Cómo saber si tienes dismorfia o estás demasiado obsesionado con tu físico: esto es lo que dice la ciencia

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La presión por tener un físico perfecto pesa aún más con las redes sociales. Niños y jóvenes tienen un acceso muy precoz a los estereotipos sociales que pueden afectar a su autoestima y percepción de sí mismos. Este problema es lo que la ciencia denomina como dismorfia y puede desencadenar en trastornos alimentarios.

La dismorfia es un trastorno en el que una persona vive obsesionada por los que considera defectos físicos. Estos complejos pueden interferir en su vida diaria, sobre todo en su vida social. Esta fijación por el aspecto físico se considera una enfermedad mental porque causa un sufrimiento emocional, que, además, muchas veces se esconde.

La dismorfia en niñas y niños

Un problema que siempre ha tenido a las mujeres en el foco, ya que este sector de la población históricamente ha sufrido más el yugo social de estar perfectas. Problemas por lograr un cuerpo 10 que pueden causar anorexia o bulimia, problemas de salud mental y prácticas peligrosas.

La Universidad de Harvard destaca también su impacto en los hombres. Niños y jóvenes también crecen con figuras musculadas representadas en su mayoría por los superhéroes. De hecho, a muchos disfraces de estos populares personajes se les incorpora los músculos. Una peligrosa imagen que puede hacer que se obsesionen a una edad temprana.

Aunque el foco siempre ha estado puesto en las mujeres, Harvard destaca el impacto de este trastorno en los hombres

Aunque la prestigiosa universidad señala que los comportamientos más extremos “aparecen solo en un pequeño porcentaje de niños y hombres jóvenes, pueden influir en la mentalidad de muchos más”.

Cómo detectar la dismorfia

Para detectar si tienes un trastorno dismórfico corporal, debes permanecer atento a estas señales:

• La preocupación por tu físico y lo que consideras defectos interfieren en tu vida diaria, provocándote vergüenza y ansiedad.
• Creer que los demás ponen especial atención en tu apariencia de una manera negativa o se burlan de ti.
• Mirarse con mucha frecuencia en el espejo.
• Tapar los defectos con la ropa o el maquillaje.
• Buscar la aceptación y aprobación de tu físico en los demás.
• Compararte con los demás.
• Hacer cambios abruptos en tu actividad física para extender aún más los entrenamientos.
• Obsesión por hacer ejercicio físico y seguir una dieta muy estricta hasta el punto de cancelar planes con amigos y familia.
• Tomar fotografías obsesivamente de tu cuerpo para controlar los cambios
• Pesarse varias veces al día

Las consecuencias de la obsesión por un cuerpo musculado

Harvard avisa de los riesgos de la dismorfia para la salud física y mental en los niños. Quienes tengan una fijación por tener un cuerpo musculado pueden recurrir a las proteínas en polvo y los suplementos no regulados que pueden estar adulterados con estimulantes o incluso esteroides anabólicos.

“Esto conlleva un mayor riesgo de sufrir un derrame cerebral, palpitaciones cardíacas, presión arterial alta y daño hepático", señala el Dr. Vargas en el artículo de Harvard. El desarrollo de su musculatura y huesos puede verse alterado si siguen un régimen con periodos de rápido aumento de peso seguidos de periodos de limitación extrema de calorías. Puede “provocar latidos cardíacos irregulares y niveles más bajos de testosterona”, advierte.

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C. Bisbal

El abuso de las proteínas puede causar problemas intestinales, como diarrea, o daño renal. “Las consecuencias psicológicas también pueden ser dramáticas”, alertan. Se puede manifestar con una baja autoestima, depresión e incluso pensamientos suicidas