Las mujeres en España que van al médico por calvicie se han disparado. ¿Qué está pasando?

El Ministerio de Sanidad elabora cada año una Base de Datos Clínicos de Atención Primaria. El registro, que se actualiza anualmente, recoge en esencial la información que los médicos recogen en su consulta directamente de los pacientes. No es exhaustiva en el sentido de que los diagnósticos son a menudo preliminares, a la espera de revisión por parte del especialista, pero en cualquier caso resulta muy útil desde un punto de vista estadístico saber por qué motivos van los ciudadanos a su centro de salud.

En la última década de actualizaciones de esta base de datos, la calvicie está teniendo una presencia cada vez mayor. No es flor de un día. Si en 2011 los médicos de familia atendieron a unas 134.000 personas en todo el país que declaraban estar perdiendo el cabello, por las razones que fueran, en 2022 —último año disponible— eran casi 1,3 millones las visitas que atendían a esta preocupación, un 842% más.

Cuando uno piensa en la alopecia, lo primero que viene a la cabeza es la imagen masculina, y con razón. El tipo más común de alopecia, la androgénica, está muy determinada por la testosterona y afecta a uno de cada seis varones. Pero en esta ocasión los hombres no son los protagonistas de este aumento de visitas al médico de atención primaria. En tres de cada cuatro casos, las víctimas de esta alopecia sobrevenida eran mujeres.

"Es algo que se lleva viendo en los últimos años", explica a El Confidencial Julio Heras, médico de atención primaria en el Centro de Salud de Villarejo de Salvanés y coordinador del Grupo de Trabajo de Dermatología de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN). "Creo que también un poco influido por la mayor normalización de la alopecia como enfermedad, la mujer está tomando conciencia de que es una patología, que se la pueden diagnosticar y se la pueden tratar, además en los últimos años hay cada vez más tratamientos en el mercado", que podrían atraer a este tipo de pacientes a las consultas de atención primaria.

La pérdida de cabello en mujeres suele ir más allá de lo genético, está motivada o exacerbada por algún factor.

"De las que vemos más frecuentemente en Atención Primaria hay varios tipos", apunta Heras. Hay algunas que están influenciadas por el estrés o por un déficit de alimentación de algunos componentes como vitaminas. Sin embargo, este facultativo señala un factor que puede haber contribuido a engrosar las estadísticas: "Cuando hay un proceso infeccioso también se da una mayor afectación del folículo piloso, de hecho durante el covid hubo una época de mayor pérdida de cabello". Otros de estos procesos están asociados con enfermedades autoinmunes como la diabetes o algunos tipos de hipotiroidismo.

Aunque la pandemia sin duda ha acelerado estos casos, la tendencia es creciente desde hace varios años. Incluso en Asia, donde históricamente la alopecia ha sido algo anecdótico, las nuevas generaciones de chinos, japoneses o surcoreanos están registrando mayores tasas de calvicie que sus padres o abuelos. En este caso, las causas apuntan al estrés, la falta de sueño o la mala alimentación.

Lo mismo puede decirse de España, donde la subida en casos de alopecia femenina en las consultas se refleja desde que comienza la serie en 2011, e incrementa notablemente su subida a partir de 2018. En cuanto a rangos de edad, todas crecen, pero particularmente en mujeres a partir de 65 años, que unen a todos los factores anteriormente mencionados los propios de la menopausia: al decrecer la producción de estrógenos y progesterona, el pelo crece más lento y más delgado.

Los datos de atención primaria recopilados por Sanidad arrojan también una distribución irregular de los casos de alopecia. En la Comunidad de Madrid es donde más casos se registraron en 2022, más de 53 por cada mil visitas. Le andan a la zaga la Comunidad Valenciana o Murcia con registros muy similares. La situación en Extremadura es diametralmente opuesta, apenas cinco casos por cada mil, un poquito menos que Andalucía o Castilla-La Mancha.

¿Quiere decir esto que en estas comunidades haya menos personas afectadas por la alopecia? En absoluto, simplemente no han acudido tanto a su médico de cabecera por un problema de pérdida de cabello.

Un estudio publicado hace un año en JAMA Dermatology analizaba las tendencias en varios tipos de alopecia en Estados Unidos y llegó a la misma conclusión: "En este estudio se observó una pronunciada preponderancia femenina [...] Si bien es probable que sea multifactorial, esta tendencia podría estar parcialmente asociada con las diferencias entre sexos en cuanto a búsqueda de atención médica. La mayoría de las nuevas consultas de alopecia en clínicas de dermatología fueron mujeres, quienes pueden experimentar un mayor efecto social y emocional por la alopecia que los hombres".