El estrecho vínculo entre esta ola de calor y tu salud mental
No solo está en juego el bienestar físico con la subida de las temperaturas, también lo está el psicológico. Varios estudios han relacionado el aumento de los mercurios con autolesiones, malestar, ansiedad, estrés, suicidios…
Es oficial: la primera ola de calor del verano ya está aquí. Y no es una cualquiera, se trata de una subida de temperaturas sin precedentes en los últimos 74 años. Una masa de aire muy cálido, seco y estable ha llegado este jueves al territorio español, dejando temperaturas de 38 grados de forma generalizada que llegarán hasta los 44 en el valle del Guadalquivir. Y las altas temperaturas no llegan sola, la irrupción de esta masa de aire muy cálida y seca desde el norte de África viene acompañada de polvo en suspensión, que puede dar lugar a la presencia de calima en gran parte de la mitad sur y este peninsular durante este jueves y viernes.
Según señalan desde la Aemet, no será hasta este domingo cuando ya se note un descenso de las temperaturas en todo el territorio, excepto en las islas Canarias, donde podrán seguir ascendiendo. Eso sí, hay algunos afortunados a salvo de esta ola de calor en el noroeste peninsular y el área cantábrica.
Los riesgos para la salud física por las altas temperaturas son de sobra conocidos por la mayoría de la población: sequedad, piel roja, pulso rápido, dolor intenso de cabeza, mareos, confusión, debilidad muscular, náuseas, vómitos, pérdida de conciencia... Ante ellos, las recomendaciones de las autoridades son permanecer en lugares frescos, mantenerse bien hidratados, no exponerse al sol, llevar ropa fresca y otra serie de cuestiones de sobra conocidas por la población.
Pero no solo la salud física está en riesgo con esta ola de calor, la mental también. Varias investigaciones han descubierto relaciones entre los mercurios en ascenso y varios tipos de problemas psicológicos, como fatiga mental, agresiones e incluso –en los casos más extremos– tasas más altas de suicidio. A todo ello hay que sumarle una reciente investigación española que también relaciona el polvo sahariano con las hospitalizaciones por trastornos mentales.
Autolesiones, malestar, ansiedad, estrés…
Un estudio con una muestra de 2,2 millones de personas ha demostrado que las visitas a las urgencias de los hospitales por problemas de salud mental aumentaban un 8% los días más calurosos del verano. Y más concretamente, las consultas por autolesiones, ansiedad o trastornos del estado de ánimo, suben en la misma proporción que la temperatura, según este informe.
Otro análisis, con más de 1,9 millones de sujetos de estudio, ha revelado que en los días con más de 21 ºC los niveles de alegría y felicidad percibidos por los encuestados descendían. El mismo estudio ha recogido una mayor probabilidad de experimentar estrés, enfado y fatiga, que en los días que las temperaturas oscilaban entre 10 y 15. Además, los mismos investigadores han señalado que estas consecuencias eran especialmente notorias cuando las temperaturas superaban los 32 ºC.
La psicóloga Rosana Pereira explica a El Confidencial que en la población general el calor “provoca mayor malestar” y afecta al bienestar mental “en primer lugar por el agotamiento". “En las olas de calor por la noche dormimos peor, lo que produce que por el día suframos mayor agotamiento que en condiciones normales. Esto aumenta la irritabilidad, hace que nos sintamos más frustrados, tengamos menos paciencia... Y eso puede llevar a que personas que en situaciones normales tengan la mecha más larga, salten antes, estén más irritables, más enfadadas o más frustradas. Esto es lo más visible, lo que más se ve en la convivencia”, explica la especialista de Haztúa Psicología Positiva.
Por ello, destaca que una ola de calor como esta puede elevar los niveles de estrés y ansiedad, que se verán incrementados en mayor o menor medida en función de cómo contemple cada persona el aumento de los mercurios: “No es lo mismo que una persona se plantee 'Bueno, la ola de calor son dos días, lo paso lo mejor que pueda y ya está’. O que se quede pensando ‘¡Esto es insoportable! ¡No hay quien lo aguante! ¡Cuánto calor!’ Depende mucho de lo que nos expliquemos acerca de lo que está ocurriendo”.
Para sortear este calor, una de las recomendaciones de las autoridades, y costumbre española, es bajar las persianas y encerrarse en casa a esperar a que las temperaturas bajen para poder salir a la calle. Pero esto también puede repercutir negativamente eso sí “va a tener mucho que ver el tiempo que estemos en casa. No es lo mismo encerrarse unos días por la ola de calor, que todo el verano, porque todos somos seres sociales y necesitamos relacionarnos con otras personas”, explica la psicóloga. Por ello, señala que, ya sea en la ola de calor que vivimos o en el verano en general, “lo aconsejable sería esperar a que baje el calor y poder mantener de alguna manera esa relación con los demás”.
Aumento de trastornos bipolares, suicidio…
En el caso de las personas con patologías de salud mental previa, la especialista señala que estas se pueden ver exacerbadas, ya que “este calor amplifica la sintomatología”, afectando especialmente a los trastornos comportamentales.
Respecto a patologías psiquiátricas como el trastorno bipolar, varias investigaciones han revelado que es posible que un aumento de la temperatura dispare recaídas temporales en personas con la enfermedad. Asimismo, hay estudios que han descubierto que mayores exposiciones a la luz solar quizá eleven el riesgo de episodios maniacos. Además, las temperaturas altas también se han relacionado con la muerte de personas con esquizofrenia.
Cabe destacar que uno de los problemas que se plantean es el hecho de que la eficacia de importantes fármacos utilizados para tratar enfermedades psiquiátricas puede reducirse por los efectos del calor.
Por otro lado, también existe un vínculo entre las altas temperaturas, el suicidio y los intentos del mismo. En términos generales, por cada aumento de un grado en la temperatura media mensual, las muertes relacionadas con la salud mental aumentan en un 2,2%.
La calima también afecta
A los problemas de salud mental que puede ocasionar una ola de calor como esta, tenemos que sumarle que la irrupción que estamos viviendo de esta masa de aire muy cálida desde el norte de África ha venido acompañada de polvo en suspensión, que ha dado lugar a calima en gran parte de la mitad sur y este peninsular durante este jueves y viernes. Y esto también puede afectar a la salud mental.
Un estudio liderado por el Instituto de Salud Carlos III ha analizado cómo influyen a corto plazo las concentraciones de partículas asociadas a incendios e incursiones de polvo sahariano en los ingresos hospitalarios en España debidos a trastornos mentales y del comportamiento.
El trabajo analizó la relación entre las concentraciones medias diarias de partículas PM10, PM 2,5, dióxido de nitrógeno (NO2), ozono (O3) y la temperatura máxima diaria en olas de calor, y los ingresos hospitalarios diarios en urgencias en España debidos a trastornos mentales y del comportamiento, depresión y ansiedad. Como resume la agencia SMC, el periodo de estudio abarcó de 2009-2018 e incluyó datos de una provincia representativa de cada una de las nueve regiones en las que se divide España para analizar las intrusiones de material particulado de origen natural: A Coruña, Las Palmas, Madrid, Málaga, Islas Baleares, Sevilla, Valencia, Vizcaya y Zamora.
Los resultados indican que en los días en los que hay combustión de biomasa (por incendios), las concentraciones de PM tienen un efecto significativo sobre los ingresos urgentes por trastornos mentales, en especial depresión. En algunas provincias, como Vizcaya, Islas Baleares y Sevilla, las concentraciones de PM llegan a relacionarse con cerca del 40% de los ingresos que se producen los días en los que hay transporte de partículas por combustión de biomasa.
Sin embargo, en los días con polvo sahariano, aunque sí se produce un aumento en las concentraciones de PM, son otras variables las que están más relacionadas con este tipo de ingresos, como la propia temperatura en olas de calor, el NO2 o el O3, que también aumentan en estos días.
Por ello, los resultados de este estudio apuntan a la necesidad de implementar planes de prevención en salud pública que tengan en cuenta el efecto conjunto de los distintos factores de riesgo ambientales que actúan de forma sinérgica en determinadas situaciones.
Es oficial: la primera ola de calor del verano ya está aquí. Y no es una cualquiera, se trata de una subida de temperaturas sin precedentes en los últimos 74 años. Una masa de aire muy cálido, seco y estable ha llegado este jueves al territorio español, dejando temperaturas de 38 grados de forma generalizada que llegarán hasta los 44 en el valle del Guadalquivir. Y las altas temperaturas no llegan sola, la irrupción de esta masa de aire muy cálida y seca desde el norte de África viene acompañada de polvo en suspensión, que puede dar lugar a la presencia de calima en gran parte de la mitad sur y este peninsular durante este jueves y viernes.
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