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Max congeló a su padre y espera revivirlo en 30 años: la 'falsa' promesa del negocio de la criopreservación
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Max congeló a su padre y espera revivirlo en 30 años: la 'falsa' promesa del negocio de la criopreservación

La semana pasada se celebraba el quinto español criogenizado en una reunión en el Ateneo de Madrid. Expertos en ética, medicina forense y legal analizan el estado de esta técnica en España. ¿Es posible congelarse y revivir en 20 años?

Foto: Lía Asatiani, José Luis Cordeiro y Maxam Olivier. (Cedida)
Lía Asatiani, José Luis Cordeiro y Maxam Olivier. (Cedida)
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El padre de Max Olivier murió hace siete años por un cáncer de páncreas. Su hijo decidió que lo mejor sería criogenizarle. Y no es la única persona criopreservada, en total hay cinco españoles a 196 grados bajo cero: dos en el centro Alcor de Estados Unidos, una en el German Cryonics de Alemania, el padre de Olivier en la empresa KrioRus de Rusia y el último, natural de Asturias, al norte de Zúrich, en la Fundación Europea de Biostasis.

"Yo estaba relativamente familiarizado con el mundo futurista en España, pero desde la perspectiva del rejuvenecimiento. No conocía la criopreservación. Intenté buscar cuál era la única posibilidad de evitar la muerte de mi padre y tras varios ensayos clínicos y terapias que no funcionaron, me di cuenta de que la última alternativa viable era criogenizarle. Él dio el visto bueno", recuerda Olivier. Tras la firma de la defunción por parte del médico, Max puso a su padre en hielo seco, que había comprado su propio hermano, y el cuerpo viajó de Francia a Holanda en coche y desde ahí en avión hasta su destino final: Rusia. Y así se convertía en el cuarto paciente que esperará a ser descongelado para volver a la vida.

Así lo explicaba en una conferencia sobre criopreservación humana celebrada en el Ateneo de Madrid la semana pasada. La charla, liderada por José Luis Cordeiro, que se define como ingeniero, economista, futurista y experto en criónica y longevidad, contaba también con la viuda del tercer paciente español criopreservado en Alemania, Lía Asatiani.

Al marido de Lía, Javier Ruiz, le dio un infarto con 50 años, en 2016. "Pedí expresamente que tuvieran cuidado realizando la autopsia para que la extracción del cerebro fuera limpia y poder así preservarlo con nitrógeno líquido hasta que decidiéramos dónde enviarlo", explica Asatiani. Finalmente, el destino fue Alemania.

placeholder Imagen: CSA/EC Diseño.
Imagen: CSA/EC Diseño.

"Max y Lía han congelado a sus seres queridos porque les amaban. Si no, hubieran dejado que se volvieran cenizas o que les enterraran. Ser cremado es lo peor que hay, si te entierran y te comen los gusanos al menos queda algún hueso. Hablamos de reanimación, no de resurrección. La criopreservación es una ambulancia en el tiempo que te lleva de la medicina de hoy a la del futuro, que estará bastante más avanzada", expresaba Cordeiro a lo largo de la charla.

El ingeniero lleva años recorriendo el mundo dando conferencias sobre la criopreservación y defendiendo que "en 2045 el hombre será inmortal". Además, afirma haber sido uno de los primeros profesores de la Singularity University, una institución académica de Silicon Valley que promete que sus alumnos "comprendan y faciliten" el desarrollo exponencial de las tecnologías con el fin de "promover, aplicar, orientar y guiar estas herramientas para resolver los grandes desafíos de la humanidad". También es autor de varios libros, como La muerte de la muerte. La posibilidad científica de la inmortalidad física y su defensa moral.

Sin embargo, por mucho que predique, hasta sus seguidores desconfían. "Estuve hace años en una de sus charlas y no sé si hacer las mismas preguntas que le hice en su día porque me da la sensación de que no se ha avanzado mucho", comentaba en el turno de preguntas una asistente al evento.

¿Cuál es el precio?

El futurista experto en criónica sostenía que en 30 años será "muy probable" el escenario de la "reanimación". Contó también que hay más de 5.000 personas que pagan seguros de vida que incluyen esta técnica y que unas 500 personas en el mundo están criopreservadas: 50 son europeas y 5 españolas. Pero no solo eso, también hay 10 mascotas españolas conservadas.

En cuanto al precio, explicó que varían los costes, pero una criogenización de cuerpo entero en el centro más innovador del mundo ronda los 200.000 euros, mientras que la de cerebro son unos 12.000. "Es más barato que comprarse una casa", explicaba mientras lo comparaba con los casi 200 millones que costó el funeral de la reina Isabel II.

Foto: El autor de 'La muerte de la muerte', en un acto en el colegio San Francisco de Paula.

Preguntado sobre su propia criopreservación, Cordeiro aseguraba que "no le hará falta" porque en 20 años "se podrá rejuvenecer". "Ahora el que se muere es por idiota, porque estamos cerca de la vida eterna", expresaba en el encuentro.

¿Realmente es posible?

La opinión científica se aleja mucho de lo que dice Cordeiro y creen que criopreservar a alguien para que luego vuelva a la vida no es factible. "A efectos prácticos no es posible hacerlo con éxito. No se puede preservar ni un órgano más grande (como pulmones o corazón) porque es muy difícil. La congelación rápida hace que se formen cristales de agua en las células y dañen los tejidos", narra a este periódico Eloy Girela, especialista en medicina legal y forense y presidente del Comité de Bioética de Andalucía.

Aunque el especialista en longevidad afirmaba durante la presentación que la tecnología ya estaba avanzada para atajar este inconveniente: "Se crearon crioprotectores, que son como anticongelantes médicos y se utilizan mediante un proceso llamado vitrificación". Lo cierto es que Girela manifiesta que habría que sustituir toda la sangre por estos criopreservantes y eso, no es posible: "Es tóxico y no llega a todos los tejidos. Este método no se ha experimentado en seres superiores más allá de células". Con lo cual, añade que "no hay evidencia" de que esos cuerpos puedan revertir sin daños celulares. "Estoy plenamente convencido de que todos los que están congelados no se podrán descongelar porque sería inservible. O sea, técnicamente es un fraude. Si será posible en un futuro no puedo decirlo, pero ahora hay muchos problemas técnicos y ninguna evidencia científica", opina el especialista forense.

Foto: Hay varios centros especializados en criogenización. (Life Science Research Institute)

Por otro lado, cuenta que una de las principales incógnitas que se plantean es que se tendría que hacer momentos previos a la muerte clínica: "Lógicamente, sería un homicidio, pero hay que tener en cuenta que tras la muerte se empiezan a dañar las células y a veces son daños irreversibles".

Por su parte, Cordeiro se apoyaba en un experimento del investigador Ramón Risco en el que criogenizó gusanos para luego devolverlos a la vida: "La memoria se puede conservar tras la criopreservación. Los gusanos hasta se pudieron reproducir una vez reanimados". El presidente del Comité de Bioética andaluz tiene otra opinión: "No hay investigación sobre el tema, lo único que existe es sobre esos gusanos. Lo de que mantienen la memoria es difícil de saber, cómo se mide la memoria de un gusano y quién lo hace".

Problemas éticos

Esos no son los únicos obstáculos que Girela expone: "El principal problema ético es que se vulnera el principio de no-maleficencia (la obligación de no infligir daño intencionadamente) porque a día de hoy se produciría un daño irreversible al revertir la criogenización". También se quebranta el principio de autonomía, en el que la capacidad de decisión del individuo debe respetarse sobre todo. "El individuo tiene que estar bien informado y en este caso no se puede dar el consentimiento con todas las de la ley", recuerda.

Asimismo, describe otros problemas que el procedimiento puede presentar: "Es una tecnología cara, que no es accesible al común de los mortales y hay que preguntarse qué pasaría, por ejemplo, si la empresa quiebra. Incluso, qué harán con esos cuerpos, ¿te enterrarán, te tirarán?".

En España es ilegal

En relación con la situación legal de la criopreservación en España, Girela explica que nadie se refiere a la técnica expresamente, pero que se rige por las prácticas de sanidad mortuoria. "Esto entraría dentro de la congelación y únicamente está permitida como medio temporal para los cadáveres, pero una vez transcurridas las 24 horas de la muerte. Es decir, que no está permitida la congelación de cuerpos y se usa simplemente como una práctica temporal. Y después, lo que marca la ley es la inhumación, la incineración o el uso del cuerpo para fines docentes o investigadores", insiste.

Desde el Comité de Ética del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), indican que no han tratado el tema. Carmen Ayuso García es vocal del grupo y aclara que en el mismo analizan cuestiones que tienen que ver con la investigación. "No creo que sea un tema del comité, salvo que se planteasen realizar pruebas o proyectos de investigación encaminados a validar la hipótesis formulada", clarifica.

Los científicos en general ven "con mucho escepticismo" la cuestión de la criopreservación y, además, tampoco es su prioridad

En estos momentos, dejando claro que habla como una espectadora mediática, lo que interpreta es que el tema suscita interés: "Todo lo que tiene que ver con la vida y la muerte nos tocan. Pero es que se ha puesto el altavoz a las personas que promueven la criogenización y en realidad no es un debate que esté en la opinión pública, ni una cuestión que se esté analizando desde un enfoque científico, sanitario o social a gran escala. Si se va a discutir en el futuro o no dependerá del interés y la preocupación que suscite en la sociedad".

Igualmente, Ayuso hace hincapié en que este asunto de la criopreservación post mortem todavía no impacta lo suficiente como para comenzar a debatir sobre ella. "Sin duda, es un tema interesante del que merece la pena reflexionar porque genera interés. Algunos multimillonarios ya han creado institutos cuyo objetivo es analizar las posibles causas de la muerte en los seres humanos y cómo evitarla, pero si quisieran presentar experimentos a nivel celular o mediante otros modelos (animales, por ejemplo), paso previo a cualquier investigación en humanos, tendrían que plantear un proyecto de investigación que se tendría que analizar a la luz de los conocimientos científicos y de la legislación vigente para ver si es factible, legítimo o ético abordarlo o no. Ese es el enfoque que estimo que ocurrirá con este tipo de cuestiones si realmente alcanzan una dimensión que haga necesaria la reflexión", sostiene.

Para finalizar, apunta que en estos momentos, los científicos en general ven "con mucho escepticismo" la técnica de la criopreservación y añade que tampoco es una "prioridad", puesto que hay otros canales a través de los cuales se está analizando todo que tiene que ver con la muerte humana y sus armas biológicas.

El padre de Max Olivier murió hace siete años por un cáncer de páncreas. Su hijo decidió que lo mejor sería criogenizarle. Y no es la única persona criopreservada, en total hay cinco españoles a 196 grados bajo cero: dos en el centro Alcor de Estados Unidos, una en el German Cryonics de Alemania, el padre de Olivier en la empresa KrioRus de Rusia y el último, natural de Asturias, al norte de Zúrich, en la Fundación Europea de Biostasis.

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