¿Vas a tener médico este verano? Un viejo problema (con un escenario peor que nunca)
La falta de especialistas en los ambulatorios se hace patente todos los años con la llegada de las vacaciones, pero este 2024 se plantea aún peor ante la imposibilidad de contratar a la generación de MIR que este año terminará la residencia
Año tras año, cuando se aproxima la temporada estival, empiezan a resonar alarmas desde todas las comunidades autónomas por el riesgo de que los centros de salud se queden sin médicos en verano. Ante una atención primaria cada vez más tensionada, en el momento que los sanitarios quieren coger vacaciones, se ve más que nunca la falta de recursos en los ambulatorios.
En el último lustro, desde Aragón han alertado de la "insostenible" situación por la falta de médicos de familia y han lanzado ofertas para captar profesionales para verano (con escaso éxito). En ambulatorios de Galicia han tenido que reorganizar las plantillas para no cerrar y, a pesar de ello, la saturación de la atención primaria ha estado servida. Y en la Comunidad de Madrid, verano tras verano, directamente tienen centros de salud sin doctores.
Las tres comunidades son ejemplos de una realidad recurrente en todo el país por una serie de factores que con el paso de los años se han ido agravando, a pesar de los intentos por resolverlo. Pero este año, si no se toman cartas en el asunto, la situación va a ser peor que nunca por algo tan sencillo como que una generación de MIR va a completar la residencia unos meses más tarde de lo normal.
Precisamente, este hándicap añadido va a provocar que “este verano se vaya a ver de una forma mucho más patente las carencias de la atención primaria”, valora a El Confidencial Lorenzo Armenteros, portavoz de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG). “Es muy probable que haya que cerrar centros de salud en algún lugar porque no habrá médicos para cubrirlo, si es que se quiere que los profesionales puedan disfrutar las vacaciones reglamentarias y merecidas”, considera.
Los jóvenes no quieren ser médico de familia
La falta de facultativos en los centros de salud es un problema multifactorial, que viene de largo y que se hace especialmente patente cuando llega el verano. Para el portavoz de los médicos de familia, “el principal problema es la falta de recambio generacional”. “En los últimos 10 años no se ha previsto el número de jubilaciones con la entrada de nuevos médicos. Nadie ha movido un dedo mientras esto era una sangría de médicos entre los que se formaban y se marchaban fuera de España y entre los que se jubilaban, pero no había recambio”, añade.
De hecho, un informe que acaba de presentar el Ministerio de Sanidad cifra el déficit actual de médicos de familia en 4.502. Además, el análisis calcula que en los próximos años faltarán mil más. Cabe destacar que desde el Gobierno han ido realizando diversas acciones en los últimos años para intentar paliar la falta general de facultativos en el país, como ampliar las plazas MIR e, incluso, crear 677 nuevas plazas en la carrera de Medicina. Medidas que por el momento no han surtido efecto como muestran los datos.
De este modo, en los últimos años hemos visto como una gran masa de sanitarios de la generación del babyboom se iba jubilando de los centros de salud, mientras que los recién graduados de entrada ni siquiera querían ser doctor en un centro de salud. Prueba de ello es que en los últimos años se han ido incrementando las plazas de médico de familia que ningún recién titulado ha querido coger como especialidad. De hecho, este 2024 la repesca MIR ha dejado desiertas 246, casi el doble que en 2023.
Para Armenteros, los motivos por los que los más jóvenes no quieren esta especialidad son “las condiciones de trabajo en atención primaria, que cada día son más complejas y los contratos son muy malos”. Una situación de sobrecarga de pacientes, que se retroalimenta con la falta de sustituciones y la que hay que sumarle contratos de corta duración y/o salarios que no compensan. A esta precariedad también produce que los que sí que eligen Familia, acaben prefiriendo irse a trabajar a un hospital o directamente fuera de España. En este sentido, debemos recordar que los médicos llevan tiempo alertando de que la formación académica actual da la espalda a la atención primaria, lo que dificulta siquiera que puedan conocer su importancia.
Un desfase de 2.000 médicos de familia
Tradicionalmente, los MIR terminan su especialidad en mayo. De este modo, cuando se acercaba el verano, salía del horno una remesa de médicos listos para trabajar, a los que se les ofrecían contratos de unos meses para cubrir algunos huecos que quedaban desiertos por vacaciones. Pero este año las comunidades autónomas se han encontrado con que este parche es imposible en el escenario en el que nos encontramos, porque la nueva remesa de especialistas no estará lista hasta septiembre.
La mayoría de especialidades –las de atención primaria incluidas–, tienen un tiempo formativo de cuatro años. La generación que finaliza este año es la que le tocó elegir plaza al principio de la pandemia del coronavirus. Entre un fuerte revuelo, incertidumbre y un sistema que no convencía a los futuros MIR, los recién salidos de la universidad escogieron la residencia que querían hacer un mes más tarde de lo habitual. Pero no solo es que dilatase la elección, sino que también lo hizo la incorporación, pasando del tradicional mayo a septiembre en 2020, ante la tensa situación que estaban viviendo los hospitales.
De este modo, se va a producir un desfase de más de 2.000 especialistas de familia (en 2020 se ofertaron 2.205 plazas en Medicina Familiar y Comunitaria) que otros años salían al mercado laboral en estas fechas (permitiendo los contratos de verano), según calculan desde el Consejo General de Médicos (CGCOM). Los representantes de los doctores llevan tiempo alertando de esta situación y en enero lanzaron un informe al respecto.
El representante nacional de médicos jóvenes y empleo precario del CGCOM, Domingo Antonio Sánchez, resume así la voz de alarma que dieron con su análisis: “Venimos de un déficit estructural de profesionales, que se intensifica en la época de verano y que cada año se tira de los que acaban de terminar la residencia para cubrir el problema de los veranos. Pues claro, si hace cuatro años, por el covid, la gente entró en septiembre, pues lógicamente van a acabar en septiembre su formación. Con lo cual va a haber un déficit estructural de más de 2.000 médicos de familia que no van a acabar, ¿cómo van a resolver ustedes, que tienen que proveer la salud de la población, esta situación? Me refiero a las consejerías como proveedores de servicios salud directamente y al Ministerio como órgano coordinador”.
Cuenta el representante del CGCOM que a finales de enero expusieron el informe en el Ministerio de Sanidad, explicando el problema, y la respuesta que obtuvieron es que en el tejado del Gobierno solo podía estar la formación, por la transferencia a las regiones de las competencias de salud, “y que no iban a adelantar el fin del título de especialista en medicina de familia, porque eso podría tener problemas de cara a homologaciones”. El secretario de Estado de Sanidad, Javier Padilla, también mostró la imposibilidad de que finalicen antes de lo previsto, ante la Asociación MIR España (AME) y la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM).
Con este panorama, las regiones y el Ministerio se reúnen este miércoles en un Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS) extraordinario, que se realizará de manera telemática. Buscarán entre todos soluciones a la falta de sanitarios, que se hace especialmente notable en verano. Algunas comunidades como Extremadura o Valencia ya están valorando contratar médicos sin la especialidad, ya sean nacionales o extracomunitarios con el título homologado, mientras otras como Madrid reprochan al Ministerio en una carta que no se vaya a abordar "la situación de los médicos residentes que acaban su formación en septiembre en lugar de mayo como es habitual”.
Año tras año, cuando se aproxima la temporada estival, empiezan a resonar alarmas desde todas las comunidades autónomas por el riesgo de que los centros de salud se queden sin médicos en verano. Ante una atención primaria cada vez más tensionada, en el momento que los sanitarios quieren coger vacaciones, se ve más que nunca la falta de recursos en los ambulatorios.
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