Neuroma de Morton: síntomas, causas y tratamiento para una patología muy molesta
Es la dolencia que sufre la reina Letizia y que solo se alivia bajándose de los tacones. Si primáramos el confort a la estética, muchos casos no se diagnosticarían, dicen los expertos
A veces, se trata de un dolor que desaparece cuando paramos un momento o si sustituimos el tipo de zapato que llevamos por otro más ancho. Pero, en ocasiones, no hay nada que calme el dolor cuando apoyamos el pie. ¿Qué patología está relacionada con estos síntomas? Se trata del neuroma de Morton. Una patología, muy común, que afecta a personas "con un mal factor biomecánico o con un tipo de pisada que aumenta la posibilidad de compresión de la zona del pie, especialmente si lleva zapatos de punta o de horma estrecha", apunta Maite García, podóloga y vicepresidenta del ICOPCV (Ilustre Colegio Oficial de Podólogos de la Comunidad Valenciana).
Los tacones altos y los zapatos de punta empeoran los síntomas del neuroma de Morton
Partimos, por tanto, de que la primera causa que favorece la formación del neuroma es genética, ya que nuestro ADN determina el ancho del pie y la forma en que pisamos. Ahora bien, si a la predisposición de cada uno, "le sumamos un calzado estrecho que comprima los huesos del pie (metatarsianos) o unos zapatos de tacón alto, aumentaremos el dolor irradiado típico en alteraciones nerviosas, e incrementaremos la carga del cuerpo hacia delante en una zona que ya está comprimida. Por lo tanto, se potenciará la presión", advierte la experta.
Un dolor de tipo eléctrico
Un buen diagnóstico es clave a la hora de escoger el tratamiento más adecuado y eficaz que alivie y, en última instancia, ponga fin al problema. Para llegar a él, lo primero que debemos hacer es identificar los síntomas. En el caso del neuroma de Morton, "el paciente presenta un dolor quemante, persistente, incluso asociado a calambres en los dedos, con más frecuencia entre el tercero y el cuarto, pero dependerá de la localización del neuroma". Además, lo habitual es que "el dolor aumente cuando la persona camina -continúa García-, teniendo que pararse, quitarse el zapato y masajear el pie. Es lo único que alivia el dolor". Un dolor que tiende a aumentar si el paciente lleva zapatos estrechos, y a disminuir e incluso desaparecer si, por el contrario, el calzado es abierto o muy ancho, como ocurre con el de verano.
"Diagnosticar el problema a tiempo puede evitar más dolor y tratamientos más invasivos"
La escala del dolor va desde el grado I (neuritis), en el que ese malestar desaparece al ponerse calzado ancho o pararse un momento a descansar, hasta los grados más avanzados, en los que no hay nada que lo calme. En estos casos (grado 3), "el nervio está tan irritado que ha creado una formación fibrosa y ha engordado, por lo que cualquier movimiento reproduce el dolor intenso", describe la experta, quien aconseja que ante cualquier síntoma lo más conveniente es acudir al médico, ya que "coger esta patología a tiempo puede evitar no solo el dolor, sino la necesidad de aplicar otros tratamientos más invasivos".
Si duele al presionar, algo no va bien
Para confirmar la existencia del neuroma se puede realizar una prueba llamada 'signo de Mudler', que consiste en comprimir el antepié y ver si se reproduce el dolor. Además de la exploración física, el neuroma de Morton se diagnostica mediante ecografía o resonancia magnética nuclear y unas radiografías de los pies en carga. "Su realización permite evaluar el origen y el tipo de tratamiento adecuado para cada paciente", apostilla la experta.
Dependiendo de si el paciente no ha esperado mucho o si lo ha hecho demasiado antes de visitar al podólogo, este se encontrará con un neuroma en un estado incipiente o ya avanzado. Y en función de ello, podrá determinar el tratamiento más adecuado. "Si el dolor es intenso, diario y no permite caminar con normalidad, se suelen recomendar infiltraciones. Existen diferentes tipos, aunque la ideal es hacerla ecoguiada, porque infiltramos el producto en la zona afectada siendo muy selectivos", explica la experta. Y añade: "La cirugía debería dejarse como última opción, y solo cuando hayan fracasado las medidas conservadoras, pues estas no son definitivas, y la cirugía rara vez tiene vuelta atrás".
¿Qué hacer antes de llegar a la cirugía?
Hasta que el profesional decide someter al paciente a una neurectomía o extirpación del neuroma de Morton, hay muchas otras posibilidades menos invasivas y que, en función del tipo de pie y el grosor del neuroma, pueden ser suficientes.
Y es que la decisión acerca del tipo de tratamiento más adecuado se toma en base a diversos factores, como la forma del pie, enfermedades asociadas o el tipo de zapato que, por el motivo que sea, el paciente se ve obligado a llevar, por ejemplo. En cualquier caso, los tratamientos no quirúrgicos más utilizados y por los que se suele comenzar en los estadios iniciales son según la podóloga:
- Eliminar la sobrecarga en el pie.
- Cambio de calzado.
- Infiltraciones ecoguiadas.
- Fisioterapia.
- Radiofrecuencia.
- Plantillas personalizadas a medida con descarga de la zona afectada.
- Neurotrofia del nervio. Esta técnica sería como 'quemar' el nervio. Según la experta, está dando muy buenos resultados, "aunque se puede valorar hacer una técnica menos invasiva liberando los ligamentos de los metatarsianos que esconden el neuroma para dejarle más espacio. Sin embargo, si existe un engrosamiento considerable del neuroma, lo más indicado sería la extirpación del mismo. El problema es que esta solución suele tener efectos secundarios, como la pérdida de sensibilidad", advierte la experta.
Una recuperación a medida
Imposible generalizar en cuanto al proceso de recuperación. Tal y como explica Maite García: "Como en cualquier otra lesión, la curación dependerá del paciente, de la propia evolución del neuroma y de factores asociados. Hay pacientes que con plantillas podrán pasar sin verse afectados prácticamente nada, mientras otros arrastrarán la molestia debido a un infradiagnóstico".
A veces, se trata de un dolor que desaparece cuando paramos un momento o si sustituimos el tipo de zapato que llevamos por otro más ancho. Pero, en ocasiones, no hay nada que calme el dolor cuando apoyamos el pie. ¿Qué patología está relacionada con estos síntomas? Se trata del neuroma de Morton. Una patología, muy común, que afecta a personas "con un mal factor biomecánico o con un tipo de pisada que aumenta la posibilidad de compresión de la zona del pie, especialmente si lleva zapatos de punta o de horma estrecha", apunta Maite García, podóloga y vicepresidenta del ICOPCV (Ilustre Colegio Oficial de Podólogos de la Comunidad Valenciana).