Ser alérgico al sudor: una dificultad añadida al calor y al verano

Algunas personas manifiestan tener alergia al sudor. Es decir, que cuando hay sudoración les aparece una reacción en la piel que se manifiesta mediante habones o ronchas de pequeño tamaño (unos milímetros) habitualmente con eritema (rojez) circundante. Es lo que se denomina urticaria colinérgica.

Aunque su prevalencia es en realidad desconocida porque no todos quienes la sufren acuden al dermatólogo, Javier del Boz, vicepresidente de la sección andaluza de la Academia Española de Dermatología y Veneorología (AEDV), afirma que "se calcula de forma genérica que puede afectar en mayor o menor medida a entre el 4 y el 11% de la población general".

Los síntomas de esta alergia dermatológica son muy desagradables para quien lo padece. Porque, tal y como cuenta el experto, esos habones resultan "muy pruriginosos (es decir, pueden asociar intenso picor), e incluso pueden llegar a ser dolorosos".

En algunos casos, además, esa sensación de dolor o quemazón puede ir asociada a "síntomas graves como angioedema (inflamación profunda, bajo la piel, que puede originar por ejemplo hinchazón de párpados, de labios o incluso de garganta), síntomas respiratorios e incluso anafilaxia (reacción grave, que incluso puede ser mortal)", afirma el especialista.

Ante el peligro, prevención

Es decir, puede ser peligrosa en casos graves, por lo que es conveniente tener el cuadro bajo control y saber que existe la posibilidad de que aparezcan estas complicaciones para tratarlas de manera adecuada. Del Boz comenta: "El manejo terapéutico debe individualizarse a cada caso. En formas leves con brotes poco frecuentes y escasa repercusión en la calidad de vida, el tratamiento se basará simplemente en evitar en lo posible, situaciones que puedan

En aquellos casos con afectación de la calidad de vida, además, "suele recomendarse tratamiento con antihistamínicos orales, pudiendo combinarse diferentes tipos, y cuyas dosis pueden ser variables". Es el caso de Gonzalo Delgado, que tuvo su primer brote a los 20 años y no volvió a tener otro hasta casi tres décadas después. Desde entonces le aparece esta urticaria con mucha más frecuencia.

Más allá de los antihistamínicos

"Me sale, por ejemplo, siempre que salgo a correr, un par de veces a la semana. Y en general cuando paso calor y sudo. Pero los picores que me dan se me pasan con un antihistamínico, que llevo siempre encima. Lo que no quiero es dejar de hacer ejercicio porque eso me condicionaría más a mi salud física y mental que los picores".

El sudor es un proceso fisiológico y necesario, cuyo objetivo es manten la temperatura

En los casos más complejos, sí cabe la posibilidad de que este tipo de medicación no consiga un adecuado control del brote. Es esos casos "pueden plantearse otros fármacos, especialmente omalizumab, un anticuerpo monoclonal aprobado en el tratamiento de la urticaria crónica espontánea", explica el dermatólogo.

Afecta a la calidad de vida

Al aparecer "tras haber sudoración inducida por aumento en la temperatura corporal como respuesta al ejercicio físico, al baño con agua caliente, comidas especiadas o calientes, o relacionado con el estrés emocional", es una reacción complicada de controlar. Y es que el sudor es un proceso fisiológico y necesario, cuyo objetivo es mantener esa temperatura corporal.

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Además, puede aparecer en cualquier parte del cuerpo, excepto en palmas, plantas y axilas, y de forma brusca: es decir, desaparecen en apenas una hora. Estas son las razones de que la urticaria colinérgica pueda afectar en gran medida a la calidad de vida de quienes la sufren, "limitando sus actividades sociolaborales, especialmente en aquellos en que los brotes son frecuentes y que se acompañan de sintomatología intensa. Se ha estimado que la afectación de la calidad de vida en estos pacientes es equivalente o incluso mayor que la que se produce en pacientes con dermatitis atópica", indica el miembro de la AEDV.

Aunque "no hay predominancia por sexos por lo general, sí parece existir un predominio femenino para los casos graves. Por otro lado, con cierta frecuencia se asocia a enfermedades atópicas como la dermatitis atópica, la rinitis alérgica o el asma bronquial", concluye Javier del Boz.