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La costumbre que debemos dejar de hacer cuando comemos langostinos, según los urólogos
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Muy habitual en España

La costumbre que debemos dejar de hacer cuando comemos langostinos, según los urólogos

En nuestro país solemos coger algunos alimentos con las manos y rebañar hasta el último rincón, como ocurre con muchos mariscos

Foto: La costumbre que debemos dejar de hacer al comer langostinos. (iStock)
La costumbre que debemos dejar de hacer al comer langostinos. (iStock)

Los españoles tenemos la costumbre de coger el marisco y aprovechar casi todo. Es el caso de los langostinos, de los que no solo aprovechamos la cola, sino también solemos chupar las cabezas. En dicha zona de este animal se encuentran las purinas, que el cuerpo las descompone formando ácido úrico.

Los langostinos, al igual que otros muchos mariscos, son ricos en este compuesto, que debe comerse con cuidado para no afectar a los riñones, como afirman los urólogos. Porque los altos niveles de ácido úrico en la sangre se asocian con la formación de cálculos renales, que producen los dolorosos cólicos nefríticos en las vías urinarias por obstrucción aguda debido a una de las piedras que se producen al cristalizar el ácido úrico.

Foto: Las latas de conservas son una opción saludable y poco calórica. (Freepik)

Además, este compuesto también aumenta el riesgo de padecer gota, una enfermedad muy dolorosa y repentina, que presenta una fuerte hinchazón cuando el ácido úrico se cristaliza en algunas articulaciones a través del torrente sanguíneo.

Todas estas razones llevan a los urólogos a no recomendar chupar las cabezas de los langostinos, pero no son las únicas. Esa zona de este marisco también concentra una alta cantidad de cadmio, que es un tipo de metal pesado sin ninguna función nutricional para nosotros y que puede llegar a ser peligroso porque tiene efectos tóxicos.

Foto: El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, en el Palacio de la Moncloa. (Europa Press/Eduardo Parra)

Especialmente afecta a la disfunción renal cuando hay una exposición prolongada, según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan). Este metal se acumula en los túbulos proximales de en los riñones, al igual que también en el hígado, durante un tiempo medio de entre 10 y 30 años, según explica Aesan. Y “puede provocar la desmineralización de los huesos, por acción directa o como resultado del daño renal”, añade.

Por lo tanto, aunque los langostinos sean un alimento saludable y nos aporte proteínas sin apenas grasas, hay que restringir la ingesta de las cabezas, en la medida de lo posible. Este marisco nos aporta yodo, fósforo, selenio y calcio, además de vitaminas B12 y B3, pero quienes tengan el ácido úrico alto deben evitar consumir en exceso. Como en todo, la moderación es lo más recomendable.

Los españoles tenemos la costumbre de coger el marisco y aprovechar casi todo. Es el caso de los langostinos, de los que no solo aprovechamos la cola, sino también solemos chupar las cabezas. En dicha zona de este animal se encuentran las purinas, que el cuerpo las descompone formando ácido úrico.

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