Hay una enfermedad que transforma las caras de las personas en demonios

Imagínese mirar a un amigo, un familiar o incluso tu propio reflejo en el espejo de tu cuarto de baño y darte cuenta de que estás viendo un rostro deformado o distorsionado como si se reflejara en un espejo de la atracción de 'la casa del miedo'. Pues así de terrorífica es la realidad de las personas que experimentan una condición médica desconcertante conocida como prosopometamorfopsia. Imagina el impacto psicológico que puede representar ver que algo tan fundamental en nuestro día a día como reconocer un rostro humano se convierta en una auténtica pesadilla.

¿Qué es la prosopometamorfopsia?

La prosopometamorfopsia es una distorsión visual poco común en la que los rostros se perciben como metamorfoseados: partes del rostro pueden aparecer torcidas, agrandadas, alargadas, encogidas o fuera de lugar. Por ejemplo, un trayecto al supermercado para ir a comprar víveres se convierte en una marcha a través de un ejército de demonios. Esta condición se encuentra enmarcada en la neurología y no en la psicología como colateral, y ofrece una ventana a los sofisticados procesos que nuestro cerebro utiliza para reconocer e interpretar rostros.

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Álvaro Hermida

¿Y cómo sería ver el mundo a través de estos ojos?

Como es complicado ponerse en el lugar y calibrar la gravedad de un síndrome de esta índole, ahora, gracias a un estudio innovador dirigido por científicos del Dartmouth College, es posible ver el mundo a través de los ojos de una persona que vive con prosopometamorfopsia. Los científicos trabajaron con un hombre de 58 años que ha soportado casi tres años de estas inquietantes visiones y lograron alterar, con mucha precisión, fotografías de rostros normales para recrear las horribles y “demoníacas” distorsiones que presenció el sujeto de estudio para comprender cómo sería un día viviendo con esta distorsión visual.

Hay muy pocas personas que padezcan este trastorno visual tan desconcertante. Existen menos de 100 casos reportados desde principios del siglo XX y, por desgracia para los pacientes, el diagnóstico erróneo es increíblemente común y a menudo lleva a que se etiquete a los pacientes con trastornos psiquiátricos -de forma equivocada-, algo que lo único que hace es retrasar el tratamiento neurológica adecuado.

Si bien cada paciente con prosopometamorfopsia percibe el mundo de una forma distinta, el neurólogo de la Universidad de Columbia Británica, Jason Barton, cree que estas visualizaciones pueden ayudar a las personas a comprender la variedad de distorsiones que se experimentan en esta afección.

“La prosopometamorfopsia no es una maldición sobrenatural como se ve en las películas. Es un fenómeno neurológico muy real y, aunque no se garantiza una cura, este trabajo destaca la necesidad urgente de realizar más investigaciones", aclara Barton, en su trabajo que recoge la revista The Lancet.

El reconocimiento facial es una parte integral de la interacción y comunicación humana; incluso poseemos regiones especializadas en nuestro cerebro dedicadas a esta tarea, principalmente la circunvolución fusiforme o giro fusiforme en el lóbulo temporal. Esta región del cerebro es responsable de distinguir los rostros de otros objetos e identificar rostros individuales entre la multitud que vemos.

"El mundo del paciente es un espectáculo de terror constante donde rostros familiares se transforman en formas demoníacas"

¿Qué provoca el síndrome?

La prosopometamorfopsia se asocia habitualmente con lesiones o daños en la circunvolución fusiforme derecha, aunque también puede estar relacionada con migrañas, o epilepsia, pero a pesar de parecer estar relacionado con convulsiones o accidentes cerebrovasculares, otras veces surge en personas aparentemente sanas por razones desconocidas.

Para quienes padecen migrañas, las distorsiones suelen ser temporales y pueden preceder o acompañar a la fase de migraña. Ahora, gracias a esta página web, el equipo ha sido contactado por más de 70 personas que experimentan estos síntomas y muchas de ellas habían sido diagnosticadas incorrectamente con enfermedades como la esquizofrenia. Comprender estos mecanismos podría ayudar a quienes viven con este trastorno visual y proporcionar información sobre cómo funciona generalmente el procesamiento facial.