La 'capitana' del equipo médico olímpico: "La peor situación es decir a un deportista que su patología no le deja competir"

Charo Ureña es médico de familia en el Centro de Salud Caramuel, de Madrid, y especialista en Medicina del Deporte. Estos son sus sextos Juegos Olímpicos y, desde Río 2016, es la ‘capitana’ del equipo médico del Comité Olímpico Español (COE), integrado por médicos, fisioterapeutas y un psicólogo. Ha sido de los primeros integrantes de la delegación española en llegar a París con la misión de poner a punto todos los recursos sanitarios ‘nacionales’ y hacer un estudio completo de las instalaciones médicas de la Villa Olímpica: la policlínica (su dotación, funcionamiento, accesos, etc), urgencias y farmacia.

Es una veterana en el mundo del deporte, como deportista (ha sido jugadora y entrenadora de baloncesto), y como médico. Desde 1996 trabaja en la Federación Española de Baloncesto (FEB), donde se ocupa de todos los temas relacionados con el dopaje, y también en la comisión médica de la FIBA. Hablando con ella, una de las cosas más características es su conciencia de equipo: “Aquí todos trabajamos en equipo”; “formamos un equipo muy compensado”; “vamos todos de uniforme, todos comemos la misma comida y dormimos en las mismas camas”. Eso sí, “es cierto que alguien tiene que tomar las decisiones”, y ese alguien es Charo Ureña.

TE PUEDE INTERESAR

"Cuando el deportista incorpora el entrenamiento psicológico, la salud mental es la correcta"

Ángeles Gómez

“Competimos todos por nuestro país”, dice, y por eso, los sanitarios (médicos y fisioterapeutas) que acompañan a algunas federaciones también echan una mano, llegado el caso, a resolver los problemas de salud que pueda presentar cualquier miembro de la delegación española. En total, en los JJ OO de París hay 16 médicos, 3 del COE y el resto de diferentes federaciones. “Atletismo tiene un médico y 3 fisios; balonmano, un médico, baloncesto, otro; hay federaciones pequeñas que comparten el sanitario y de las que no tienen médico, nos ocupamos los del COE”.

En los deportes de más riesgo, como boxeo, judo o taekwondo, siempre tiene que haber un facultativo presente

Otro factor añadido a ese equipo de facultativos es que pertenecen a especialidades diferentes, “anestesista (hockey), traumatólogo (balonmano) o médico del deporte” y, como ocurre en la vida diaria, el médico de familia es quien atiende los trastornos más frecuentes y deriva al especialista cuando es necesario. Y ahí está la ‘capitana': “Yo hago familia, y aunque puede parecer muy lejana a la medicina deportiva, lo habitual son los problemas comunes, como son las infecciones respiratorias, trastornos digestivos, las afecciones cutáneas y oftalmológicas (los nadadores tienen más problemas oculares)... pero aquí hacemos de todo”.

Los médicos del COE dan apoyo a todos los deportistas, aunque en los de más riesgo, como boxeo, judo o taekwondo, “siempre tiene que haber un facultativo presente”, y si uno del COE no está libre, le cubre un doctor de una federación deportiva.

Asistencia médica: buena y a cualquier hora

Sin embargo, los que estos días tienen tarea extra son los fisioterapeutas, que “hacen mucho trabajo de descarga para que los deportistas se recuperen bien”, pero también hacen muchos tratamientos porque “unos vienen ‘tocados’, otros han hecho un trabajo muy intenso durante todo el año o han tenido una contusión a última hora”. Algunos cuentan con sus propios fisioterapeutas, pero si no es así, “están los del COE”, y en todos la tecnología necesaria para los tratamientos la pone el COE -como son láser de última generación o terapia inductiva de alta potencia – y dos ecógrafos (portátil y de consola) para el diagnóstico. “Aquí todos trabajamos en equipo y nuestra clínica del comité olímpico está abierta todo el día para atender prioritariamente a los que no tienen nada, pero también a quienes ya tienen sanitarios y necesitan una medicación o asesoría sobre si se puede utilizar o no algunos fármacos (por cuestiones de dopaje)”.

Sin embargo, cuando hay una urgencia importante o se necesita atención más especializada de cualquier residente en la Villa Olímpica, la asistencia se hace en la policlínica que hay dentro del recinto. “Allí se presta atención dental (protectores bucales o prótesis), oftalmológica, ortopédica (medias de compresión a medida), cardiología o se hace una resonancia magnética… Es decir, servicios que nosotros no podemos atender”.

Por último, y tan importante como lo anterior, está la farmacia, que proporciona, bajo prescripción médica (y pagándolos), los fármacos de los que carecen las delegaciones sanitarias de cada país.

Todo el trabajo médico queda recogido en un registro en el que se anotan las lesiones, los controles de dopaje y la planificación del día

La doctora destaca el importante volumen de trabajo que tienen los sanitarios, durante todo el día, desde primera hora – “algunos deportistas empiezan los entrenamientos muy temprano y sufren mareos” – hasta por la noche – “necesitan atención de fisioterapia al terminar la jornada”-. Y todo ello queda recogido en un registro, “donde anotamos las lesiones, los controles de dopaje y la planificación del día. Todo está documentado y registrado”.

La decisión más difícil

Para trabajar en unos Juegos, “además de traer un certificado de la OMC que confirme que no tenemos conflicto de intereses en nuestro país, hemos de superar un examen sobre dopaje. Esto es lo básico para todos los médicos que venimos a unos Juegos, de cualquier país”.

Los sanitarios olímpicos están bien curtidos en la práctica médica, pero, en ocasiones, se tienen que enfrentar a situaciones que les derrumba. Eso le ocurrió a Charo Ureña cuando tuvo que “decirle a un deportista que se tenía que volver a su casa sin competir, porque tenía una patología que podía comprometer su vida. Le mandamos de vuelta a casa con un médico. Él pidió competir, y se lo negamos. Hay banderas rojas que no podemos pasar. Somos médicos y ante todo debemos velar por la salud”.

Esa es la situación más difícil que recuerda la médica olímpica. “Es durísimo estar preparándose durante 4 años, tenerlo todo, llegar al destino y que te digan que no. Son las cosas que ojalá nunca más ocurran. Emocionalmente, lo compartes.”.

Poner fin bruscamente al sueño olímpico de alguien es demoledor para la doctora, más duro que otras situaciones más amenazadoras globalmente. "Es verdad que algunas infecciones han puesto en juego seriamente el desarrollo de la Olimpiada, como ocurrió en Brasil 2016 por el zika, y en Japón 2020 por el covid.. “Con París nos quitamos la espinita; la Villa es alegre, es cómoda, hay autobuses y los recorridos se pueden hacer bien a pie”. El resultado, para la doctora, es que “estos Juegos son diferentes porque no tienen los hándicaps de otros previos”.

Balance provisional

En el sentido estrictamente médico, la delegación española tampoco está teniendo problemas serios. “Afortunadamente, de momento, no hemos tenido nada reseñable más allá de contusiones, lesiones y pequeñas fracturas, pero nada grave que impida competir”. ¿Y con el agua del Sena? “A los triatletas les chequeamos al día siguiente de la competición y, de momento, no han tenido ninguna cosa reseñable, y confiamos en que siga así”.

TE PUEDE INTERESAR

La alcaldesa de París se jugó sufrir diarrea y gastroenteritis al bañarse en un Sena contaminado

Albert Ortega. París

Con la buena salud de los españoles en estas olimpiadas no ha podido ni la incesante lluvia que estuvo presente durante las 5 horas que duró la ceremonia de apertura. “No hemos notado que haya habido más catarros. Afortunadamente, la gente ha venido fuerte”. Lo que toca ahora, es gestionar el estrés postcompetición.

En los 20 años que lleva de ‘olímpica’, Charo Ureña ha vivido los cambios médicos -“cada vez tenemos nuevos tratamientos, traigo cosas que antes no tenía, y la medicina general también ha cambiado mucho; también la fisioterapia y los medios diagnósticos” – en el entrenamiento -el calzado y la ropa ha mejorado – y en nutrición, todo eso se nota en toda la medicina deportiva. Además, “los deportistas se cuidan más y se hacen controles de salud”. Y un cambio importante: “ahora se le presta mucha atención a la salud mental, algo que antes no se visibilizaba”.

"Voy viviendo el presente, y hay que ir abriendo las puertas a la gente más joven. Hacer planes para futuro, hace tiempo que no lo hago. Decido cuando llega la situación"

En lo social, “los deportistas son jóvenes y en algún momento pueden ser inmaduros porque ellos no ven el riesgo, pero en general son conscientes”. Se impresionan al encontrarse con figuras como Rafa Nadal, Pau Gasol y también Carlos Alcaraz, con los que se hacen selfis. Y como los jóvenes de ahora, “son usuarios de las redes sociales, pero aquí todo lo que se sube y su uso está muy controlado”

Charo Ureña está viviendo París casi con el mismo entusiasmo que vivió Barcelona 92 (entonces como espectadora). Ha visto realizado su sueño olímpico, participando sucesivamente, desde Atenas 2004, en la modalidad de ‘medicina’. ¿Participará también en Los Ángeles 2028? "Voy viviendo el presente, y hay que ir abriendo las puertas a la gente más joven. Nunca se sabe. Hacer planes para futuro, hace tiempo que no lo hago. Decido cuando llega la situación. Estas cosas son imprevisibles. Disfruto de lo que tenemos ahora y hemos aprendido del pasado y vamos viviendo el día a día".