¿Restringir la ingesta de calorías te puede ayudar a vivir más años?

Un nuevo estudio con animales de la Universidad Penn State de Pensilvania (Estados Unidos), ha concluido que, efectivamente, la restricción de calorías alarga la vida. En trabajos pasados, en las pruebas de laboratorio, al poner a dieta un roedor, reduciendo la ingesta calórica del animal entre un 30 y un 40 por ciento, vivirá, en promedio, alrededor de un 30 por ciento más de tiempo. Según los expertos, la restricción debe ser lo suficientemente agresiva como para desencadenar algunos cambios biológicos clave pero sin llegar al extremo de dejarlo desnutrido. Una conclusión sorprendente acerca de cómo el cuerpo podría responder a un cambio tan sustancial en nuestra dieta. ¿Será esta la clave para tener una vida más larga y saludable?

Aún quedan muchas incógnitas. Los científicos descubrieron este fenómeno por primera vez en la década de 1930 y desde entonces, experimentos de este tipo se han replicado en especies que van desde gusanos hasta monos. Los estudios posteriores también han encontrado que muchos de los animales con restricción calórica tenían menos probabilidades de desarrollar cáncer y otras enfermedades crónicas relacionadas con el envejecimiento pero, a pesar de todas estas investigaciones en animales siguen existiendo partes de la ecuación por resolver, como si influye el periodo de tiempo en el que se consumen las calorías diarias (con el ejemplo del ayuno intermitente, por ejemplo) u otro tipo de factores.

¿Y en seres humanos?

Además existía la duda de si estos resultados en animales podían replicarse también en seres humanos. Por ello, los científicos de Penn State recurrieron a datos del estudio CALERIE (Comprehensive Assessment of Long-term Effects of Reducing Energy Intake), un proyecto de investigación bastante innovador. Se trata del primer ensayo clínico aleatorio a largo plazo diseñado para examinar los efectos de la restricción calórica en la salud humana.

El estudio presenta una exploración fascinante de los efectos de la ingesta calórica sobre los marcadores biológicos del envejecimiento, específicamente los telómeros que son las tapas protectoras en los extremos de nuestros cromosomas, que se acortan gradualmente a medida que envejecemos y su longitud a menudo se considera un biomarcador del envejecimiento celular.

Los participantes de CALERIE fueron distribuidos en dos grupos distintos: un grupo siguió una dieta restringida en calorías, mientras que el segundo continuó con una dieta típica sin restricciones, como sujetos de control. Los expertos concentraron su análisis en la longitud de los telómeros, con la hipótesis de que la ingesta reducida de calorías podría desacelerar el proceso natural de acortamiento de los telómeros, lo que podría retardar potencialmente el envejecimiento a nivel celular.

Giros sorprendentes en la investigación

Tras un año, realizaron el primer seguimiento del experimento. Contrariamente a la hipótesis inicial de los investigadores, aquellos voluntarios que siguieron una dieta restringida en calorías experimentaron tanto pérdida de peso como una tasa acelerada de acortamiento de los telómeros en comparación con quienes comieron normalmente. ¿Por qué motivo?

Aquí no acaba la travesía científica. Tras el segundo año en el que ambos grupos continuaron con las directrices de los expertos, una vez que se estabilizó el peso de los participantes con una dieta restringida en calorías, sí que se produjo un cambio. En comparación con los sujetos del grupo de control que no habían variado su forma de comer en los dos últimos años, el primer grupo comenzó a exhibir una tasa más lenta de acortamiento de los telómeros.

"El estudio sólo siguió a los participantes durante dos años"

El desenlace

Una vez que culminó el estudio, ¿qué sería lo esperado? Que la ralentización de los telómeros de los participantes del primer grupo fuese más acusada que la del segundo, sin embargo, la conclusión final fue una especie de empate. Transcurrido todo el periodo que duró el estudio, la longitud promedio de los telómeros en ambos grupos fue sorprendentemente similar.

¿El motivo? Los investigadores apuntan a que la relación entre la restricción calórica y la dinámica de los telómeros es mucho más compleja y dinámica de lo que pensamos y conocemos. ¿Quizá a largo plazo sí que se noten los beneficios de la reducción de calorías? Habrá que esperar a que los siguientes estudios se prolonguen mucho más en el tiempo (quizá 10 años sea lo adecuado) para captar mejor los posibles efectos de esta elección en la dieta.

Aunque los datos de los telómeros no sean nada concluyentes tras los resultados de la investigación publicada en la revista Aging Cell, la restricción calórica tiene otros beneficios para la salud comprobados como reducir el colesterol nocivo y disminuir la presión arterial.