraba casi el doble”.

En efecto, los precios de los alimentos, y sobre todo de los saludables, se ha encarecido notablemente en los últimos años. Así lo indica Ingortze Zubieta, dietista-nutricionista y miembro de la Academia Española de Nutrición y Dietética: “Cada vez es más difícil comprar sano sin sacrificar el bolsillo. Hay que hacer verdaderos malabarismos para conseguirlo”.

El motivo es doble, según esta experta: “No solo la comida sana está cada vez más cara, sino que la insana es más barata”. Se refiere a que, por ejemplo, "por el precio de dos naranjas se pueden comprar varios pasteles con los que es más sencillo alimentar a una familia. Y, encima, de estos últimos hay más oferta y variedad. Y resultan más apetecibles a la vista”, recalca Zubieta.

Lo malo es que “comprar productos menos sanos pero más económicos significa comprar alimentos ultraprocesados, cuya composición nutricional no es adecuada y sí es deficitaria”, asegura la dietista-nutricionista. Porque, por un lado, este tipo de productos carecen de nutrientes de calidad; pero, por otro, abusan de ingredientes como los azúcares refinados, la sal, las grasas de peor calidad y los ácidos grasos insaturados.

Frescos, pero también en conserva

A pesar de que las noticias no son buenas, seguir algunos consejos básicos permitirá comprar sano ajustando precios. Entre las claves a tener en cuenta, Zubieta destaca “elegir productos frescos de temporada y de proximidad porque, al estar en su momento óptimo de consumo, suelen ser más económicos”. Un ejemplo: el melón en invierno es mucho más caro que en verano.

placeholder La verduras no pueden faltar en la cesta de la compra. (Corbis/Daniel Koebe)
La verduras no pueden faltar en la cesta de la compra. (Corbis/Daniel Koebe)

Recurrir a las verduras en conserva también es buena idea para la experta. Se refiere a alcachofas, acelgas, judías, espinacas… “Nos facilitará la elaboración de comidas los días que tengamos menos tiempo, pero no queramos renunciar a alimentarnos bien. La ventaja de estos alimentos es que no están tan expuestos a las fluctuaciones de los precios de mercado”.

Apuesta por las legumbres

Las legumbres deberían pasar a ser nuestras grandes aliadas para comer sano, con nutrientes y a buen precio. “Tanto secas como en conserva, van a resultar más económicas que la mayoría de los demás alimentos proteicos, como son las carnes o los pescados”, comenta la dietista-nutricionista.

Y recuerda que las legumbres son una importante fuente de proteínas de calidad, pero también de fibra y de minerales. Una de sus ventajas es que se pueden consumir hasta cuatro veces a la semana. Y que si se compran secas y se cuecen en casa, en lugar de en bote, también se economiza.

Menú semanal, lista preparada

Mantener cierta organización es crucial a la hora de acudir a hacer la compra. Por eso, Zubieta recomienda acudir al mercado o supermercado con el menú semanal ya pensado y la lista de la compra escrita. “Si se va con una lista, es más fácil no caer en la tentación de comprar productos de mala calidad. Es más fácil comer mejor”, argumenta.

Foto: Estos son todos los alimentos que contienen azúcar oculto y que no conocías. (iStock))

A pesar de ello, hay que ser flexibles con esa lista “por si nos encontramos con ofertas, que nos permitan adaptar ese menú”. De hecho, recurrir a las ofertas del día que los comercios ofrecen, a veces por tener la fecha de caducidad cercana, es muy buena forma de ahorrar. Y si en ese momento no pensamos consumirlo, basta con congelarlo.

De hecho, congelar los productos frescos o comprar congelados es otro de los consejos de Zubieta: “El producto fresco y el congelado tienen valores nutricionales muy similares, siempre que los procesos de congelado y descongelado se hagan correctamente para que las propiedades se mantengan”.

Carnes, pescados y fruta

Estos tres tipos de alimentos son los que más han visto incrementarse su precio. Es una de las razones de que se haya aumentado el consumo de carnes más baratas, como hamburguesas o salchichas. “Son productos en cuya composición hay más presencia de harinas, grasas y azúcares, nutrientes que no nos interesan”, afirma la experta.

placeholder Guiso de carne con patatas. (iStock)
Guiso de carne con patatas. (iStock)

En cuanto al pescado, Zubieta sí recomienda optar por el congelado, “con precios generalmente más ajustados que el fresco”. La fruta es posible adquirirla en algunos establecimientos “con imperfecciones, más fea, pero más económica. Y siempre apostando por la proximidad y la temporalidad”.

En cuanto a la preparación, la experta aconseja “hacer guisos como garbanzos con espinacas, o pollo con patatas y verduras. De esta manera, los alimentos cundirán más que si se cocinan a la plancha. Y, realmente, las salsas y los guisos pueden ser muy saludables sin llegar a ser calóricos, siempre que tengamos en cuenta la calidad de los productos con que las preparamos y evitemos harinas refinadas o espesantes, que no dan ningún aporte nutricional”, concluye la académica.

La respuesta a esta pregunta no es tan positiva como debería. De hecho, aunque la inflación de los alimentos se haya visto moderada hasta el 5,3%, según los últimos datos, el comentario más habitual a la salida del supermercado es: “Por este mismo dinero hasta hace nada compraba casi el doble”.

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