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Confirmado: los enfermos del corazón no se cortan con el consumo de sal en la comida
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Colegio Americano de Cardiología

Confirmado: los enfermos del corazón no se cortan con el consumo de sal en la comida

Reducir el sodio de la dieta es un objetivo para las autoridades sanitarias, ya que es una medida sencilla y efectiva contra la enfermedad cardiovascular. A pesar de ello, la mayoría de personas con estos problemas toma el doble de sal de lo recomendado

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Pocas personas admiten abiertamente que prefieren que sus comidas estén ‘sabrosas’ en lugar de sosas. De hecho, la percepción generalizada es la de que su dieta contiene poca sal, pero lo erróneo de esa creencia queda al descubierto cuando el médico prescribe limitar al máximo la ingesta de sodio y la resistencia a seguir la recomendación es también generalizada.

El alto consumo de sodio en la dieta es una realidad que preocupa a las autoridades sanitarias de todo el mundo, ya que se asocia al desarrollo de problemas cardiovasculares -que son uno de los principales motivos de enfermedad y muerte-, obesidad, cáncer gástrico, enfermedades renales y osteoporosis, entre otras afecciones. La Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que, de media, los adultos de todo el mundo toman 4.310 mg al día de sodio (equivalente a 10,7 gramos de sal) y recomienda reducir la cantidad a la mitad, es decir, a 5 gramos de sal (una cucharadita) al día para los adultos.

Foto: La mayoría de instituciones científicas recomiendan reducir el consumo de sal. (iStock)

Este tema se ha colado en la Sesión Científica Anual del Colegio Americano de Cardiología, que se celebrará en Atlanta, a partir del próximo sábado, y en el que se va a presentar un nuevo estudio que revela que las personas con enfermedades del corazón toman el doble de sal que las que no las padecen.

"Calcular las cantidades de sodio en una comida puede ser un reto", admite Elsie Kodjoe, residente de medicina interna en el Hospital Regional Piedmont Atenas, en Georgia, y autora principal del estudio. “Las etiquetas de los alimentos ayudan en la estimación del sodio en la dieta; sin embargo, seguir una alimentación pobre en sal sigue siendo un desafío, incluso para las personas con enfermedades cardiovasculares que tienen un fuerte incentivo para seguirla".

Estudio en miles de personas

Este nuevo estudio se basa en una muestra de más de 3.100 personas con enfermedades cardiacas -infarto de miocardio, angina de pecho, ictus, insuficiencia cardiaca-, de las que el 89% consume más de 1.500 mg de sodio, el máximo diario recomendado por la Asociación Americana del Corazón para los cardiópatas. Concretamente, los participantes del estudio toman más del doble de esta cantidad, un hecho peligroso porque “limitar la ingesta de sodio es un cambio fundamental del estilo de vida que ha demostrado que reduce la probabilidad de eventos cardiovasculares adversos importantes posteriores”, destacan los investigadores.

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Para calcular la ingesta de sodio, los autores se han basado en cuestionarios autoinformados, en los que los participantes indican todo lo que han consumido en 24 horas. A partir de esas respuestas, se ha descubierto que los afectados por enfermedades cardiovasculares toman, de media, 3.096 mg de sodio al día, que es ligeramente inferior al promedio nacional de 3.400 mg/día indicado por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EEUU.

Es necesario encontrar formas prácticas para que el público en general calcule los niveles de sodio en la dieta

"La diferencia relativamente pequeña en la ingesta de sodio sugiere que las personas con enfermedades cardiovasculares no limitan mucho su ingesta en comparación con la población general y también consumen más del doble de lo recomendado", insiste Kodjoe. "Para que sea más fácil para los pacientes cumplir con las pautas dietéticas, necesitamos encontrar formas más prácticas para que el público en general calcule los niveles de sodio en la dieta o tal vez considerar una reducción en el contenido de sodio de los alimentos que tomamos directamente desde la fuente".

Las personas pueden tomar medidas proactivas para reducir su consumo de sodio, afirma la autora principal, entre las que destacan preparar más comidas en casa y prestar más atención a las etiquetas de los alimentos.

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"Cumplir con las pautas de sodio es una de las estrategias más fáciles que las personas podrían adoptar para reducir las hospitalizaciones, los costes de atención médica, la morbilidad y la mortalidad asociadas con las enfermedades cardiovasculares", subraya la doctora.

¿Qué hacemos en España?

En nuestro país, el objetivo es el recomendado por la OMS (5 gramos de sal al día). Desde el año 2008, cuando se puso en marcha el Marco Europeo para Iniciativas Nacionales sobre la Sal, que aspiraba a reducir, al menos, el 16% de sal en todas las categorías de alimentos en los cuatro años siguientes, se han llevado a cabo diferentes estrategias, aunque algunas de las más relevantes han sido fuera de plazo. Entre esas acciones sobresalen acuerdos con la industria alimentaria, como el firmado con los fabricantes de aperitivos, que han recortado un 5% la sal de sus productos, o la entrada en vigor, en abril de 2022, de la norma que fija la cantidad máxima de sal que debe contener el pan.

Pocas personas admiten abiertamente que prefieren que sus comidas estén ‘sabrosas’ en lugar de sosas. De hecho, la percepción generalizada es la de que su dieta contiene poca sal, pero lo erróneo de esa creencia queda al descubierto cuando el médico prescribe limitar al máximo la ingesta de sodio y la resistencia a seguir la recomendación es también generalizada.

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