"He sido una mujer enferma sin saberlo": historia de una retirada de las prótesis mamarias
Montse Camacho vivió un auténtico infierno por culpa de sus implantes. Uno de ellos se le rajó y decidió quitárselos. El resultado de la cirugía no fue el esperado
En una revisión ginecológica rutinaria, a Montse Camacho le descubrieron que uno de sus implantes mamarios estaba roto. Llevaba años con ellos. La radióloga que le realizó la ecografía le dijo que no pasaba nada. "No sabes la de mujeres que pasan por aquí con ellos rotos, e incluso, de años. Si no tienes una infección o inflamación, no debes preocuparte", le aseguró. Montse le hizo caso y le restó importancia: "Bueno, puede que sea una fisura interna. Gracias a Dios, que solo es esto".
Casi nueve meses después, se notó un bulto en el pecho mientras se duchaba. Entonces, recordó: "Ostras, ¡que tengo un implante roto!". "En aquel momento me inundó la culpa. Llamé a la clínica para realizarme otra ecografía y a los dos días me dieron la cita. Me miraron y me confirmaron que la cápsula que lo rodeaba no estaba dañada, es decir, que el contenido no se había salido", explica a este periódico.
En ese momento, pensaba que el siguiente paso era renovarse los implantes, algo que ya había hecho años atrás, pero las redes sociales le abrieron los ojos: "Una chica que seguía en Instagram, que creó el grupo de enfermedad de implantes mamarios, compartió un vídeo que se hizo muy viral hablando sobre el tema. Fui consciente de que eran veneno, que te intoxicaban y que el cuerpo hacía una respuesta inflamatoria crónica de todo el organismo".
"Cuando empecé a ver este tipo de información, me voló la cabeza. A nosotras nos han vendido que los implantes son algo normal, jamás te cuestionas si son buenos para tu cuerpo o qué ingredientes tienen. Te operas porque los médicos te dicen que te vas a ver divina. Estamos hablando de la salud y de que hemos sido experimentos con patas", confiesa.
Estamos hablando de la salud y de que hemos sido experimentos con patas
Asimismo, asegura que muchas mujeres operadas tienen problemas como lupus, hipotiroidismo, artritis reumatoide, hipertiroidismo, lagunas mentales, caída del cabello o infertilidad, entre otras: "Hay un envejecimiento prematuro interno".
Montse hacía algún tiempo que arrastraba algún problema de salud, pero nunca imaginó que estuviera relacionado con los implantes. Uno de ellos fue un tinnitus, o acúfeno, que es la percepción de sonido que no tiene una fuente externa. Por muchas veces que visitara la consulta, el otorrino insistía en que todo estaba bien. Además, a los 35, intentó quedarse embarazada sin éxito: "Me dijeron que tenía el aparato reproductor de una mujer de 43 años. A mí se me cayeron las lágrimas. Hacía deporte, no fumaba, no bebía y no entendía por qué me estaba pasando".
El trastorno que agrupa todos estos síntomas se llama Síndrome de Asia (Síndrome Autoinmune Inducido por Adyuvantes). Se trata de una reacción autoinmune o inflamatoria, atribuida a una sustancia extraña al organismo. En el caso de las prótesis mamarias, la sustancia extraña sería la silicona, pero está presente en muchos otros tipos de implantes de uso médico.
Para ampliar información, este periódico se ha puesto en contacto con la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (Secpre). Sin embargo, al ser preguntados por el síndrome de Asia, los doctores no han querido contestar a las preguntas, alegando que "no les encajaba el enfoque".
Por su parte, Montse expone que este trastorno no está reconocido en España: "Hay muchas mujeres implantadas que tienen problemas de salud y desconocen que la causa son sus propias prótesis. Los médicos no lo asocian y encima te tachan de loca, como si no estuvieras sufriendo los síntomas. Estás condenada a pasar por caja para cambiarlas cada 10 años".
"Las prótesis están llenas de tóxicos, químicos y carcinógenos. En qué momento normaliza el ser humano meterse en un quirófano, que le rajen y le metan dos bolas en el pecho. No tiene sentido", continúa.
Fuera implantes y adiós síntomas
A raíz de ver publicaciones en las que otras mujeres afectadas contaban sus síntomas, Montse hizo un ejercicio: una línea de la vida para ver qué problemas había tenido desde que se implantó. "Fue devastador verlo. De unos 100 signos de alerta, tuve caso 50. Fue doloroso porque te das cuenta de que has sido una mujer enferma sin saberlo".
Por suerte, Montse no ha padecido linfoma anaplásico de células grandes, el cáncer del cual Sanidad confirmaba 94 casos el pasado mes de junio en mujeres implantadas. Hasta el año 2023, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) recibió la notificación de 129 sospechas y desde el comienzo del seguimiento ha habido 4 muertes relacionadas con la enfermedad. "Yo conozco cuatro o cinco mujeres que lo han padecido", aclara.
"Me dejó el pecho completamente deformado, me desgració la vida. Estaba mal emocionalmente por como había quedado"
La consecuencia fue que con 41 años, en febrero de 2022, decidió explantarse. Se puso en contacto con una cirujana que era experta en capsulectomía total, para realizar una extirpación por completo de la cápsula, pero el resultado no fue el que esperaba. "No creía en la enfermedad de los implantes mamarios. No me explantó en bloque, las cápsulas las tiró a la basura en lugar de mandarlas a analizar y me dejó un nefasto resultado estético. Mi pecho estaba completamente deformado, me desgració la vida. Estaba mal emocionalmente por como había quedado", recuerda.
También le habían diagnosticado la enfermedad de Von Willebrand, una anomalía en la coagulación de carácter hereditaria, aunque también puede ser adquirida como consecuencia de otras patologías. "A los 6 meses de explantarme, me volví a hacer análisis de sangre y los indicadores fueron bajos. El doctor dijo que no era posible, me volvió a mandar el estudio de sangre y salió negativo. El hematólogo me decía: ‘no puede ser que la tengas y luego desaparezca’. Pero yo sabía que me la habían provocado los implantes".
Por ese motivo, comenzó a hacer activismo en redes sociales con su cuenta @tetasfueraspain: "Fue la injusticia lo que me movió. En EEUU y Latinoamérica ya hablaban de este tema. En España estaba tapado y no se le daba visibilidad. Quería dar voz a todas las afectadas".
También recalca la presión de la mujer para someterse a este tipo de operaciones: "Somos calcos. Son modas y al final sometes a tu cuerpo a modificaciones constantes. Nos falta educación emocional, desde pequeños aprendemos a juzgar y a criticar. Yo me vi sola y desatendida".
Gracias a un encuentro de activistas en Cartagena de Indias (Colombia), Montse conoció a un doctor que le dio una esperanza: "Me dijo que podía resolver mi problema de la anterior operación. Pero todo pagando, claro. En España en la seguridad social se pusieron muchos implantes y ahora cuando se vuelven problemáticos no se hacen cargo de quitarlos". Por fin, en marzo del 2023, Montse estaba entrando en quirófano de nuevo en la ciudad colombiana de Barranquilla para reconstruir sus tejidos mamarios.
En una revisión ginecológica rutinaria, a Montse Camacho le descubrieron que uno de sus implantes mamarios estaba roto. Llevaba años con ellos. La radióloga que le realizó la ecografía le dijo que no pasaba nada. "No sabes la de mujeres que pasan por aquí con ellos rotos, e incluso, de años. Si no tienes una infección o inflamación, no debes preocuparte", le aseguró. Montse le hizo caso y le restó importancia: "Bueno, puede que sea una fisura interna. Gracias a Dios, que solo es esto".
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