Virus del Nilo, dengue y otras peligrosas enfermedades que contagian los mosquitos
Cinco personas se han contagiado por el virus del Nilo Occidental en Sevilla, de los que una mujer ha fallecido, lo que ha disparado las alarmas por las infecciones que transmiten las picaduras de mosquitos. Estas son las más habituales, y son graves
Los mosquitos anuncian la llegada del buen tiempo y la subida de temperaturas. Casi siempre, su picadura provoca habones muy molestos, pero que no revisten mayor importancia; sin embargo, otras veces, el díptero actúa como transmisor de graves enfermedades, como la fiebre del Nilo Occidental, que se ha cobrado la primera víctima mortal de este verano (una mujer de 71 años, con enfermedades previas graves) en Sevilla, y que ha llevado a la Delegación de la Consejería de Salud en Sevilla a elevar el nivel de riesgo de 3 a 5 y a actuar urgentemente sobre la población de mosquitos Culex.
Jordi Figuerola, investigador de la Estación Biológica de Doñana, del CSIC, confirma que este año en Andalucía hay más mosquitos y más afectados por el virus del Nilo Occidental que el año pasado (en 2023 registraron 3 muertes en Andalucía), cuando Extremadura se llevó la peor parte. “Una primavera muy lluviosa, un invierno suave y, además, se ha cultivado arroz en la zona, algo que el año pasado no se hizo, son los principales responsables de la población tan alta de mosquitos”, apunta. Además, también contribuye el agua que queda encharca alrededor de colectores que no están bien limpios, y que aprovechan los insectos para poner sus huevos.
El animal más mortífero
La muerte de la mujer de Sevilla esta semana por el virus del Nilo Occidental se suma a la terrible estadística de los dípteros. “Los mosquitos son el animal que mata a más personas al año en el mundo. Está detrás de unas 725.000 muertes”, revela Figuerola
Existen más de 3.500 especies de mosquitos y se encuentran en todas las regiones del planeta, salvo en la Antártida. Son muy buenos para adaptarse a nuevos ambientes y a cualquier intervención para combatirlos.
En España el problema de los mosquitos transmisores de enfermedades graves está muy lejos de lo que se vive en las zonas tropicales de América y África (malaria, dengue o chikingunya), pero tampoco se puede calificar de ‘cero riesgo’, por eso el Ministerio de Sanidad lanzó el año paso Mosquito Alert, un sistema de vigilancia en el que científicos y ciudadanos comunican la presencia y brotes de enfermedades causados por los mosquitos autóctonos e invasores.
Un conocido de toda la vida
Hasta hace unos años no había noticias de este tipo de infecciones (excepto malaria en viajeros a zonas endémicas). ¿Es que nos están llegando nuevas especies de mosquitos? Figuerola es tajante: “La historia de que el virus del Nilo Occidental es por un nuevo mosquito no es cierta. El que ha transmitido el virus del Nilo es un mosquito autóctono (Culex perexiguus y Culex pipiens), que lleva toda la vida en Andalucía. No hay nada de la película de terror de mosquito japonés ni de aves migratorias que traen el virus del Nilo a España”.
El virus del Nilo no se transmite entre personas, sino que necesita un ave infectada a la que pica el mosquito. El ave es el reservorio del virus, que es el que causa la enfermedad al humano
El Culex perexiguus también es muy abundante en las zonas de arrozal, pero “no es muy frecuente ni en Valencia ni en el delta del Ebro”. Otra cosa es la Camarga francesa (Provenza y Costa Azul), donde “la fiebre del Nilo Occidental por mosquitos (Culex modestus) sí está causando problemas”.
Los peligros del 'tigre'
El verdadero protagonista de los últimos años es el mosquito tigre, que transmite el dengue, chikungunya o zika (y de hasta 22 tipos de virus diferentes). En la zona del Mediterráneo se han dado casos de dengue por la picadura del mosquito tigre (que está ganando terreno por todo el litoral y también en regiones del centro peninsular), y de paludismo (malaria).
Los casos que se han comunicado en España, como el brote de dengue en Murcia de 2018, tienen su origen en un viajero que regresó infectado de un país tropical y fue picado por un mosquito tigre local que, a su vez, picó a otras cinco personas (3 miembros de la familia) que resultaron contagiadas, y en Ibiza en 2023, cuando una pareja y su hijo menor contrajeron la enfermedad.
Esta es otra diferencia significativa con el virus del Nilo, apunta el científico del CSIC, que “no se transmite entre personas, sino que necesita un ave infectada a la que pica el mosquito. El ave es el reservorio del virus, que es el que causa la enfermedad al humano”.
El mosquito tigre puede transmitir hasta 22 virus o diversos parásitos, como el que causa la filiarisis, un gusano que infecta a los perros: “Si un mosquito pica a un perro con filaria sin tratar, y luego a una persona, le puede transmitir el parásito”.
Aquí viven mosquitos
Para evitar sorpresas desagradables, lo primero es saber dónde viven los mosquitos. Es conocido que las riberas de los ríos son perfectas para que estos insectos se reproduzcan y por eso las personas que son presa fácil de los dípteros saben que tienen que evitarlas.
Lo peor es cuando se ignora dónde se ‘esconde’ el peligro, y hablando de mosquitos, sus lugares favoritos son los platos de las macetas, las botellas que se cuelgan en la manguera de drenaje del aire acondicionado, los desagües, etc. Por ello, el biólogo de Doñana insiste en que los ciudadanos debemos limpiar estos puntos y evitar la acumulación de agua para evitar que los mosquitos se multipliquen.
¿Efecto del calentamiento?
Algunas voces alertan de que el cambio climático puede contribuir a que haya más mosquitos. Jordi Figuerola, que participa en un proyecto del CSIC para monitorizar en tiempo real la población de mosquitos y la presencia del virus de Nilo en el Bajo Guadalquivir, hace hincapié en la importancia de extremar el control sobre las poblaciones. Además, “que haga más calor en invierno hará que los mosquitos sobrevivan mejor y que la temporada de cría comience antes y termine después”.
¿Esto afectará a la salud humana? “Estamos intentando ver cómo puede afectar todo esto a la transmisión de enfermedades”, responde.
Un último mito que destierra el científico tiene que ver con la magnitud de la picadura y el tamaño del mosquito. Existe la creencia de que los mosquitos grandes pican menos, pero “en realidad, esos insectos no son mosquitos. La picadura no depende del tamaño”.
Lo que está claro es que las autoridades deben controlar la población de dípteros y los ciudadanos debemos evitar puntos de agua estancada en nuestros domicilios, además de intentar protegernos de las picaduras cubriéndonos los brazos y las piernas si paseamos por zonas húmedas y cálidas.
Los mosquitos anuncian la llegada del buen tiempo y la subida de temperaturas. Casi siempre, su picadura provoca habones muy molestos, pero que no revisten mayor importancia; sin embargo, otras veces, el díptero actúa como transmisor de graves enfermedades, como la fiebre del Nilo Occidental, que se ha cobrado la primera víctima mortal de este verano (una mujer de 71 años, con enfermedades previas graves) en Sevilla, y que ha llevado a la Delegación de la Consejería de Salud en Sevilla a elevar el nivel de riesgo de 3 a 5 y a actuar urgentemente sobre la población de mosquitos Culex.
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