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¿Tu casa amenaza tu salud? Arquitectos y médicos señalan puntos críticos de tu hogar cuando pasas de los 50
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¿Tu casa amenaza tu salud? Arquitectos y médicos señalan puntos críticos de tu hogar cuando pasas de los 50

Hogar no es sinónimo de calidad de vida, y es frecuente que contenga elementos potencialmente peligrosos. Arquitectos y médicos revelan qué requisitos que deben cumplir para que sean seguros, especialmente a medida que cumplimos años

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¿España es país para viejos? Pues eso depende del criterio de cada uno y del lugar en el que viva, pero lo cierto es que, en general, no percibimos que el nuestro sea uno de los mejores países, a juzgar por el 6,5 que concedemos a nuestra satisfacción vital, dos décimas por debajo del promedio de la OCDE, como revela el informe sobre calidad de vida de la organización.

Siendo sensatos, más nos vale poner de nuestra parte para mejorar a satisfacción vital a partir de los 50 años, una barrera a partir de la cual el paso del tiempo comienza a manifestarse en nuestra condición física, y nuestra sociedad avanza imparable hacia la vejez. De hecho, ya hay más población de más de 45 años que en la otra mitad más joven (hay más de 28 millones de personas en la franja de entre 45 y 85 años, 4 millones más que de menores de 45 años), por lo que es necesario tomar las medidas sociales, sanitarias y urbanísticas adaptadas a una población envejecida.

Más del 80 % de los factores que intervienen en nuestra salud se encuentran fuera del ámbito puramente sanitario

Prevenir siempre es lo mejor, y más cuando de salud se trata. Actuar sobre los factores que nos pueden enfermar o mermar nuestras facultades incluye más cosas que ser activos físicamente, seguir una dieta mediterránea, vigilar los factores el riesgo cardiovascular o cumplir los programas de detección precoz de algunos tipos de cáncer, también afecta al entorno.

"El entorno urbano puede tener un impacto muy relevante en la salud humana por su capacidad de influir en aspectos clave que condicionan la salud física y mental, como la movilidad, la nutrición saludable o los espacios naturales, determinantes esenciales para la salud y el confort de las personas", recoge el trabajo Ciudad y territorio saludable, del Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España (CSCAE). "Si se tiene en cuenta que más del 80 % de los factores que intervienen en nuestra salud se encuentran fuera del ámbito puramente sanitario, y dependen directamente del entorno en el que habitamos, queda patente el incuestionable papel que desempeñan la arquitectura y el diseño urbano en nuestro bienestar", destaca.

El peso de la hipoteca

Siguiendo esta preocupación por el bienestar de las personas relacionado con el entorno, el Grupo de Trabajo Arquitectura y Salud de Socisalud ha elaborado el documento La dimensión física, mental y emocional de los entornos construidos -en el que han participado sanitarios, urbanistas, abogados y pacientes-, que destaca que pasamos más del 90% en espacios interiores y las condiciones de esos entornos afectan a nuestra piel y a los diferentes órganos. Por ello, la salud cada vez está más en el centro de los planteamientos urbanos.

placeholder La Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) a las puertas del Congreso. (EFE)
La Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) a las puertas del Congreso. (EFE)

Elementos como los materiales de construcción que no contengan sustancias tóxicas peligrosas para la salud a corto y medio plazo, la iluminación, la ventilación de los espacios o el aislamiento acústico son primordiales en la construcción de viviendas; y más lo es evitar que la construcción esté expuesta al gas radón o a la contaminación electromagnética por emisiones de líneas de alta tensión o antenas de telefonía.

Pero además de las condiciones de los espacios, "el acceso a la vivienda impacta enormemente en la salud ciudadana, llegando a producir niveles de estrés, crisis personales e incluso intentos de suicidio en determinadas situaciones de desahucio", recoge el documento. El impacto emocional está bien justificado, puesto que la adquisición de una vivienda es, para muchas personas, la decisión más importante de su vida.

Según ha apuntado iAhorro a El Confidencial, la hipoteca media en España es a 25 años (aunque es frecuente cancelarla unos años antes), y la edad de los firmantes oscila entre 31 y 45 años. Es decir, que la liquidación de la hipoteca suele ocurrir entre los 54 y 68 años, una edad que, a menudo, coincide con cambios vitales relevantes: los hijos se independizan, se aproxima la jubilación, separación de la pareja y aparecen las enfermedades (incluso la muerte).

Llegados a ese punto, muchas personas se plantean: ¿esta vivienda se adapta a mis necesidades? Y si existen limitaciones físicas, las barreras arquitectónicas las acentúan; entonces "hay gente prisionera del hogar que compró hace décadas", ilustra Sigfrido Herráez, decano del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM).

La casa de los seniors

En este escenario, el COAM y la compañía Leroy Merlin han impulsado el Primer Estudio Nacional sobre Vivienda a partir de los 55 años. El trabajo, realizado por Sigma Dos, se basa en los resultados de una encuesta a 1.801 personas mayores de 55 años, una muestra representativa de la población senior española, que ofrece una radiografía de cómo ven el futuro de su vivienda.

placeholder Los expertos señalan que la mejor edad para reformar el hogar es entre los 55 y los 68 años (Foto: iStock)
Los expertos señalan que la mejor edad para reformar el hogar es entre los 55 y los 68 años (Foto: iStock)

Dando por sentado que la vivienda 'goza de buena salud' (sin problemas estructurales que comprometan su habitabilidad), el primer aspecto que queda patente es que esos ciudadanos quieren seguir viviendo en su casa, aunque la mayoría (el 71%) es consciente de que tendrá que hacer adaptaciones antes de los 71 años, una edad posterior a la que manejan arquitectos e interioristas, para los que el momento idóneo es entre los 55 y 65 años. "La gerontofobia lleva a postergar la toma de decisiones. Tenemos estereotipos y prejuicios hacia nosotros mismos, y cuando llega el declive repentino, debemos enfrentarnos a lo que antes hubieran sido pequeñas reformas", dice la doctora Vania de la Fuente-Núñez, coautora del estudio sobre vivienda y autora principal del primer informe de la OMS sobre edadismo. "Hay estigma y evitamos proyectarnos en la vejez, y esto puede tener un impacto muy negativo". Puede suceder que un problema de salud nos lleve al hospital y "al volver a casa, ya no es igual".

Foto: Foto: iStock. Opinión

Así es que, lo primero, es dejar a un lado reparos y acondicionar la casa para lo que va a venir y así poder mantener el máximo tiempo posible la autonomía. Eso implica más cosas que "sustituir la bañera por el plato de ducha", dicen los autores del informe, algo que tiene interiorizado buena parte de la población (el 42% de los seniors reforma el baño).

Hay otras adaptaciones, como mejorar la iluminación de la casa —muy conveniente porque la pérdida de visión y la presbicia asociadas a la edad, y también para personas con demencia, pero que solo hace el 8,6% de mayores de 50—, reformar la cocina con muebles inferiores de fácil accesibilidad —lo hace el 35%—, o retirar alfombras y elementos que favorecen tropiezos y caídas.

Ampliar espacios y ventanas

Aunque eliminar elementos superficiales y hacer las estancias más diáfanas es otra estrategia para evitar caídas, menos de la mitad (el 45%) está dispuesto a perder espacio, y solo el 15,7% aceptaría desprenderse de recuerdos, y es que, como reconoce la doctora, "los objetos desempeñan un papel estabilizador de la identidad y de la memoria en las personas mayores. Son su arraigo y, por tanto, no es conveniente despojarlo de ellos". Entonces, lo idóneo es encontrar un término medio entre la movilidad segura y el apego de una persona al hogar y sus objetos.

Foto: Las claves que ayudan a no perder la memoria al envejecer. (iStock)

Sigfrido Herráez apuesta por soluciones que permitan recuperar espacios que en otro tiempo se destinaban a habitaciones de los hijos. "Tirar paredes para crear un comedor o un salón amplio donde reunir a la familia y amigos es muy positivo para la salud mental". El arquitecto también propone -si es posible- “abrir huecos más grandes para las ventanas, así pasa más luz, lo que mejora la visibilidad, pero también mejora el estado de ánimo”.

Y lo más simple: el color de las paredes. Existe evidencia del impacto de los colores en el estado de ánimo y el bienestar y en el cerebro, de aquí la importancia de una elección adecuada.

Sergio Vicente, director de marca de Leroy Merlin España, asegura, basándose en la experiencia de la compañía, que "existe bastante desconocimiento sobre las adaptaciones que se pueden hacer para prolongar la vida en el hogar; de aquí la importancia de que nos planteemos si nuestras viviendas están adaptadas para fases de la vida más avanzadas".

Con todo esto, ¿España es país para viejos? Sí, es país para (y de ) viejos... si tienes una casa bien adaptada a tu condición física y mental y una buena pensión.

¿España es país para viejos? Pues eso depende del criterio de cada uno y del lugar en el que viva, pero lo cierto es que, en general, no percibimos que el nuestro sea uno de los mejores países, a juzgar por el 6,5 que concedemos a nuestra satisfacción vital, dos décimas por debajo del promedio de la OCDE, como revela el informe sobre calidad de vida de la organización.

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