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SIBO y síndrome del intestino irritable... ¿Cómo diferenciarlos?
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TRASTORNOS DIGESTIVOS

SIBO y síndrome del intestino irritable... ¿Cómo diferenciarlos?

Ambos presentan una clínica similar, con síntomas que pueden confundirse entre sí. Para diferenciarlos es importante entender las causas que provocan cada uno

Foto: Los trastornos gastrointestinales han aumentado. (iStock)
Los trastornos gastrointestinales han aumentado. (iStock)

En los últimos años, y más aún desde la pandemia, los trastornos gastrointestinales han aumentado su prevalencia. Y lo han hecho “significativamente y de manera global”, según Pilar Casasnovas, farmacéutica y responsable del Departamento de Formación de PiLeJe. Es así a pesar de que su incidencia puede variar según la región geográfica, los grupos de edad, los cambios en la dieta y el estilo de vida.

La razón de que se cite la pandemia no es casual. La experta asegura que, en los periodos de confinamiento, los pacientes con “síntomas y trastornos de la interacción del eje intestino-cerebro aumentaron de un 56% a un 69% aproximadamente”. Y añade: “Un incremento que se asoció a la ansiedad que se vivió durante esa época”.

Sea como fuere, la realidad es que, en la actualidad, patologías como el SIBO o el síndrome del intestino irritable son más habituales. Y, además, tienen muchas peculiaridades comunes. “Ambas presentan una clínica muy similar, con síntomas bastante generales que pueden confundirse entre sí”, declara Casasnovas.

El SIBO supone la presencia de un exceso de bacterias en el intestino delgado. Y provoca, en palabras de la experta, “múltiples síntomas intestinales poco específicos como dolor abdominal, hinchazón, diarrea, dispepsia, reflujo, fatiga, cefaleas, trastornos del tránsito, náuseas, malabsorción de nutrientes y deficiencias nutricionales, entre otros”.

Diferenciar ambas dolencias según la causa

El síndrome del intestino irritable es un trastorno que comporta una alteración de la comunicación del denominado eje microbiota-intestino-cerebro. En cuanto a sus síntomas, Casasnovas explica: “Provoca cambios en la función intestinal y dolor abdominal, alteración en el ritmo intestinal y en la consistencia de las deposiciones (estreñimiento, diarrea, alternancia diarrea/estreñimiento) y/o flatulencia”.

Foto: Foto: iStock.

La farmacéutica tiene claro que para distinguir ambas enfermedades es importante tener claro qué causa los síntomas. En el caso del SIBO se deben a “la presencia de un exceso de microorganismos en el intestino delgado, que fermentan los nutrientes proporcionados mediante la dieta”.

Síntomas después de comer o a lo largo del día

Por eso, el paciente notará los síntomas generalmente con más frecuencia tras la ingesta de comida. Además, estas bacterias del intestino delgado compiten por conseguir los nutrientes y “a menudo, estos pacientes suelen sufrir carencias de ciertas vitaminas, micronutrientes y pérdida de peso”. Algo que no sucede con el intestino irritable, aclara Casasnovas.

"La mayoría de los estudios demuestran una mayor prevalencia del intestino irritable en mujeres"

Por el contrario, en el síndrome del intestino irritable, los síntomas “son más regulares a lo largo del día y no tan específicos en la etapa postprandial”, es decir, después de comer. Otra de las diferencias entre ambas dolencias es que el intestino irritable “afecta principalmente a individuos jóvenes y tiende a superponerse con otras enfermedades gastrointestinales funcionales”. Y una curiosidad: “La mayoría de estudios demuestran una mayor prevalencia del síndrome del intestino irritable en las mujeres. Aunque en Asia es igual de común en hombres y mujeres”.

Tratamiento específico

Aunque el síndrome del intestino irritable no tiene un tratamiento definitivo, “podría controlarse eliminando algunos factores exacerbantes, como ciertos fármacos, condiciones estresantes, mejorar el sueño y cambios en los hábitos alimentarios”, en opinión de Casasnovas. Su dieta debe “incluir alimentos frescos y no procesados, y complementarse con nutrientes que aporten un beneficio para su salud”, aclara la experta.

“El tratamiento por excelencia del SIBO consiste en el uso de antibióticos para reducir el número de bacterias sobrecrecidas en el intestino delgado”, asegura la experta de PiLeJe. Auque cada vez más se usan “aceites esenciales, conocidos ampliamente también por su acción antiinfecciosa y con menos efectos secundarios que los antibióticos”.

Cuidados para ambas patologías

A cada uno de estos tratamientos se le puede añadir un cuidado extra en la dieta, “ya que el desequilibrio de la microbiota es un factor desencadenante del intestino irritable y del SIBO. Por lo tanto, ingerir lo que hoy en día se conoce como realfooding, que sean ricos en macro y micronutrientes de calidad, va a ser imprescindible para evitar estas patologías”, declara Casasnovas.

placeholder En Europa, el síndrome del intestino irritable es más común en mujeres.
En Europa, el síndrome del intestino irritable es más común en mujeres.

La experta también recomienda, en ambos casos, “evitar al máximo posible los alimentos ultraprocesados y fast food, puesto que poseen una baja calidad nutricional y se ha visto que producen alteraciones negativas en nuestra microbiota intestinal”. Y destaca que "la complementación con probióticos en estos pacientes ha demostrado tener efectos positivos sobre la motilidad intestinal, la sensibilidad, el alivio del dolor y la sintomatología general en pacientes con intestino irritable".

¿Por qué son ahora más habituales?

Las razones son diversas y multifactoriales. Casasnovas destaca tres principales, empezando por “los cambios en la dieta, incluido el aumento de alimentos procesados, el aumento en el consumo de alimentos ricos en grasas y azúcares, y la disminución en el consumo de fibra”.

Foto: La dieta es fundamental para controlar los síntomas del SII. (iStock)

El estrés y otros factores ambientales también desempeñan un papel importante en el incremento de trastornos digestivos porque “pueden afectar no solo a la función gastrointestinal, sino a elementos del ecosistema intestinal como la microbiota, lo que podría predisponer a los individuos a desarrollar trastornos digestivos cada vez más frecuentes”, afirma la experta.

A esto también se le deben sumar “los avances en la tecnología médica, como las pruebas de imagen y los métodos de diagnóstico más precisos, que pueden haber llevado a una mejor identificación de estos trastornos”, concluye Pilar Casasnovas.

En los últimos años, y más aún desde la pandemia, los trastornos gastrointestinales han aumentado su prevalencia. Y lo han hecho “significativamente y de manera global”, según Pilar Casasnovas, farmacéutica y responsable del Departamento de Formación de PiLeJe. Es así a pesar de que su incidencia puede variar según la región geográfica, los grupos de edad, los cambios en la dieta y el estilo de vida.

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