Un nuevo estudio relaciona los antidiabéticos usados para adelgazar con riesgo de suicidio
Un trabajo en 'Jama Network' ha encontrado un aumento de ideas suicidas en personas que toman semaglutida (Ozempic), pero no en los consumidores de liraglutida (Saxenda). El autor principal del estudio aclara a El Confidencial el alcance del hallazgo
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Ozempic, Saxenda y Wegovy son los fármacos más famosos desde hace poco más de tres años por su eficacia para perder de peso. Pertenecientes al grupo de los agonistas del receptor de GLP-1, estos medicamentos se desarrollaron hace unos 20 años para tratar la diabetes tipo 2 y la obesidad asociada a esta enfermedad. Sin embargo, son sus propiedades adelgazantes las que han catapultado su fama y también su uso fraudulento. Lo cierto es que la demanda de Ozempic (semaglutida) y Saxenda (liraglutida) se ha disparado en todo el mundo, hasta el extremo de que ha llegado a haber serios problemas de abastecimiento (y un comercio ilícito).
Como la mayoría de medicamentos, no están libres de causar efectos secundarios, entre los que sobresalen los trastornos gástricos e intestinales. Pero hace un año, las alarmas saltaron cuando la Agencia Europea del Medicamento (EMA) anunció que iba a revisar la información relativa a la relación entre un aumento de autolesiones e ideas suicidas en consumidores de semaglutida y liraglutida, una revisión que también está llevando a cabo la FDA estadounidense.
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De momento, no se han difundido las conclusiones de los exámenes. Lo que sí se ha hecho público es un estudio de investigadores de Estados Unidos y Europa sobre el riesgo de suicidio en personas que están bajo tratamiento con Ozempic, Wegovy o Saxenda, y la principal conclusión es que semaglutida sí se asocia con ideas suicidas, unos pensamientos que no tienen quienes toman liraglutida. El trabajo, que se ha publicado en JAMA Network, se ha basado en la información de la base de datos sobre farmacovigilancia de la OMS, y que incluye 28 millones de informes de reacciones adversas a medicamentos recogidas en 140 países.
Las personas más predispuestas
Los autores del informe, encabezados por el psiquiatra Georgios Schoretsanitis, indican que el riesgo de autolesión aparece, de media, a los 80 días de comenzar el tratamiento con semaglutida, y aumenta a lo largo del tiempo. Sin embargo, esa tendencia no es igual para todos, sino que aumenta en personas con problemas previos de salud mental, como ansiedad y depresión.
"Se podría agregar en el prospecto una precaución de uso en pacientes con trastornos psiquiátricos o labilidad psicológica"
Los investigadores recuerdan que, a pesar de que la EMA no justifica la actualización de los medicamentos por estos hallazgos, "creemos que se podría agregar en el prospecto de semaglutida una precaución de uso en pacientes con trastornos psiquiátricos o labilidad psicológica". Y, añaden en su artículo, "sorprendentemente, la etiqueta de la FDA sobre semaglutida para la obesidad advierte de que se debe vigilar la aparición de depresión o pensamientos suicidas".
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Los mismos investigadores admiten que sus conclusiones se deben interpretar con cuidado, ya que la información utilizada está sujeta a sesgos, como que el fármaco no siempre ha sido prescrito por un médico, falta de información sobre dosis, el malestar mental de los pacientes o ausencia de información sobre consumo de alcohol u otras sustancias y factores socio demográficos. Hechas estas matizaciones, los autores insisten en que "este estudio, que utilizó la base de datos de la OMS, encontró una señal de ideación suicida asociada a semaglutida que justifica una aclaración urgente".
¿Alarma justificada?
En términos prácticos, la pregunta que interesa a los consumidores es si realmente existe una razón justificada para considerar que Ozempic y Wegovy aumentan el riesgo de suicidio. En declaraciones a El Confidencial, Georgios Schoretsanitis apunta que "existen diferentes hipótesis" sobre esa relación, como que en pacientes sometidos a cirugía de la obesidad (bariátrica) "un historial de depresión o ansiedad es un fuerte predictor de riesgo de suicidio, lo que proporciona contexto para esta interacción".
Otra premisa es que en los ensayos con semaglutida para personas con obesidad, "se excluyeron a las que tenían trastornos mentales, incluido el trastorno depresivo mayor", o que el consumo de antidepresivos puede provocar reacciones adversas "con consecuencias abruptas para la estabilidad del paciente", apunta el psiquiatra.
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Sin embargo, "no hemos podido probar ninguna de estas hipótesis", admite Schoretsanitis, por lo que persiste la duda de a qué pueda deberse la ideación suicida relacionada con el consumo de semaglutida. Por ello, antes de prescribir agonistas de GLP-1, "es importante la evaluación del historial psiquiátrico, así como la salud mental actual como una parte importante de una evaluación previa al tratamiento". Y si a lo largo del tratamiento con semaglutida surgen pensamientos suicidas persistentes, "puede ser necesario suspender la medicación".
Así pues, hay dudas que planean sobre este popular medicamento, pero lo que sí tiene claro el psiquiatra es el mensaje a aquellos que toman Ozempic con el simple propósito de bajar unos kilos de peso: "Desaconsejo encarecidamente el uso no indicado en el prospecto de semaglutida sin supervisión médica".
Reacciones al estudio
Las conclusiones del trabajo de JAMA no han sido bien recibidas por todos los científicos. Es el caso de Stephen Evans, catedrático emérito de Farmacoepidemiología de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres (Reino Unido), para quien "este no es un artículo significativo o digno de mención y tiene limitaciones importantes. Este artículo se basa únicamente en informes espontáneos que se envían a las autoridades reguladoras del país de la persona que reporta una reacción adversa sospechada. Estos son enviados por profesionales de la salud y pacientes a las autoridades, pero están muy sujetos a sesgos, incluyendo los efectos de los reportes en los medios". Por ello, "la evidencia es extremadamente débil para un efecto genuino en este caso", ha declarado a la agencia de noticias científicas SMC.
El catedrático insiste en que, "a partir del estudio de Schoretsanitis no podemos deducir que la semaglutida en sí misma sea responsable de la tendencia al suicidio", y considera que "existen otras razones, basadas en evidencia previa y con otros medicamentos, para ser cautelosos en el uso de la semaglutida, y es sensato ser conscientes de la salud mental de los pacientes al prescribirla, aunque parece que la semaglutida en sí misma no aumenta los problemas de salud mental".
Ozempic, Saxenda y Wegovy son los fármacos más famosos desde hace poco más de tres años por su eficacia para perder de peso. Pertenecientes al grupo de los agonistas del receptor de GLP-1, estos medicamentos se desarrollaron hace unos 20 años para tratar la diabetes tipo 2 y la obesidad asociada a esta enfermedad. Sin embargo, son sus propiedades adelgazantes las que han catapultado su fama y también su uso fraudulento. Lo cierto es que la demanda de Ozempic (semaglutida) y Saxenda (liraglutida) se ha disparado en todo el mundo, hasta el extremo de que ha llegado a haber serios problemas de abastecimiento (y un comercio ilícito).