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12 millones y medio de españoles sufren dolor crónico: cómo mejorar su calidad de vida
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EL TRATAMIENTO DEBE SER MULTIDISCIPLINAR

12 millones y medio de españoles sufren dolor crónico: cómo mejorar su calidad de vida

Sin importar la dolencia que les causa ese sufrimiento, es fundamental inculcar a los pacientes estrategias más allá de los tratamientos farmacológicos

Foto: El dolor crónico influye negativamente en la calidad de vida de los pacientes.
El dolor crónico influye negativamente en la calidad de vida de los pacientes.

Según un informe de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP), ahora mismo están sufriendo dolor crónico nada menos que 12 millones de españoles. Lo que les ocasiona un deterioro de la calidad de vida que incluye depresión y ansiedad. A pesar de ello, apenas el 40% de quienes lo padecen cuentan con un diagnóstico.

Una de las razones de ese infradiagnóstico, probablemente, tiene que ver con que los pacientes pueden tardar hasta cinco años en ser atendidos en una unidad del dolor porque la derivación, en la mayoría de comunidades autónomas, se hace desde especialidades como Traumatología y Rehabilitación y no desde Atención Primaria, lo que aligeraría los tiempos de espera.

Por otro lado, tal y como comenta María Madariaga, presidenta de la Sociedad Española del Dolor (SED) hay muy pocas unidades del dolor en nuestro país “y la mayoría son heterogéneas, muchas infradotadas, sin una plantilla fija asignada, dependiente de un solo servicio (habitualmente Anestesiología) y con escasa participación de diferentes especialistas, fundamentales en el abordaje del dolor, como psicólogos, fisioterapeutas o terapeutas ocupacionales”.

En efecto, la experta afirma que a la hora de aliviar el dolor es imprescindible el tratamiento multidisciplinar, pero es “difícil de obtener debido a la poca coordinación entre profesionales sanitarios”. Ante esta situación, y ante la falta de recursos no farmacológicos, los tratamientos que se ofrecen a los pacientes, se basan “prácticamente en exclusiva en medicación durante su proceso”.

El tratamiento con opioides

Para los expertos en dolor crónico, la formación del profesional sanitario es clave para poder tratar a los pacientes con dolor crónico, especialmente en el uso de opioides. Porque este tipo de tratamientos “debe ser muy específico para determinado tipo de pacientes, y el profesional sanitario debe saber manejarlos adecuadamente, especialmente si se plantean a largo plazo. Eso solo puede hacerlo si está formado en su uso”, explica Madariaga.

placeholder Pastillas. (Reuters/Bryan Woolston)
Pastillas. (Reuters/Bryan Woolston)

Solo de ese modo es posible “prevenir la tolerancia y la dependencia sin restringir el acceso a los opiáceos a aquellos pacientes que los necesitan, especialmente en los momentos críticos de la evolución de la enfermedad”, según Luz Padilla, miembro de la SED.

Más allá de los fármacos

Aunque la mayor parte de los tratamientos se centren en farmacología, los expertos recomiendan pequeños gestos que van mucho más allá. Uno de ellos es el que tiene que ver con el sueño. Lo explica Hélène Bastuji, investigadora del Centro de Investigación de Neurociencia de Lyon (Francia): “Una siesta de 20 minutos ha demostrado que puede revertir los cambios en la percepción del dolor inducidos por la falta de sueño, lo cual es significativo para comprender cómo el descanso corto puede influir positivamente en la regulación del dolor”.

“Una siesta de 20 minutos ha demostrado que puede revertir los cambios en la percepción del dolor inducidos por la falta de sueño"

Al mismo tiempo, un reciente estudio publicado en Journal of Neuroscience afirma que la pérdida de sueño afecta la percepción del dolor a nivel cerebral. “Los cambios en la cantidad y calidad del sueño durante la noche en un individuo influyen en el dolor experimentado al día siguiente”, asegura la doctora Bastuji. Es decir, para manejar el dolor, es importante manejar el sueño del paciente.

¿Y qué pasa con la dieta?

Está demostrado que la dieta antiinflamatoria es una estrategia terapéutica clave que proporciona los componentes necesarios para reducir la inflamación y mejorar el bienestar general del paciente. Y esto sucede sin importar la patología que origine el dolor”, en palabras de la dietista-nutricionista Laura Isabel Arranz.

Foto: Foto: Unsplash/@iñigodelamaza.

En ese sentido, la experta recomienda “evitar al máximo los azúcares, edulcorantes, grasas saturadas y omega-6 presentes en alimentos como galletas, cereales de desayuno, bollería, alimentos procesados, embutidos, carne roja, quesos grasos, leche entera, postres lácteos, salsas lácteas, aceite de girasol, pipas de girasol, refrescos, alcohol y café (máximo 2 tazas al día)”.

Por el contrario, es conveniente apostar por alimentos como las verduras, frutas, semillas, frutos secos, legumbres, pescado azul, yogur o kéfir, especias y hierbas aromáticas, y aceite de oliva virgen extra. “Adoptar hábitos alimentarios saludables y antiinflamatorios puede ser una herramienta poderosa en el tratamiento integral del dolor crónico”, concluye la especialista.

Según un informe de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP), ahora mismo están sufriendo dolor crónico nada menos que 12 millones de españoles. Lo que les ocasiona un deterioro de la calidad de vida que incluye depresión y ansiedad. A pesar de ello, apenas el 40% de quienes lo padecen cuentan con un diagnóstico.

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