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La española que alerta de que nos estamos alejando de la dieta mediterránea: "Aumenta la obesidad"
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Charla con Marcela González Gross

La española que alerta de que nos estamos alejando de la dieta mediterránea: "Aumenta la obesidad"

Las investigaciones más novedosas en el campo de la nutrición subrayan el papel clave del músculo, el aumento de alergias e intolerancias y nuevas opciones, como los insectos

Foto: Marcela González Gross. (Imagen cedida)
Marcela González Gross. (Imagen cedida)

"Hoy no se puede hablar de nutrición sin hablar de sostenibilidad", recalca la doctora Marcela González Gross, presidenta de la Sociedad Española de Nutrición (SEÑ). La entidad acaba de celebrar la XXXIII edición de su congreso anual en Granada, en el que se han abordado el presente y el futuro de la nutrición y las ciencias de la alimentación.

“Estamos muy preocupados por la sostenibilidad de la dieta mediterránea, las personas que viven en los países bañados por el Mediterráneo se están alejando de ella, pese a ser patrimonio inmaterial de la humanidad. Especialmente los niños y los jóvenes, y se considera una de las causas del aumento de la obesidad”, prosigue la experta, que también es catedrática de Nutrición Deportiva y Fisiología del Ejercicio en la Universidad Politécnica de Madrid. “Además, la dieta mediterránea está establecida como un modelo de dieta sostenible en relación a su impacto sobre el medio ambiente”, matiza.

Otro aspecto que se ha abordado durante el congreso es el renovado papel del músculo. Desde hace unos años, se sabe que es un órgano endocrino y produce una serie de moléculas (exerquinas) que tienen vías de comunicación con todo el organismo. De ahí que se relacione el ejercicio (activación del músculo) o el sedentarismo (inacción del músculo) con enfermedades como diabetes, cáncer o deterioro cognitivo.

En este sentido, se le está prestando mucho interés a la sarcopenia, que es la pérdida de masa muscular asociada al envejecimiento, y ya está reconocido como un factor de riesgo de muerte en personas mayores. “Es muy importante evitar la sarcopenia e introducir programas de ejercicio en hospitales y residencias de ancianos, junto con la ingesta adecuada de nutrientes críticos, tal y como se abordó en varias de las sesiones del congreso”, indica la experta.

placeholder Marcela González Gross. (Imagen cedida)
Marcela González Gross. (Imagen cedida)

Durante el congreso, también se ha profundizado en alergias e intolerancias alimentarias “que pueden enlazarse con la sostenibilidad y la producción de alimentos. Menos conocida es la intolerancia a la histamina, que aparece al ingerir alimentos ricos en esta sustancia o que favorecen su liberación, como el tomate o el queso, y no funciona adecuadamente el mecanismo de degradación previsto en el organismo. Se está intentando averiguar si se debe a factores genéticos, a modificaciones en la microbiota, que son las bacterias presentes en nuestro intestino, o incluso que el consumo de alcohol y de determinados fármacos inhiban las enzimas que degradan la histamina. Es muy importante para nosotros que los alimentos que comemos todos además de sostenibles, sean seguros”.

Los insectos en la alimentación

¿Y qué papel podrían tener alimentos como los insectos para garantizar la sostenibilidad? La FAO recomienda el consumo de insectos como alternativa sostenible en cuanto a fuente de proteínas y otros nutrientes.

La principal barrera para la introducción de insectos en la dieta europea, como recalca, "es la cultural. Hay muchas culturas, especialmente en el hemisferio sur, en las que los insectos forman parte de la dieta habitual. En cambio, en Europa, es más fácil introducirlos como harinas. De hecho, las autoridades europeas ya han autorizado la comercialización de varios de ellos, como el gusano de la harina, la langosta migratoria, el grillo doméstico o el escarabajo del estiércol, pero sólo como materia prima para la industria, y no para venta directa al consumidor. Al tratarse de nuevos alimentos dentro de la Unión, hay aspectos que no se conocen en profundidad, como la posibilidad de reacciones alérgicas. Con el paso del tiempo se podrá profundizar en este tema tan novedoso".

Foto: En otras culturas son un manjar. (iStock)

Por otro lado, González Gross señala la necesidad de mejorar las tablas de composición de alimentos. “Cuando decimos que alguien ha comido 3.000 calorías o 30 gramos de grasa, es porque se ha analizado su dieta, se ha anotado lo que ha comido y mediante las tablas de composición, se han calculado la energía y los nutrientes (proteínas, grasas, hidratos de carbono, vitaminas y minerales) que le han aportado esos alimentos. Es un punto crítico en la investigación en nutrición. Es muy difícil tener estas tablas actualizadas, porque no paran de aparecer nuevos alimentos o los existentes se reformulan. Pero, si estas tablas no están bien hechas y actualizadas, los datos están sesgados”, advierte.

"Hoy no se puede hablar de nutrición sin hablar de sostenibilidad", recalca la doctora Marcela González Gross, presidenta de la Sociedad Española de Nutrición (SEÑ). La entidad acaba de celebrar la XXXIII edición de su congreso anual en Granada, en el que se han abordado el presente y el futuro de la nutrición y las ciencias de la alimentación.

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