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A una parte de la población le falta vitamina D y estos son los riesgos para la salud
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A una parte de la población le falta vitamina D y estos son los riesgos para la salud

La obesidad es un problema de salud en constante crecimiento. En 2035, se estima que este problema afecte a 4.000 millones de personas, la mitad del planeta

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La obesidad es un problema de salud en constante crecimiento. En 2020, alrededor de 2.600 millones de personas -casi el 40% de la población mundial- tenía sobrepeso u obesidad. En 2035, se estima que este problema afecte a 4.000 millones de personas, la mitad del planeta. Relacionada con esta enfermedad, en las últimas décadas, se investiga la relación recíproca entre el estado de los micronutrientes y la obesidad y el creciente número de enfermedades asociadas. Uno de los micronutrientes deficitarios en este tipo de personas es la vitamina D, una hormona liposoluble que se produce principalmente en respuesta a la exposición de la luz solar y desempeña un papel importante en varios órganos, incluidos los tejidos esqueléticos y no esqueléticos.

Las causas que favorecen la deficiencia de esta vitamina en personas con obesidad no están del todo claras. “Por un lado, la vitamina D es liposoluble y se almacena en el tejido graso. Una mayor cantidad de grasa corporal, como es el caso de la gente con obesidad, puede provocar que esta vitamina se almacene en mayores cantidades, reduciendo su presencia y disponibilidad en sangre. Por otra parte, hay estudios que sostienen que un déficit de vitamina D puede contribuir a la acumulación de grasa”, explican desde el Servicio de Endocrinología del Hospital Universitario de Torrejón. Asimismo, existen otros condicionantes que pueden afectar a los niveles de Vitamina D y que están ligados a los hábitos de las personas con obesidad.

“Pueden tener menor movilidad y salir menos a la calle, lo que afectaría al tiempo de exposición al sol y a la síntesis de la vitamina D. Además, el tipo de dieta de las personas con obesidad puede dificultar la ingesta adecuada de la vitamina D”, apuntan.

El déficit de vitamina D en personas con obesidad puede aumentar el riesgo de sufrir determinados condicionantes que provoquen otras enfermedades. “Hipertensión, enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2 (ya que la vitamina D juega un papel en la regulación y resistencia a la insulina) y problemas óseos como osteoporosis o fracturas”, enumeran desde este servicio de Endocrinología, serían las principales patologías asociadas a esa carencia.

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En el caso de la existencia de un déficit mantenido de vitamina D que pudiera reducir la mineralización ósea, con el riesgo asociado de padecer osteoporosis u osteomalacia, Inka Miñambres, miembro del Comité Gestor del Área de Obesidad de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), subraya que no suelen ser complicaciones que aparezcan en personas con obesidad “a menos que se hayan sometido a una cirugía bariátrica, que altera todavía más el metabolismo de la vitamina D y la absorción de calcio”.

Determinar que el abordaje de la obesidad requiere una intervención quirúrgica precisa de una evaluación médica muy completa que se estudia en el caso de que hayan fracasado los tratamientos no quirúrgicos. Eso implica que el paciente no ha conseguido una pérdida de peso suficiente o duradera mediante los métodos tradicionales, como dieta, ejercicio… “En la evaluación también juega un papel determinante el Índice de Masa Corporal alcanzado por el paciente, las comorbilidades y patologías graves que haya podido desarrollar relacionadas con la obesidad, el estado mental y emocional y el compromiso con el proceso, entre otros factores”, manifiestan desde el Hospital.

Foto: Los suplementos de vitamina D son de los más consumidos (Foto: iStock)

Los datos de prevalencia de déficit de vitamina D en pacientes con obesidad recogido en los distintos estudios varían en función del punto de corte usado para definir la hipovitaminosis D y de las características la población estudiada, “pero podemos llegar a encontrar hasta un 80% de déficit. Un reciente metaanálisis mostró que el sobrepeso se asocia a un 24% más de déficit y la obesidad a un incremento en el déficit de vitamina D del 35%”, declara Miñambres.

Combatir y corregir este déficit mediante la alimentación es posible, pero puede ser más complicado que con la suplementación directa, especialmente en el caso de las personas con obesidad. Las principales fuentes alimentarias de esta vitamina son los pescados grasos, productos lácteos con vitamina D, el aceite de hígado de bacalao, los huevos, los champiñones y otro tipo de hongos. “No hay que olvidar la importancia de complementar la alimentación con una vida activa con hábitos saludables, realizando ejercicio físico tanto aeróbico como anaeróbico para disminuir el Índice de Masa Corporal”, sostienen desde el Hospital Universitario de Torrejón.

En el caso de que el especialista considere necesario la suplementación de Vitamina D, es necesaria una evaluación inicial para determinar el grado de deficiencia, que puede ser severa o moderada-leve. “En función de esos resultados, se calculan las pautas con la cantidad de las dosis y el tiempo que deben estar tomándolas. Una vez alcanzado el nivel adecuado, en función de la dieta, de los hábitos del paciente y de su exposición al sol, se recomienda una pauta más reducida para mantener los niveles idóneos de vitamina D”, afirman desde el servicio de Endocrinología del hospital. En cualquier caso, “la suplementación debe ser dosificada y monitoreada por un especialista”, inciden.

La obesidad es un problema de salud en constante crecimiento. En 2020, alrededor de 2.600 millones de personas -casi el 40% de la población mundial- tenía sobrepeso u obesidad. En 2035, se estima que este problema afecte a 4.000 millones de personas, la mitad del planeta. Relacionada con esta enfermedad, en las últimas décadas, se investiga la relación recíproca entre el estado de los micronutrientes y la obesidad y el creciente número de enfermedades asociadas. Uno de los micronutrientes deficitarios en este tipo de personas es la vitamina D, una hormona liposoluble que se produce principalmente en respuesta a la exposición de la luz solar y desempeña un papel importante en varios órganos, incluidos los tejidos esqueléticos y no esqueléticos.

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