¿Sabes qué te ha provocado un mareo? Un médico explica las razones más comunes
Bajada de azúcar o de tensión, problemas cervicales o contracturas musculares son los 'presuntos' culpables a los que solemos responsabilizar de desmayos y de inestabilidad
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Todos hemos sufrido un mareo en algún momento. La prueba de que no somos nada originales es que supone el 10% de las consultas en Atención Primaria; es más habitual en personas mayores y el doble en mujeres que hombres. Realmente, el mareo es un síntoma que puede ser debido a numerosas causas, algunas benignas (por ejemplo, un vértigo posicional) pero otras más importantes, como trastornos neurológicos o cardiovasculares.
Para ser exactos, el mareo se puede clasificar en cuatro categorías: desvanecimiento, síncope o desmayo (se acompaña de palidez, pérdida de conocimiento o sudoración profusa); vértigo (sensación de que todo da vueltas e inestabilidad); desequilibrio (aparece como dificultad para caminar o ponerse de pie), y mareo indefinido. Esta clasificación da una idea de que hablar de mareo es tremendamente genérico y para llegar a establecer qué provoca el mareo, lo primero es incluirlo en alguna de estas categorías.
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Esa tarea corresponde al médico de familia, pero, una vez superado el 'momento crisis', muchas personas olvidarán el mareo sufrido, aunque otras querrán preguntar a un facultativo. En Alimente tenemos presente que el verano y la falta de médicos hace muy difícil conseguir una cita sanitaria para averiguar qué haya podido desencadenar un mareo. Por eso, hemos preguntado al doctor Miguel Ángel María-Tablado, coordinador de Grupo Nacional de Hipertensión de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (SemFYC) sobre la veracidad de algunas de las creencias más extendidas relacionadas con las causas de mareo.
Subidas y bajadas de tensión
"Es un clásico del verano y es difícil de responder porque sí es cierto que la tensión en verano se altera", dice el facultativo, "sobre todo cuando alteramos nuestra forma de comer —dieta más frugal, con alimentos más líquidos pero también más salados—, los horarios y hasta de lugar de residencia".
Con todo, hay un factor que influye notablemente en la tensión, y es "el predomino en nuestro país de altas presiones y muy buen tiempo, y eso condiciona que la tensión sea estable o vaya a la baja".
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Otro factor que hay que tener en cuenta es el tratamiento antihipertensivo. "Algunos pacientes dejan de tomar la medicación porque se sienten algo mareadas", confirma este médico de familia del Centro de Salud Canillejas, que apunta que, aunque no existe evidencia científica, sí parece que la tensión arterial baja en verano, por lo que "hay que pensar en reducir o retirar parte de la medicación para evitar hipotensión".
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En el lado opuesto está "el clásico de que la subida de tensión da mareos, pero salvo que sea por algún medicamento, por la comida con mucha sal o por un disgusto, es muy difícil que la tensión produzca dolor de cabeza o mareos".
La recomendación de María-Tablado para personas que toman tratamiento antihipertensivo es utilizar tensiómetros y medirse la presión en los lugares de vacaciones, y "si están claramente bajas, por debajo de 7 o 6 mm de Hg de mínima, debe suspender la medicación".
Problemas en las cervicales, cuello y hombros
El médico lo tiene claro: "Es otra de las leyendas urbanas sobre los mareos, y tiene que ver con que los padecimientos de las vértebras cervicales, ya sea por artrosis o por hernia discal cervical, puede provocar dolor de cabeza y mareos". Pero eso ocurre en las personas que tienen estos problemas, y lo saben.
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Sin embargo, "es raro que quienes no tienen estos problemas puedan aparecer molestias cervicales que produzcan mareos", a no ser que surjan "después de un accidente de tráfico o un golpe y le duela el cuello y la cabeza. En estos casos, es normal sentir mareo".
Sobre las contracturas, el representante de SemFYC admite que sí pueden estar detrás de un mareo, pero "tiene que ser algo muy exagerado, conocido y que claramente el paciente ya lo ha tenido anteriormente".
También apunta a personas que hacen mucho ejercicio físico y "al dejarlo, pueden tener contracturas muy potentes que provoquen mareos, dolor de cabeza y cierto dolor en las extremidades superiores".
Dolor de cabeza
El dolor de cabeza es muy común y habitualmente acompaña a las subidas y bajadas de tensión o de azúcar, molestias cervicales, o las mismas migrañas. Pero, "si alguien que no tiene dolor de cabeza, de repente tiene uno, que se presenta de una forma fuerte y se acompaña de mareos, hay que pensar en un ictus o en un accidente vertebrobasilar, especialmente si es una persona mayor y con riesgo vascular".
Falta de azúcar
Salvo algunas personas que toman medicamento que toman insulina y otros antidiabéticos, "es muy raro que alguien tenga una bajada de azúcar sintomática, y mucho menos que esa bajada sea en forma de mareo", asegura categóricamente este médico, que también pertenece al grupo de trabajo de diabetes de SemFYC .
Es muy raro llegar a un diagnóstico de hipoglucemia por el síntoma de mareo, excepto en personas en tratamiento con antidiabéticos
No obstante, admite que "puede haber casos raros de personas que tienen hipoglucemias, pero sus síntomas serían de otro tipo, como tener hambre importante o sensación de escalofríos o fiebre. Es muy raro que un diagnóstico de hipoglucemia se llegue por mareos, excepto en aquellos que toman insulina o antidiabéticos, en los que las subidas y las bajadas de azúcar pueden causar un mareo más o menos grave, con pérdida de conocimiento".
Problemas en los oídos
El médico de familia explica que los mareos relacionados con otorrinolaringología se pueden separar en dos tipos: los que tienen que ver con problemas auditivos o tapones ("hay personas que tienen hipoacusia en uno de los oídos y eso les produce sensación de mareo o de ocupación del oído") y los relacionados con el sistema laberíntico del equilibrio, que "están dentro del oído interno, que se puede alterar por un virus, y provoca laberintitis —hemos visto bastantes con el covid y este año con la gripe—, o por una alteración vascular dentro del propio oído que produce una mala conducción de la señal y una sensación de mareo".
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Entre medias estarían "los famosos acúfenos y los mareos acompañantes y el síndrome de Ménière, que son cosas más agudas, con una sintomatología clara que conocen los otorrinos y para los que se dan sedantes vestibulares si el órgano del equilibrio está alterado".
Miguel Ángel María-Tablado subraya que "los mareos de ORL son muy clásicos, tienen sus propios síntomas. Muchas veces son los otorrinos los que atienden los mareos de difícil clasificación porque los médicos de familia no llegamos a dar con el diagnóstico".
Dificultad respiratoria
Es otro de los motivos de mareo, aunque el médico matiza que "la disnea es, uno de los síntomas más subjetivos, porque cada uno lo define de una forma determinada". Además de algo subjetivo, también influye el origen de las dificultades respiratorias, si es por fatiga del corazón por un problema cardiaco o por fallo en las válvulas.
Por eso, "la palabra mareo y la disnea sí podrían ir asociados porque cuando obligas al corazón o a la respiración a trabajar por encima de sus posibilidades, lo que se provoca es una falta de oxígeno en el cerebro. El cerebro necesita irrigación y esa falta de irrigación implica falta de oxígeno o de glucosa".
Todos hemos sufrido un mareo en algún momento. La prueba de que no somos nada originales es que supone el 10% de las consultas en Atención Primaria; es más habitual en personas mayores y el doble en mujeres que hombres. Realmente, el mareo es un síntoma que puede ser debido a numerosas causas, algunas benignas (por ejemplo, un vértigo posicional) pero otras más importantes, como trastornos neurológicos o cardiovasculares.