Una gran revolución para el tratamiento del cáncer: las CAR-T
Lo que comenzó como una terapia muy minoritaria, se ha ido extendiendo rápidamente gracias a un mayor número de indicaciones y su abaratamiento. Es, sin lugar a dudas, un paso de gigante en el tratamiento del cáncer hematológico
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fad1%2Fb13%2Fb34%2Fad1b13b34a33859f533551cc0dc7f201.jpg)
Las terapias CAR-T, acrónimo del inglés Chimeric Antigen Receptor – T cell, (en español Linfocitos T con Receptores Quiméricos para Antígenos) constituyen, sin lugar a duda, una de las mayores revoluciones en la medicina del siglo XXI y han cambiado por completo el pronóstico de muchos pacientes con diversos cánceres de la sangre (leucemias, linfomas y mielomas), si bien sus indicaciones se van extendiendo rápidamente a otro tipo de tumores con resultados iniciales prometedores.
Mucho ha evolucionado el tratamiento del cáncer en lo que va de siglo. Hasta no hace mucho contábamos tan solo con la radio y quimioterapia, de bien conocida toxicidad condicionada por su falta de especificidad a la hora de actuar sobre el tumor, por lo que no solo destruyen el mismo, sino también otras muchas células del organismo. Sin embargo, a lo largo del presente siglo hemos asistido a la introducción progresiva de una serie de tratamientos agrupados bajo el término de "inmunoterapia" que buscan la estimulación o mejora del sistema inmunitario con el fin de rechazar y destruir tumores de una forma mucho más específica, con muchos menos efectos secundarios.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fb45%2F733%2F6a8%2Fb457336a8ac4338d5d5c13e4a06e4a97.jpg)
Dentro de este grupo de tratamientos que ha cambiado por completo la terapia del cáncer, el más prometedor y espectacular en cuanto a resultados es el de las CAR-T. En esquema consiste en la obtención de células T del enfermo (un tipo de leucocitos) y su posterior modificación mediante ingeniería genética incorporando receptores de antígenos para dirigirlas contra las células tumorales del propio paciente a las que es capaz de reconocer gracias a esta intervención.
Los linfocitos T modificados y multiplicados hasta conseguir la cantidad deseada, son después infundidos en el enfermo, preparados para destruir las células tumorales. Es decir, hemos "entrenado" a unos glóbulos blancos del enfermo para que ataquen y destruyan su propio cáncer: una verdadera panacea.
El cáncer hematológico, abriendo camino
Aunque este enfoque es, teóricamente, válido para cualquier tipo de tumor, se comenzó su investigación por las enfermedades sanguíneas cancerosas porque el reconocimiento de los marcadores de las membranas de las células tumorales de la sangre es más sencillo que el de otros tumores. Hoy día estos tratamientos se centran en distintos tipos de leucemia, mielomas y linfomas, pero están en marcha para tumores como el melanoma, sarcoma y otros, incluso en otros procesos como el lupus eritematoso sistémico o la esclerosis múltiple. Todo un nuevo horizonte para un abanico de enfermedades que sin duda se seguirá ampliando cada vez más.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F3ef%2F755%2Fd04%2F3ef755d04eff752dcbe17789cc5f6c21.jpg)
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F3ef%2F755%2Fd04%2F3ef755d04eff752dcbe17789cc5f6c21.jpg)
El paso clave en este proceso es obviamente la modificación genética de los linfocitos T para la que se precisa un vector viral, solo manejable en las llamadas "salas blancas", de condiciones muy estrictas y que tienen que ser autorizadas e inspeccionadas por la Agencia Española del Medicamento o su equivalente en otros países.
En pocos años, se han dado pasos de gigante para que lo que nació como una terapia exclusiva y a unos precios muy elevados
Son tratamientos de introducción muy reciente y cuya generalización lo es aún más. La agencia americana del medicamento (FDA, por sus siglas en inglés) aprobó su uso en 2014, mientras que la Agencia Europea del Medicamento (EMA) lo hizo en diciembre de 2018 y la española (AEMPS) en julio del 2019, hace apenas 5 años. Sin embargo, en este corto lapso se han dado pasos de gigante para que lo que nació como una terapia exclusiva para muy pocos enfermos, en hospitales muy seleccionados y a unos precios muy elevados que planteaban serias dudas sobre su posibilidad de financiación, se vaya extendiendo y apunte ya a ser una terapia cada vez más generalizada.
Más baratos y sostenibles
En el momento de su introducción tan solo existían CAR-T fabricadas por la industria farmacéutica a un precio de más de 300.000 € por tratamiento y que se podían administrar únicamente en siete centros autorizados distribuidos geográficamente por España, con grandes precauciones por los posibles efectos secundarios. En el momento actual ya son 25 los hospitales que las están administrando y, probablemente, pronto serán bastantes más, ya que se tiende a considerar que la administración de CAR-T no es en absoluto más compleja que un trasplante de médula alogénico (procedente de un donante, no del propio enfermo) y en España ya hay más de 40 centros que practican estas terapéuticas. De hecho, hoy sabemos que, correctamente manejadas, las CAR-T tienen menos efectos secundarios que un trasplante de donante no emparentado.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F602%2Fba9%2F753%2F602ba975315cf1f93e9c93f2ebfa9132.jpg)
Por si ello fuera poco, en nuestro país se está dando un paso muy importante de cara a la sostenibilidad de estos tratamientos al establecer y difundir las llamadas CAR-T académicas (no producidas por la industria farmacéutica). En el Hospital Clinic i Provincial de Barcelona se han fabricado en sus salas blancas dos tipos de CAR-T que han sido evaluadas por las agencias correspondientes y que han demostrado en ensayos clínicos unos niveles de eficacia y seguridad similares a los producidos por la industria farmacéutica.
Mejores tratamientos, más efectivos y con menos efectos secundarios, dibujan un panorama prometedor para muchos enfermos
Con ellas se han tratado ya 360 enfermos en diversos hospitales y su capacidad de producción se estima en unas 100 al año. Ya se están habilitando tres hospitales más para que también las produzcan, y dando los pasos para que puedan aplicarse en otros países de la Unión Europea. El precio de estas CAR-T académicas es de alrededor de la cuarta parte que las industriales: 89.000 €, lo que ratifica una vez más la importancia de contar con una investigación propia para aprovechar todas las posibilidades de nuestro sistema sanitario y a la vez hacerlo más sostenible.
En suma, mejores tratamientos, más efectivos y con menos efectos secundarios, dibujan un panorama muy prometedor para muchos enfermos con cáncer, y eso es una muy buena noticia.
Las terapias CAR-T, acrónimo del inglés Chimeric Antigen Receptor – T cell, (en español Linfocitos T con Receptores Quiméricos para Antígenos) constituyen, sin lugar a duda, una de las mayores revoluciones en la medicina del siglo XXI y han cambiado por completo el pronóstico de muchos pacientes con diversos cánceres de la sangre (leucemias, linfomas y mielomas), si bien sus indicaciones se van extendiendo rápidamente a otro tipo de tumores con resultados iniciales prometedores.