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Estos son los 5 hábitos comunes que aceleran el envejecimiento después de los 40
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Cuidando nuestro cuerpo

Estos son los 5 hábitos comunes que aceleran el envejecimiento después de los 40

Tras cruzar la barrera de los 40 años, se vuelve aún más importante cuidar ciertos aspectos clave para preservar nuestro bienestar, y evitar una serie de prácticas perjudiciales

Foto: Estos son los 5 hábitos comunes que aceleran el envejecimiento después de los 40 (iStock)
Estos son los 5 hábitos comunes que aceleran el envejecimiento después de los 40 (iStock)

Es importante llevar una vida saludable a lo largo de toda nuestra vida, aunque después de cumplir los 40 años esta cuestión es aún más delicada. Y es que, en este momento de nuestras vidas, empezamos a notar una serie de signos: nuestra piel se vuelve más fina, la masa muscular tiende a disminuir, se vuelve más difícil perder peso, nos recuperamos más lentamente de las lesiones, etc.

Pero para contrarrestar el inevitable paso del tiempo, para seguir proyectando una imagen lo más jovial posible y, lo que es más importante, mantener la salud y sentirnos bien en el día a día, los expertos insisten en una serie de recomendaciones básicas, que son cruciales en esta etapa de la vida.

Foto: Estos son los 5 hábitos comunes que aceleran el envejecimiento después de los 50. (Fuente: iStock)

Los 5 hábitos que debes eliminar

Hay muchos hábitos que conviene eliminar una vez cumplidos los 40 (si es que no los hemos erradicado ya antes), pero vamos a centrarnos en cinco muy básicos, que tienen un impacto determinante en la velocidad del envejecimiento y en nuestro cuidado, y más aún a partir de estas edades.

Obviamente, la alimentación es uno de los principales elementos a vigilar. Los nutricionistas suelen recomendar que, al alcanzar la edad de madurez, seamos aún más estrictos el limitar al máximo en nuestra dieta la carne roja, la sal, las grasas saturadas y los azúcares. Además, los excesos con el alcohol también se vuelven todavía más perjudiciales, por lo que la moderación es esencial.

Por supuesto, otro de los pilares es el ejercicio físico. Si tenemos un estilo de vida sedentario, nos puede pasar aún más factura a esta edad, con el riesgo que ello conlleva para el desarrollo de enfermedades. Es fundamental mantenerse activo y llevar a cabo rutinas de ejercicios tres o cuatro días a la semana, aunque también es necesario reconocer nuestras mayores limitaciones con el paso de los años, y no someternos a prácticas demasiado exigentes para evitar lesiones y problemas.

Foto: Esto es lo que dice la ciencia sobre qué ejercicios son más saludables: ¿pesas o cardio? (iStock)

Hidratarse correctamente es otra de las claves. La Federación Española de Sociedades de Nutrición y Dietética (FESNAD) recomienda que los adultos beban entre 2 y 2,5 litros de agua diaria, aunque otros expertos aseguran que para cada persona puede ser diferente y que en realidad hay que "beber el agua que te pida el cuerpo". A partir de los 40, se vuelve aún más importante si cabe hacer caso de nuestro cuerpo en este sentido y beber agua siempre que tengamos sed, para así ayudar mejor a nuestra piel, que ahora se seca más fácilmente y se vuelve cada vez menos elástica.

Además de alimentarse e hidratarse bien, y de hacer el suficiente ejercicio, también es importantísimo descansar correctamente. Hay que dormir como mínimo 7 horas cada noche, y a ser posible 8 horas, para que nuestro cuerpo se recupere bien de las actividades diarias y coja energías para la siguiente jornada. Pero claro, no solo es preciso dormir las suficientes horas, sino también hacerlo en un espacio y en un colchón que nos permita un sueño de calidad, y con unas rutinas horarias lo más fijas y saludables posibles.

Foto: Crear una rutina de sueño y descansar con regularidad es lo más importante. (Pexels/Miriam Alonso)

Por último, cuidar la higiene también pasa a ser más importante cuando alcanzamos esta edad. Como ya hemos comentado, la piel es ahora más fina y delicada, y es muy buena idea buscar productos que la protejan, como las cremas hidratantes, y también soluciones que le otorguen luminosidad si nos preocupa nuestra imagen.

Además de los cinco hábitos que acabamos de mencionar, otras prácticas a evitar después de los 40 incluyen eliminar alimentos procesados y las calorías vacías, no forzar el cuerpo, controlar el estrés, seguir desarrollando una vida social, etc.

Es importante llevar una vida saludable a lo largo de toda nuestra vida, aunque después de cumplir los 40 años esta cuestión es aún más delicada. Y es que, en este momento de nuestras vidas, empezamos a notar una serie de signos: nuestra piel se vuelve más fina, la masa muscular tiende a disminuir, se vuelve más difícil perder peso, nos recuperamos más lentamente de las lesiones, etc.

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