Lo que nunca cambia en dermatología por mucho que empujen los avances
Tendemos a perdernos en las últimas novedades terapéuticas y dejamos atrás ciertos conceptos y herramientas del pasado que continúan siendo perfectamente válidas. En dermatología hay conceptos que persisten, por mucho que cambie la especialidad
En medicina y en la vida, a menudo nos perdemos entre las novedades y tratamientos supuestamente revolucionarios. Sin embargo, hay verdades fundamentales, sólidas y estables que resisten el paso de los años. Y en muchas ocasiones es más importante fijarnos en lo que no cambia más que en lo que cambia.
La dermatología es una especialidad fascinante donde las innovaciones en cáncer de piel, psoriasis, vitíligo, dermatitis, alopecias, etc. son constantes. En esta columna las he ido compartiendo con vosotros a medida que han ido apareciendo.
Con frecuencia me preguntan qué es lo que va a cambiar en la dermatología en los próximos años. Pero hay otra pregunta que me parece más importante: ¿Qué es lo que no va a cambiar? Lo que no cambia en dermatología, y en la vida, está escondido en los libros, en las mentes de nuestros maestros, y no se anuncia en portadas de los periódicos ni en redes sociales. De eso vamos a hablar hoy.
Lo inmutable
A continuación, destaco 5 grupos de realidades que no van a cambiar en la dermatología de los próximos años:
- Recomendaciones clásicas de los dermatólogos: el sol no es bueno para tu piel a pesar de lo que diga algún futbolista; la cortisona es un fármaco magnífico que ayuda diariamente a mejorar la calidad de vida de muchos pacientes; la vaselina pura es un gran hidratante local a pesar de derivar del petróleo; el agua y un jabón suave es una combinación fabulosa para mantener una piel sana en niños y adultos; lavarse el pelo todos los días no es malo, y el mejor cosmético es una crema de protección solar, etc.
- Ralentizar el envejecimiento de la piel y de nuestro organismo es sencillo. Se trata de dormir bien, moverse mucho, comer comida de verdad -pero no demasiada- y evitar los tóxicos y la quemadura solar. Si cumples con lo anterior consigues hacer más del 95% de lo necesario para realizar un correcto envejecimiento saludable. Los pequeños cambios en los hábitos comentados que se acumulan durante el tiempo dan resultados extraordinarios en nuestro cuerpo y en nuestra piel.
- Simplifica el cuidado de la piel y olvídate de tantos productos y rutinas (tónicos, contorno de ojos, cremas antiflacidez o anticelulitis, protocolos coreanos con múltiples pasos, etc.). La complejidad en cosmética nos genera entusiasmo, pero la simplicidad puede ser igual de eficaz y mucho más barata. Recuerda lo que decía San Francisco de Asís: “Cada vez necesito menos cosas, y las pocas que necesito, las necesito muy poco”
- Cuida tu mente. Las neuronas y las células de la piel derivan de las mismas células embrionarias, por lo que la relación mente/piel es fascinante. Se trata de cuidar la parte invisible de las enfermedades visibles. A veces el sufrimiento habla a través de la piel. Hace unas semanas escribí un artículo sobre la “dermatología estoica”. El resumen de esta actitud estoica ante la vida y ante la salud de la piel se puede resumir en esta petición: ” Señor, concédeme serenidad para aceptar todo aquello que no puedo cambiar, valor para cambiar lo que sí soy capaz de cambiar y sabiduría para entender la diferencia.” En dermatología es importante entender que hay cosas contra las que podemos luchar, y otras que no podemos cambiar. Y para ser feliz es importante saber distinguirlas.
- Los pacientes seguirán valorando más a un médico que los mire a la cara, les explore, les explique lo que padecen con sencillez y empatía y se muestre implicado frente a un médico distante que solo ofrezca datos, tecnología y estadísticas. La inteligencia artificial nos ayudará mucho en nuestro día a día, pero lo que no cambiará es la enorme importancia de la inteligencia emocional del médico.
No sé cuáles serán las novedades en la especialidad de dermatología en los próximos años. Pero lo que parece claro que no va a cambiar son estas 5 verdades que os he contado: las recomendaciones clásicas de los dermatólogos, los consejos sencillos para tener un envejecimiento saludable, el minimalista cuidado de la piel y la importancia de cuidar la mente cuando esta habla a través de la piel y la formación de los médicos para que sepan tratar no solo la enfermedad sino también el enfermo.
En ocasiones, pacientes y doctores, nos sentimos algo perdidos ante tantas novedades y tratamientos milagrosos. Si uno se centra en lo que no cambia, tanto en la dermatología como en la vida que vivimos, entiende mucho mejor lo que nos pasa alrededor y te predispone a mejorar tu entorno. Como decía el fundador de VISA, Dee Hock: “Las formas nuevas de mirar las cosas generan mucha más innovación que las formas nuevas de hacerlas”.
En medicina y en la vida, a menudo nos perdemos entre las novedades y tratamientos supuestamente revolucionarios. Sin embargo, hay verdades fundamentales, sólidas y estables que resisten el paso de los años. Y en muchas ocasiones es más importante fijarnos en lo que no cambia más que en lo que cambia.
- Las 6 verdaderas razones por las que los MIR eligen dermatología, explicadas por un dermatólogo Dr. Ricardo Ruiz Rodríguez
- Lecciones sobre la piel que me han dejado tres décadas de trabajo Dr. Ricardo Ruiz Rodríguez
- Una crema favorita de los dermatólogos lleva petróleo Dr. Ricardo Ruiz Rodríguez