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El padre de la dieta FAFO: "Seguir un régimen es carísimo. La mayoría no se lo puede permitir"
  1. Bienestar
Entrevista a Rafael Gómez y Blasco

El padre de la dieta FAFO: "Seguir un régimen es carísimo. La mayoría no se lo puede permitir"

Las dietas flexibles y amigables para el sobrepeso (FAFO) están en el radar de muchos interesados en adelgazar. Huyen de la rigidez de las comidas y apuestan por reeducar el estilo de vida. Un creador cuenta en qué consisten

Foto: El endocrinólogo Rafael Gómez y Blasco en una imagen. (cedida)
El endocrinólogo Rafael Gómez y Blasco en una imagen. (cedida)

La obesidad campa a sus anchas por todo el mundo. Más de la mitad de la población tiene un exceso de peso —un problema que es más habitual entre las clases de menor nivel económico y educativo— y perderlo es una aspiración para muchos. Algo más de la mitad pretende alcanzar su objetivo a base de ejercicio y cuidando su alimentación, mientras que el 44% se decanta por seguir una dieta de adelgazamiento, como refleja una encuesta en 30 países realizada por Ipsos.

Hace más de medio siglo que entraron en escena las dietas de adelgazamiento y prácticamente todas repiten el mismo esquema: irrumpen con la promesa de lograr importantes y definitivos resultados, su fama se dispara, captan miles de seguidores y al cabo de unos meses, empiezan a declinar hasta caer en el olvido. En ese recorrido, muchos de los que hicieron el régimen de moda recuperan el peso perdido y, a menudo, algún kilo más —el temido efecto yo yo—. Algunos volverán a dejarse seducir por nuevas promesas, y la historia se repitirá...Pasado un tiempo, sobrarán más kilos que al principio del proceso.

Lo anterior es una prueba de la complejidad que entraña combatir la obesidad, que exige cambios profundos en el estilo de vida bajo el control de especialistas —endocrinólogos, nutricionistas, psicólogos, etc—. Esta es la realidad a la que se enfrenta día tras día, desde hace más de tres décadas, el endocrinólogo Rafael Gómez y Blasco, vocal de la Sociedad Española de Obesidad (SEED), profesor de nutrición en la Universidad Complutense, representante para Europa de la Federación Latinoamericana de Sociedades de Obesidad... y un largo etcétera de cargos relacionados con esta enfermedad.

Ahora está viviendo un momento de 'fama' coincidiendo con la publicación de la Guía Básica de la Dieta FAFO (Flexible and Friendly For the Ovverwight), escrita conjuntamente con el antropólogo Rafael Tomás Cardoso y la anestesista Carmen Lucas Sánchez, del grupo de trabajo en Dietas Flexibles, y que muestra un enfoque flexible de la alimentación que deben seguir las personas con problemas de peso y analiza como redefinir su relación con la comida. Esos planteamientos, por otra parte, tambén son válidos para otros grupos —deportistas, embarazadas o mayores—.

"Es un cambio en el estilo de vida con el que se pierden de entre medio y un kilo a la semana"

¿Qué es lo atrayente de este plan? Que no hay líneas rojas, que permiten comer rico, variado y en las cantidades justas. "Es un cambio real en el estilo de vida con el que se producen pérdidas deseables entre medio y un kilo a la semana", asegura Rafael Gómez y Blasco. ¡¿Otra dieta milagro?! "En modo alguno se trata de una dieta de moda para una pérdida rápida y milagrosa de peso".

PREGUNTA. ¿Como se le ocurrió esto de la dieta FAFO?

RESPUESTA. La dieta mediterránea es indiscutible, pero también lo son la atlántica y algunas amerindias. Veía en mi consulta que algunos de mis pacientes, no llegaban y yo quería ajustarme a todos ellos con una dieta que fuera más barata, cómoda y accesible. Al principio trabajaba solo y ahora tenemos el grupo de trabajo de Dietas flexibles, en el que colaboran expertos en medicina culinaria, en recursos humanos o medicina deportiva. Todos juntos trabajamos en para facilitar al máximo a los paicentes una dieta decente, fácil y que sea asequible a sus bolsillos.

P. ¿Quiere decir que ahora, con los precios del aceite de oliva disparados, y la subida de precio de frutas, verduras y pescados es más difícil seguir una dieta mediterránea?

R. No. Esto no es una moda que se nos acaba de ocurrir. El problema es que en nuestras consultas tenemos un 80% de pacientes que les ponemos una dieta normal y dicen que sí; les mandamos fruta y verdura a diario durante años y el paciente no la va a cumplir. Entonces, a partir de mi experiencia en otros países, sobre todo por Latinoamérica, he visto que mucha gente no puede hacer lo que les pedimos, entonces, tenemos que facilitárselo de la mejor forma posible.

placeholder Rafael Gómez es el primer autor de la 'Guía de la dieta FAFO'. (cedida)
Rafael Gómez es el primer autor de la 'Guía de la dieta FAFO'. (cedida)

P. Me parece que de lo que usted habla es de una dieta personaliza, pero si se le nombra con un acrónimo resulta mucho más atractiva...

R. Si; aunque realmente tiene este nombre desde hace 27 años, y hace 15 años ya se hablaba de sus mágnificos resultados en los congresos. El acrónimo corresponde a una dieta amigable, muy fácil. Acompañamos a los pacientes en sus elecciones de compra, porque no todos se pueden gastar, por ejemplo, 4 euros en un pan de cereales de obrador. Los médicos, muchas veces hablamos desde una tarima muy alta alejada del pacientes, que dice ‘lo que usted diga doctor’, pero luego no puede cumplirlo.

Lo que sí es cierto es que es la primera vez planteamos una dieta española -o latinoamericana-, porque siempre nos guiamos por dietas anglosajonas (Dukan, Montignac, Atkins…). En España tenemos de base una dieta mediterránea, pero la FAFO facilita la pérdida de peso, ofrece muy buenos resultados, y es una dieta nuestra.

El componente psicológico

P. Si; pero, insisto: en general nos resulta más atrayente una dieta con un acrónimo o un nombre llamativo, más que el de ‘dieta saludable’

R. Totalmente de acuerdo. Es estúpido, pero es así, porque si decimos ‘una dieta con sentido común’, te miran con escepticísmo. En cambio, si dices la dieta FAFO, y explicas las bases, es otra cosa.

P. Esto lleva al componente psicológico de la obesidad, y ahí es donde puede encajar ponerle un nombre atrayente, porque el hecho de comer, engordar y adelgazar tiene mucho componente mental.

R. Sí, básicamente sí. Es algo bastante curioso y me gusta remarcarlo siempre. En el caso de la FAFO, un grupo de antropólogos y sociólogos de la Universidad Complutense la evaluaron frente a otras como las cetogénicas o las hipocalóricas, y consideraron que la nuestra era la mejor. Pero es cierto que como nombre había que encasillarla en un grupo [dietas flexibles] para ofrecerséla a los pacientes.

"El paciente sabe que está siguiendo una dieta saludable, que incluye ejercicio físico, que tiene sus 'tips' psicológicos y que tiene resultados"

Si al paciente se le 'receta dieta FAFO' ya sabe que la está haciendo y lo dice, y sabe que está siguiendo una dieta saludable, que incluye ejercicio físico, que tiene sus tips psicológicos, que se está cuidando y que tiene unos resultados espectaculares, como hemos podido demostrar. Es una dieta en la que se pierde peso también, como con cualquier otra, pero la adherencia es imbatible. Muchas personas llevan años con dieta, están en su peso, no tienen ningún cambio. No hay bajones ni efecto yo yo

P. ¿Cuáles son los pilares de la de la dieta y qué es lo que les hace diferentes a otras dietas?

R. Lo primero es hacer una historia clínica muy detallada y exhaustiva, donde reflejamos de dónde procede el paciente, su nivel socioeconómico, si puede comprar determinados alimentos, sus gustos, tiempo disponible...Tenemos que saberlo absolutamente todo.

A partir de aquí también tenemos herramientas para ir ayudando al paciente a conseguir sus objetivos. Ajustamos las comidas a sus condiciones familiares y laborales y permitimos que participe de las costumbres culinarias (con ciertas precauciones) de su círculo. Esto, por una parte, motiva al paciente, que no siente envidia en reuniones familiares (no piensa, yo estoy tomando pescado hervido mientras el resto está comiendo muy bien) y por otro la familia se va reeducando. Al final es bueno para todos.

Factor económico

P. Es importante que sea una dieta apta para todos. O sea, lo que propone de alguna manera es reeducar nutricionalmente a toda la familia

R. Exactamente. Es ponernos en los zapatos del paciente, y ofrecerle alternativas adaptadas a lo que tiene en su casa. No pasa absolutamente nada, porque estamos hablando de que el 85% de la población no se puede permitir, de ninguna manera, una dieta recomendada por un nutricionista o por un endocrino. No hay renta en España para seguir una dieta, y en otros países es todavía peor.

placeholder La calidad de los alimentos que se compran depende del poder adquisitivo. (iStock)
La calidad de los alimentos que se compran depende del poder adquisitivo. (iStock)

P. ¿Tan tan caro es seguir una dieta?

R. Carísimo, y esto queda reflejado en muchas publicaciones científicas. Las comidas más sanas, más beneficiosas, el pescado, la carne, frutas y verduras, son las más costosas, y lo más barato son los procesados, la comida basura o chatarra, que también es la más calórica.

P. Se dice que no hay que culpar a la industria por la obesidad porque, a fin de cuentas, consumir una cosa u otra es una decisión personal, pero el poder de penetración de las grandes compañías en la sociedad y en los estados es enorme (hay muchos trabajos, por ejemplo, relacionados con la industria de la alimentación). ¿Hay alguna forma de mejorar esa influencia? ¿Hay que exigirle acciones que vayan más allá de poner una etiqueta nutricional?

R. Efectivamente. Las sociedades científicas de obesidad hemos hecho programas, pero da igual lo bonitos que sean; en algo estamos fallando cuando la obesidad se ha triplicado en los últimos 30 años en en toda Latinoamérica, en Estados Unidos y en Europa. Algo estamos haciendo mal.

Por otra parte, pensamos que las cosas se arreglan poniendo una etiqueta a los alimentos y que con eso hemos cumplido. Es absolutamente falso. Absolutamente falso.

¿Hacen falta fármacos?

P. Los antidiabéticos del tipo Ozempic se han puesto de moda para adelgazar. ¿Cree que son tan necesarios?

R.Llevan más de 20 años en investigación, y tienen importantes ventajas para el paciente diabético tipo dos y uno de sus efectos es que promueven la pérdida de peso. Eso ya lo conocíamos los endocriónologos, pero cuando salen las Kardashian y se lo pinchan, pues entonces ya es la locura por allí a nivel mundial. A partir de aquí está la deriva. En la actualidad no solamente se está mal utilizando, sino que ni cumplen los condicionantes necesarios. Esto lo he dicho yo en distintos foros: esto es una ayuda más en un programa completo en el que tienes que trabajar en nutrición, ejercicio, psicología, etcétera. Es peligroso fiarlo todo a una a una sola carta. El medicamento ayuda, pero si está mal utilizando en un porcentaje muy alto de personas que lo toman.

Foto: Los antidiabéticos GLP1 son muy eficaces para perder peso. (iStock)

P. Cuando se hace una dieta, ¿es necesario el apoyo farmacológico para promover aún más la pérdida de peso?

R. No necesariamente, aunque a veces sí

P. Volviendo a la FAFO que parece que ahora se ha vuelto a poner de moda, ¿cuanto tiempo la va a mantener la gente que comience con ella?

R. Lo primero que hay que aclarar es que no es una dieta milagro, de ninguna manera, es un cambio completo de estilo de vida, que incluye parte de ejercicio físico y el apoyo psicológico. La adherencia es un aspecto absolutamente imbatile y los logros a largo plazo son espectaculares, porque en realidad hemos hecho una reeducación personalizada y real, a medida del paciente.

En España somos 47 millones de personas, entre los cuales, 50 millones son endocrinos y 75 millones expertos en nutrición

P. ¿Leer el libro es suficiente para hacer la dieta FAFO o necesariamente necesita seguimiento profesional?

R. Después de leer el libro, la gente puede decir voy a buscar al profesional que me la pueda mandar. Es una guía más dirigida a profesionales es un poquito como para profesionales.

P. Si vamos de la mano de alguien que sabe, adelgazamos mejor y mantenemos las pautas. Ahora, las influencers se han erigido en ‘gurús de las dietas y se viraliza lo que circula en TikTok. Puede que haya gente bien preparada que esté haciendo eso; pero, ¿cómo sabemos quién está vendiendo humo?

R. Es una lucha que tenemos. En España somos 47 millones de personas, entre los cuales hay 50 millones de endocrinos y 75 millones de expertos en nutrición. Claro, ahí todo el mundo sabe del tema. ¡No, hombre!; si supieran tanto, no estaríamos como como estamos de sobrepeso.

P. A lo mejor ustedes también tendrían que hacer un ejercicio de modernización, para adaptarse a estos nuevos públicos y a estas nuevas formas de de transmitir la información

R. Eso es verdad, y estamos trabajando en ello. Para facilitar a los profesionales y al paciente el manejo y seguimiento de la dieta FAFO, hemos creado una app gratuita para que interactuen y corrijan errores. El paciente envía fotos, y eso es algo mágico. También estamos en Instagram...Creo que aquí vamos a poder competir con los influencers, no de igual a igual, pero por lo menos intentamos acercarnos a las nuevas formas de comunicación.

P. Para terminar, ¿la FAFO va a ser la dieta de este verano?

R. No.

P ¿Usted ha hecho dieta alguna vez?

R. No, nunca, Nunca. Pero por una cuestión de genética. Siempre he estado más o menos delgado y como más o menos de todo. Pero, cometo pecados...¡No estoy a base de quinoa y cúrcuma!.

La obesidad campa a sus anchas por todo el mundo. Más de la mitad de la población tiene un exceso de peso —un problema que es más habitual entre las clases de menor nivel económico y educativo— y perderlo es una aspiración para muchos. Algo más de la mitad pretende alcanzar su objetivo a base de ejercicio y cuidando su alimentación, mientras que el 44% se decanta por seguir una dieta de adelgazamiento, como refleja una encuesta en 30 países realizada por Ipsos.

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