Rebajan a 40 años la edad recomendada para el cribado de cáncer de mama en EEUU: ¿España debería sumarse?
Ante el aumento de casos de cáncer de mama en mujeres jóvenes, un exhaustivo informe de Estados Unidos aconseja adelantar las mamografías de 'screening' a los 40 años. En España, comienzan a los 45 años y hacerlas antes plantea un reto sanitario
El cáncer de mama es el más frecuente en el mundo. Más de dos millones de mujeres son diagnosticadas cada año de este tumor (36. 400 en España), una enfermedad a la que sobrevivirán muchas de ellas (actualmente, hay cerca de 8 millones de supervivientes), y aun así se cobra 685.000 vidas (6.754 en España), según los datos del informe La Cifras del cáncer en España 2024, de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM).
Las altas supervivencias y curaciones que alcanza este cáncer se deben a los adelantos en los métodos diagnósticos y en los tratamientos, pero también -y mucho – a su detección precoz, cuando el tumor es muy pequeño o incluso no palpable, gracias a los programas de cribado poblacionales. Durante años, las recomendaciones oficiales han sido hacer mamografías cada dos años a las mujeres de 50 a 69 años de edad en Europa, y a las de 50 y 74 años en Estados Unidos.
Sin embargo, el aumento de casos de cáncer de mama a edades más tempranas ha obligado a las autoridades a revisar a la baja sus recomendaciones. Así, en 2022, la Comisión Europea publicó una recomendación por la que ampliaba el rango de edad, estableciéndolo entre los 45 y 74 años. Y ahora es el Grupo de Trabajo de los Servicios Preventivos de Estados Unidos (USPSTF) el que apuesta por comenzar a los 40 años a hacer mamografías cada dos años.
Recomendación y evidencia científica
Después de una exhaustiva revisión de más de 20 estudios clínicos sobre detección de cáncer de mama, el grupo de expertos que integra el USPSTF recomienda una mamografía de detección bienal para mujeres de 40 a 74 años. También concluye que “la evidencia actual es insuficiente para evaluar el equilibrio entre los beneficios y los daños de la mamografía de detección en mujeres de 75 años o más”, y admite la insuficiente evidencia para recomendar (o no) el uso de ecografía o resonancia magnética en mujeres con mamas densas (con mucho tejido mamario) complementaria a una mamografía. Estas nuevas recomendaciones sustituyen a las vigentes desde 2016, y se acaban de publicar en la revista JAMA.
El panel de expertos ha revisado los efectos de prolongar las pruebas de cribado más allá de los 74 años, qué pruebas utilizar en las mujeres con mamas densas y los ‘efectos secundarios’ (falsos positivos, biopsias innecesarias, ansiedad, etc) que pueden acarrear los resultados de las mamografías.
La tasa de incidencia de cáncer de mama invasivo en mujeres de 40 a 49 años ha aumentado un promedio del 2% anual entre 2015 y 2019
La necesidad de adelantar la edad de inicio de las mamografías de cribado es porque “los datos epidemiológicos han demostrado que la tasa de incidencia de cáncer de mama invasivo en mujeres de 40 a 49 años ha aumentado un promedio del 2% anual entre 2015 y 2019”, por lo que una mamografía tiene un “beneficio moderado para reducir el riesgo de muerte por cáncer de mama”.
Prolongar más allá de los 74 años las mamografías bienales no arroja importantes beneficios en los estudios que han manejado los expertos para redactar su informe; sin embargo, sí hay datos que confirman que las pruebas en mujeres de 70 a 74 años se asocian a una disminución del 22% de muerte por cáncer de mama.
Limitaciones técnicas y aviso obligado
Otro aspecto relevante es qué técnicas de imagen utilizar en las mujeres con mamas densas (una condición que comparten más de la mitad de las mujeres), puesto que con la mamografía digital habitual no se consigue visualizar bien la mama. EL USPSTF sí encuentra utilidad de la tomosíntesis digital de mama para detectar cánceres invasivos y también de la resonancia magnética (que reducen los falsos positivos y las biopsias secundarias a estos), pero evitan pronunciarse abiertamente porque los estudios que arrojarán conclusiones definitivas todavía se están desarrollando. La utilidad de hacer una ecografía complementaria a una mamografía negativa tampoco se ha demostrado en ningún estudio.
Por tanto, aunque tener mucho tejido mamario se asocia a un mayor riesgo de cáncer de mama, la evidencia científica sobre el beneficio que aportan pruebas complementarias todavía no es suficiente. Ahora bien, a partir de septiembre de 2024, la FDA americana, “exigirá a los centros de mamografía que informen a las pacientes sobre su densidad mamaria, y de que el tejido mamario denso aumenta el riesgo de cáncer de mama y que eso dificulta la detección de un tumor mediante mamografía, por lo que se pueden hacer otras pruebas”, informan el USPSTF.
¿Y qué hay para mujeres que sobrepasen los 74 años? Para estas, como para otros grupos, los criterios que deberán seguir dependen de sus médicos y en función de sus riesgos individuales.
¿Qué pasa en España?
Las recomendaciones de los Servicios de Prevención de EE. UU. no significan que sean las oficiales, aunque es prácticamente seguro que el gobierno las compartirá e implementará.
En España, los especialistas manifiestan su acuerdo con la propuesta estadounidense, dado el aumento de casos de cáncer de mama en mujeres en edad fértil, incluso “en menores de 30 años”, asegura la doctora Josefina Cruz, encargada de la sección de diagnóstico precoz de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). Destaca que comenzar antes con el cribado poblacional implica que “si a una mujer que está incluida en el programa, se le detecta una lesión sospechosa, inmediatamente se ponen en marcha los protocolos y entra en el circuito asistencial, con lo que la asistencia se acelea”. Por el contrario, si una mujer más joven se palpa un bulto, “hasta que el médico la ve, se le hacen pruebas y demás, pasa un tiempo en el que la enfermedad se puede disparar”.
La mamografía no es la mejor técnica para mujeres con mamas densas. Hay otras más adecuadas, pero son caras y el sistema público no siempre está dispuesto a asumir el coste
Por tanto, “totalmente a favor de adelantar la edad de los programas de screening; cada vez hay pacientes más jóvenes, con tumores mayores y pueden tener más afectación. De esa forma, se mejoran los tiempos”, subraya la doctora a El Confidencial.
La catedrática Ana Lluch, coordinadora del área de investigación de cáncer de mama de Incliva, y una de las voces más reconocidas en esta enfermedad, aplaude la decisión de adelantar la edad de inicio del cribado, ya que, “aunque no tenemos datos oficiales, parece que hay más casos de cáncer de mama en mujeres más jóvenes ligados, tal vez, al estilo de vida”.
Precisamente, esa ‘juventud’ de las mujeres es un hándicap para la mamografía, porque “la alta densidad de la mama dificulta visualizar bien las potenciales lesiones, por ello, “hay que plantear hacer el estudio con otras técnicas más costosas, como es la tomosíntesis; y tal vez un sistema de salud público no está dispuesto a pagar”.
Así pues, Lluch destaca que adelantar a los 40 años la edad de inicio del screening de cáncer de mama no es una decisión que dependa de los médicos, que sí consideran que es acertada, sino “de lo que decidan los departamentos de salud pública de los gobiernos, que son los que llevan los programas de salud pública”.
El presupuesto manda
Y aquí, en el presupuesto, es donde está el meollo del asunto. Siguiendo las indicaciones de la UE, diferentes comunidades autónomas ya han implementado el cribado de cáncer de mama a partir de los 45 años (“a esa edad, la mamografía tiene más valor”, indica la catedrática), una implantación que es desigual. Según la SEOM, Castilla-La Mancha, Castilla-León, Ceuta, Comunidad Valenciana, Galicia, La Rioja, Murcia y Navarra inician el programa a los 45 años, y el resto (excepto Andalucía, que lo hace a los 47 años), sigue con los 50 años de inicio.
Josefina Cruz, que es oncóloga en el Hospital Universitario de Canarias, lamenta que en esa comunidad, “aún no hemos conseguido empezar a los 45 años, así es que mucho menos preparados estamos para ampliar la prevención”.
Recuerda que poner en marcha un programa de prevención implica muchos recursos (humanos y económicos), y esta es una de las grandes razones por las que su implantación se demora (y no siempre los medios técnicos sean los más deseables).
¿Qué proponen los especialistas? "Que aumenten los recursos; es utópico, pero es la solución. La prevención y la detección temprana salvan vidas", concluye la portavoz de SEOM.
El cáncer de mama es el más frecuente en el mundo. Más de dos millones de mujeres son diagnosticadas cada año de este tumor (36. 400 en España), una enfermedad a la que sobrevivirán muchas de ellas (actualmente, hay cerca de 8 millones de supervivientes), y aun así se cobra 685.000 vidas (6.754 en España), según los datos del informe La Cifras del cáncer en España 2024, de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM).
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