Meses de espera para el pinchazo que te permite viajar: qué está pasando en los centros de vacunación internacional

En Zaragoza hay que esperar más de dos meses para conseguir una cita en un centro de vacunación internacional. En Madrid, las cosas están igual de complicadas. Los andaluces viven una situación similar, a la que se suma la coyuntura de que están inactivos ocho de los diez puntos para este fin. Y los mallorquines están encontrando este mes con limitaciones para acceder a ellas.

De punta a punta de España se repite la misma escena: los viajeros que van a emprender una aventura más allá de Europa lo tienen complicado para poder acceder a las vacunas que les protejan de enfermedades ultramar y que exigen para entrar en cada país. Pero no solo lo tienen difícil para los pinchazos, también para toda la evaluación que se realiza en estas consultas, en las que también se pueden recetar preventivamente antibióticos, profilaxis contra la malaria o, por ejemplo, un diurético para minimizar los riesgos del mal de altura.

La situación de colapso se lleva viviendo desde hace semanas, pero no es exclusiva de este verano, sino que todos los años se repite en estas fechas, aunque cada vez empeora. Los motivos son varios, pero el problema real es de salud.

Desde la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), confirman que es habitual que haya falta de citas en estos servicios públicos cuando llega el verano. Ante ello, su vicepresidente, Francisco Javier Membrillo, señala que “tenemos que concienciar a la población de que el consejo de previaje debe hacerse con suficiente antelación” y también recuerda que se debe “tener en cuenta que muchas de las actuaciones, por ejemplo, de vacunas que se van a tener que realizar, tienen que iniciarse como pronto tres meses antes del viaje, además de tener en cuenta la lógica saturación”.

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En cualquier caso, el Dr. Membrillo recuerda la necesidad de “una valoración multidisciplinar de estos problemas antes, durante y después de los viajes internacionales. En esta evaluación son fundamentales los especialistas en microbiología clínica y enfermedades infecciosas para el diagnóstico y tratamiento de la patología que se pueda adquirir durante estos viajes”.

Por qué aumenta el colapso cada año

Marta Arsuaga Vicente, experta en virus emergentes y patógenos de alta letalidad por la Universidad Autónoma de Madrid, señala que la situación de colapso va in crescendo cada verano porque “la demanda de atención por viajes cada vez es mayor y las consultas no dan abasto para atender a toda esta cantidad de viajeros”.

Ante el aumento de la solicitud por parte de los usuarios, algunas comunidades están ampliando sus servicios, como es el caso de la Comunidad de Madrid, que incorporaba hace un mes un nuevo en el Hospital público Universitario Príncipe de Asturias. Sin embargo, no es suficiente.

“Cada vez la gente viaja más, más lejos y además viaja a zonas más recónditas. Al irse a sitios más recónditos y con más riesgo, se requieren más vacunas”, destaca la Dra. Arsuaga, especialista en medicina tropical, que desempeña su función en una unidad de alto aislamiento de un hospital terciario de Madrid.

Los datos confirman que cada vez viajamos más y que nuestras preferencias cada vez son más exóticas, especialmente entre los más jóvenes. Sri Lanka, Tailandia, Cuba y Perú se sitúan entre los destinos preferidos, según una encuesta de WeRoad.

Riesgos de no vacunarse: para uno mismo y los demás

El riesgo más inmediato al que se enfrentan los viajeros es no poder cruzar las fronteras porque los propios países no lo permiten.

Pero, por supuesto, el gran riesgo es adquirir una enfermedad para la que nuestro sistema inmune no está preparado y desarrolle un cuadro grave de la patología.

Aunque generalmente solo afecte al viajero mal vacunado, existe la posibilidad remota de que se produzca una trasmisión local de una enfermedad tropical. Con virus como el dengue, el zika o chikungunya puede ocurrir que se produzca una infección dentro de nuestras fronteras, ya que “en España tenemos un mosquito llamado Aedes albopictus, que es un primo del Aedes aegypti que es el que trasmite estas enfermedades. Puede ocurrir, como ha pasado en Francia e Italia, que una persona venga con el virus en la sangre, el mosquito que tenemos aquí pique a esa persona y ese mismo mosquito pique a otra persona; y de esta forma sí que podría haber transmisión en España”.

Asimismo, añade que “respecto a enfermedades como diarrea, enfermedades infecciosas intestinales… si no se hace un buen lavado de manos, pues sí que podría haber transmisión de persona a persona por mala higiene”, añade la experta.

¿Qué hacer si no consigues cita?

Algunos viajeros, como Raquel, conocen la situación y son precavidos. “Yo ya he pedido cita para el año que viene, aunque todavía no sé a dónde iré. Y si al final no la necesito, la cancelaré”, cuenta la treintañera que aprovecha cada día de vacaciones para recorrerse el mundo.

Sin embargo, aunque todos los años se reproduzca la misma escena, cada verano hay españoles que se encuentran con un vuelo programado, pero sin poder coger cita a meses vista.

Llegados a este punto, recordemos que la gran conclusión de ambos expertos es que la previsión es clave cuando se va a viajar a países exóticos y evitar un problema de salud que también podría afectar a otros. Pero si esto no ha sido así, la Dra. Arsuaga señala que existen centros privados, como Consulta del Viajero, en los que es posible acceder a estos remedios, salvo “la vacuna frente a la fiebre amarilla, que solo está disponible en centros públicos de vacunación internacional”.