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Un casco y 30 minutos: ¿podremos detectar la demencia así de 'fácil' antes de tener síntomas?
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Probado en 2.000 pacientes

Un casco y 30 minutos: ¿podremos detectar la demencia así de 'fácil' antes de tener síntomas?

Una herramienta que la identifica en sus etapas más tempranas en solo media hora y con una precisión del 93%, mediante un test basado en electroencefalogramas e Inteligencia Artificial

Foto: BrainTrip.
BrainTrip.

En España, más de 900.000 personas padecen algún tipo de demencia, siendo la causa más común de esta la enfermedad de Alzheimer, que puede representar entre un 60% y un 70% de los casos. La demencia afecta a una de cada 10 personas de más de 65 años y a un tercio de las mayores de 85. Con la esperanza de vida en aumento, si no se encuentra una cura que permita retrasar su progresión, en las próximas décadas la cifra de casos podría triplicarse a nivel mundial.

Como todavía no existe una cura para la demencia, la detección rápida y precisa facilita un diagnóstico y tratamiento más temprano. Esto permitiría retrasar los síntomas debilitantes y mejorar la calidad de vida de pacientes y cuidadores. El seguimiento continuo de la enfermedad garantizaría unos resultados sanitarios óptimos para los pacientes. Con esta idea, un grupo de investigación de Malta ha creado BrainTrip, una herramienta que identifica la demencia en sus etapas más tempranas en solo 30 minutos y con una precisión del 93%, mediante un test basado en electroencefalogramas e Inteligencia Artificial.

Se trata de un sistema basado en la neurociencia y en los algoritmos computacionales para la detección temprana de la demencia. Esta innovación utiliza un gorro de electroencefalogramas (EEG) con algodones húmedos. Y a través del Índice de Demencia BrainTrip (BDI, según sus siglas en inglés), impulsado por IA, se escanean, miden y procesan datos de la actividad eléctrica del cerebro. Los resultados cuentan con una precisión del 93% (95% de especificidad y 75% de sensibilidad), siendo altamente fiables para detectar fases tempranas de demencia en media hora. A diferencia de las pruebas que existen actualmente, que se limitan a la detección del alzhéimer, BrainTrip es capaz de identificar el deterioro cognitivo general.

El investigador Jurij Dreo, CTO de BrainTrip, desarrolla sobre su proyecto que “el BDI puede detectar la demencia en sus primeras fases, incluso antes de que la aparición de síntomas cognitivos pronunciados justifique la realización de pruebas más caras e invasivas”, evitando técnicas que se suelen emplear como PET, IRM o LCR. “Lo que distingue al BDI es que se centra en simplificar el proceso de diagnóstico para los médicos aprovechando una tecnología establecida pero infrautilizada: el EEG. Los EEG miden la actividad eléctrica del cerebro, comúnmente conocida como ondas cerebrales. Una grabación de EEG es una instantánea de la actividad cerebral que contiene biomarcadores de la función cerebral. La prueba se basa en los marcadores fisiológicos objetivos de la salud cerebral. En otras palabras, la puntuación no se ve influida por factores como el sexo, los años de educación, la alfabetización, la capacidad auditiva, la motivación del participante o los prejuicios personales del experimentador, todos los cuales pueden influir en las puntuaciones de las pruebas cognitivas tradicionales”, explica a El Confidencial.

placeholder David Sakić y Jurij Dreo.
David Sakić y Jurij Dreo.

El proyecto, que es finalista a los Premios Fundación MAPFRE a la Innovación Social en la categoría Mejora de la Salud y Tecnología Digital (e-Health), está integrado por 13 profesionales e investigadores de la neurociencia, la medicina y el sector empresarial. La herramienta está liderada por Dreo y David Sakić, que junto al resto del equipo suman décadas de conocimiento neurocientífico y experiencia en el procesamiento de datos EEG.

Probado en 2.000 pacientes

Entre marzo de 2021 y noviembre de 2023, se han realizado tests BDI a cerca de 2.000 pacientes, impactando indirectamente entre 5.800 y 9.700 personas, ya que cada caso individual afecta al menos a entre 3 y 5 personas, la mayoría familiares. Desde 2022 cuenta con las certificaciones necesarias de la Unión Europea para su comercialización y puesta en servicio.

Más concretamente, en 2021, el BDI obtuvo el certificado CE como dispositivo médico de clase I en la UE, donde puede utilizarse como prueba de detección cognitiva en adultos mayores.

Foto: Foto: iStock.

“Como dispositivo certificado para el punto de atención, la prueba BDI no solo ofrece detección precoz, sino que también permite el seguimiento de la progresión de la enfermedad, abordando el desafío actual al que se enfrentan los médicos a la hora de ajustar el tratamiento sin una herramienta de diagnóstico óptima. Además, la solución ha sido validada en un estudio a gran escala en el que participaron 448 personas y en el que se demostró que la prueba superaba en precisión a las pruebas convencionales de cribado cognitivo con lápiz y papel”, reclama el investigador.

Cinco años de desarrollo y una historia familiar

Cuenta Dreo que su abuela, diagnosticada con demencia, se enfrentó a actitudes despectivas hacia sus problemas de memoria vinculados al envejecimiento, y solo consiguió intervención cuando el deterioro había avanzado significativamente. Para él esto ponía de manifiesto la tendencia social a restar importancia a los primeros signos y a perpetuar el estigma que rodea a la enfermedad.

Este fue un punto de partida que traería consigo un lustro de trabajo, “el Índice de Demencia BrainTrip ha tardado unos cinco años en desarrollarse, desde la idea inicial hasta el producto final”, cuenta Dreo.

placeholder BrianTrip.
BrianTrip.

Para llegar empezar en su proyecto, “el principal reto no consistía en encontrar y relacionar biomarcadores electroencefalográficos con el deterioro cognitivo, sino en crear una solución lo suficientemente escalable y que pudiera utilizarse como dispositivo de punto de atención. Esto significó que gran parte del esfuerzo y el tiempo de desarrollo se dedicaron a automatizar los pasos manuales de la limpieza y el análisis de los datos de EEG, democratizar el EEG facilitando su uso a los usuarios principiantes y hacer que la experiencia fuera lo más agradable posible para el usuario final”.

El objetivo: llegar a zonas rurales

Desde su sede social en Malta tratan de vender o alquilar su producto a clínicas privadas o centros especializados en BDI a nivel europeo, que luego realizan los tests a los usuarios finales. Pero todavía se encuentran con el principal obstáculo de aceptación por parte del mercado. “Como ocurre con muchas pequeñas empresas, el reto no es solo desarrollar la tecnología, sino también introducirla con éxito en el mercado y sortear el complejo panorama normativo de la aprobación de dispositivos médicos. El sector médico es relativamente lento a la hora de implantar soluciones innovadoras y tiende a favorecer los métodos bien establecidos”, señala.

“El BDI de BrainTrip pretende ofrecer una herramienta revolucionaria, pero convencer a los profesionales e instituciones sanitarias para que cambien los diagnósticos tradicionales por un nuevo enfoque requiere pruebas clínicas exhaustivas, educación y creación de confianza. En cuanto nuestra base de primeros usuarios y defensores satisfechos alcance un número crítico, será mucho más fácil que el BDI llegue a mucha gente”, añade.

Foto: El doctor Pascual Sánchez posa para El Confidencial. (A. B.)
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Ángeles Gómez Fotografías: Ana Beltrán

Dreo cuenta que su objetivo ahora es que se llegue a utilizar tanto en hospitales como en centros de pruebas de cualquier parte del mundo: “La principal ventaja de estos últimos sería que la prueba estaría disponible fuera de los principales núcleos urbanos y aumentaría su accesibilidad a zonas rurales más remotas”. “La idea es llegar al mayor número posible de personas del grupo demográfico afectado, independientemente de su estatus socioeconómico, ubicación, lengua hablada, alfabetización o cualquier otra circunstancia”, añade.

Del mismo modo, señala que el uso futuro de su tecnología también está en los ensayos clínicos a la hora de desarrollar nuevos tratamientos para los trastornos cognitivos: “Una medida objetiva de la salud cognitiva puede ser una herramienta útil tanto para seleccionar a los participantes como para controlar la eficacia del fármaco a lo largo de la progresión del ensayo clínico”.

En España, más de 900.000 personas padecen algún tipo de demencia, siendo la causa más común de esta la enfermedad de Alzheimer, que puede representar entre un 60% y un 70% de los casos. La demencia afecta a una de cada 10 personas de más de 65 años y a un tercio de las mayores de 85. Con la esperanza de vida en aumento, si no se encuentra una cura que permita retrasar su progresión, en las próximas décadas la cifra de casos podría triplicarse a nivel mundial.

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