Los artistas que están ayudando a mejorar la calidad de vida de los pacientes hospitalizados

En 2019 la Organización Mundial de la Salud publicó un informe que evidenció el papel de las artes en la mejora de la salud y el bienestar a través de los resultados de más de 3.000 estudios. Varios años antes de esto, la organización Cultura en Vena ya había podido comprobar que, más allá de ser un entretenimiento, la música o el arte provocan efectos muy positivos en los pacientes que se exponen a ella.

Todo empezó en 2012, cuando Juan Alberto García de Cubas, arquitecto y museógrafo, comenzó a acercar la cultura a los hospitales, inspirado por la experiencia hospitalaria de un familiar. Una iniciativa que en 2019 culminó con la creación de Cultura en Vena. “En un principio nos acercamos al entorno sanitario a través de la música y de pronto detectamos unos efectos secundarios inesperados, insospechados y muy positivos para la salud. Nosotros y, por supuesto, también el personal sanitario, colectivo que no solo reconoce y solicita estas actividades, sino que es también uno de nuestros principales beneficiarios”, nos cuenta García de Cubas.

Tras tres años realizando cientos de conciertos y observando beneficios en los pacientes, él mismo creó Músicos Internos Residentes (MIR), un proyecto que alude a la inserción del músico profesional como parte de la plantilla habitual del hospital, favoreciendo también el empleo de calidad en el sector musical. A través de esta iniciativa se pusieron en marcha siete estudios clínicos, junto al Hospital 12 de Octubre, con el objetivo de integrar la música en el método científico como terapia complementaria para mejorar el proceso de enfermedad tanto a los pacientes como a los familiares y al personal sanitario. “Tras impulsar la investigación clínica de los efectos de la música en directo en diferentes patologías, ahora ha llegado el momento de la implementación. Ya existe un sólido corpus de estudios científicos, ahora nuestra misión está en que estas prácticas sean una realidad cotidiana”, señala el presidente y fundador.

Más tarde nacieron otros programas como Arte Ambulatorio, mediante el cual se llevan a cabo exposiciones temporales e itinerantes por la red de hospitales de la Sanidad española y también a comunidades rurales en riesgo de despoblación. Para realizarlas, desde la organización crean espacios para la cultura en los vestíbulos principales, las salas de espera, el hospital de día y las habitaciones. De esta forma, los pacientes y acompañantes pueden disfrutar de creaciones artísticas de primer nivel en las zonas del hospital en las que se pasa más tiempo.

Y es que, según la ciencia, el arte reduce la percepción del dolor, baja los niveles de ansiedad porque permite cambiar el foco de atención y ayuda en trastornos neurológicos, entre otras bondades. “El arte puede ser un elemento coadyuvante —que complemente— al tratamiento convencional. Una obra pictórica en el contexto íntimo de una habitación hospitalaria puede ejercer un efecto terapéutico a muchos niveles”.

Pero más allá de estos datos, el equipo de Cultura en Vena ha podido comprobar el poder reconfortante del arte a través de la experiencia de los pacientes. “En una ocasión, dos hermanas nos agradecieron tener El verano de Goya en la habitación de su padre en estado terminal porque, cuando ya estaba todo dicho, les permitió hablar sobre lo que expresaba el cuadro antes de que falleciera”.

Uno de sus próximos proyectos es la exposición itinerante ¿Sorolla en un hospital?, que se inauguró oficialmente el día 15 de abril, Día Internacional del Arte, en el madrileño Hospital Puerta de Hierro. “Las obras de Sorolla tratan sobre temas cotidianos donde cualquiera se puede reconocer y eso nos da pie a conectar con el paciente y transmitirle una serie de sensibilidades”, señala García de Cubas. Para ello, las reproducciones de sus pinturas se ubicarán en diferentes zonas del hospital y estarán acompañadas de textos de mediación que explican los contenidos, elaborados por la mediadora cultural Ana Folguera. El recorrido se agrupa en cuatro bloques: intuición, sensación, pensamiento y sentimiento -las categorías de la psique según Gustav Jung- y pretende que los espectadores “puedan atravesar sus recuerdos, emociones y vivencias a través de los lienzos de Sorolla”. La exposición forma parte de la programación del centenario de la muerte del artista y se prevé que llegue a otros hospitales de España.