Así afecta la vivienda a la salud mental de los jóvenes: preocupación por volver a casa de los padres y más depresión
Un nuevo estudio relata la situación del acceso a una casa en España y sus consecuencias emocionales y patológicas
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Los problemas relacionados con la vivienda están afectando a todos los aspectos, más allá de los económicos, y la salud mental no escapa a ello. El 38% de la sociedad ha sentido angustia ante la posibilidad de perder su vivienda, ser desahuciado o tener que volver a casa de sus padres. Además, ciertas patologías, como la depresión, tiene mayor incidencia en los inquilinos que en los propietarios: un 29% frente a un 20%. "La situación de la vivienda afecta a la salud mental, particularmente a las personas que no pueden acceder. Un estudio revela que los propietarios tienen menos depresión y ansiedad que otros que tienen que luchar en contra de la situación económica. Como era de esperar, a los jóvenes les afecta más", explica José Miguel Gaona, psiquiatra forense.
Estos son algunos de los datos que se pueden extraer del estudio Situación de la vivienda en España. Una visión holística, elaborado por GAD3 para el Consejo General de la Arquitectura Técnica en España (CGATE), que ha sido presentado este jueves.
En este análisis se ha abordado desde múltiples perspectivas cuál es la situación que atraviesa el país al respecto y, entre otras cuestiones, ha destacado si la sociedad ha experimentado diferentes estados de ánimo, e incluso patologías, en el hogar. El 41% de las personas en alquiler y el 25% de los propietarios han sentido soledad. Si se analiza la depresión, los porcentajes son más bajos, pero siguen siendo significativos, pues el 20% de las personas que tienen una casa en propiedad ha padecido depresión; esta cifra es mayor hasta alcanzar casi el 30% en las personas que alquilan.
Otra de las cuestiones que se ha estudiado es el impacto de algunas de las características de la vivienda en el estado emocional. “La ubicación, la iluminación y la ventilación son los elementos que tienen mayor influencia positiva en la salud mental”, ha afirmado Narciso Muchavila, presidente de GAD3, quien ha presentado este estudio.
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Gaona, quien también es escritor, ha sido uno de los protagonistas del coloquio que ha acompañado al informe, donde se ha abordado desde diferentes aristas la situación de la vivienda en el país. Este facultativo ha estudiado cómo los comportamientos de las personas están mediatizados por multitud de factores, incluidos los físicos, y en este punto las particularidades de cada casa, como la luz, se tornan en un pilar. “Este factor tiene que ver con los ritmos circadianos, que van a mediar en nuestra fisiología, en parte, y en nuestro estado de ánimo. El espacio también tiene mucho que ver, es tremendamente importante”, ha asegurado.
Las consecuencias de contar con una vivienda en la salud mental tiene un trasfondo "casi de tipo filosófico", según el psiquiatra. "Tener un hogar es algo que llevamos en el ADN desde hace 40.000 años. Si uno no ve que hay salida y no tiene esperanza, uno de los pilares de los humanos, es más vulnerable", ha afirmado.
El acceso a la vivienda, el gran problema de los jóvenes
El presidente del CGATE, Alfredo Sanz, ha recordado que tener una vivienda digna está reconocido como un instrumento en los Derechos Humanos y que no abordar el acceso a ella “hace que muchos otros derechos están cuestionándose”. Además, se es consciente de la preocupación que hay en torno a esta cuestión. “Esto es una puesta en común de un problema que se está instalando entre los primeros que más preocupan a la sociedad”, ha asegurado.
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Precisamente, este análisis, basado en más de 1.200 encuestas a ciudadanos de más de 25 años y en un repaso de las estadísticas españolas, pone de manifiesto que se encuentra en cuarta posición entre las mayores problemáticas para los ciudadanos, por detrás de la sanidad, los problemas económicos y el desempleo/calidad del empleo. Muchavila ha reflexionado sobre cómo ha variado esta cuestión a lo largo de los años: “Hemos conseguido resolver mucha parte de los problemas como la educación, el modelo de trabajo, el transporte público o las nuevas tecnologías. Sin embargo, no hemos resuelto el principal: el acceso a la vivienda”.
Si se pone el foco en los menores de 30, la vivienda ocupa el primer puesto entre las preocupaciones. “Los jóvenes consideran que la vivienda se está convirtiendo en un privilegio al que tienen difícil poder acceder”, ha defendido. Además, el acceso a una vivienda en este sector poblacional está "afectado" por el turismo.
"En los jóvenes no solo se trata de tener una vivienda, sino que tiene que ver también con otras sensaciones y sentimientos de autonomía, independencia y la posibilidad de formar una familia", ha ahondado el psiquiatra.
Los problemas relacionados con la vivienda están afectando a todos los aspectos, más allá de los económicos, y la salud mental no escapa a ello. El 38% de la sociedad ha sentido angustia ante la posibilidad de perder su vivienda, ser desahuciado o tener que volver a casa de sus padres. Además, ciertas patologías, como la depresión, tiene mayor incidencia en los inquilinos que en los propietarios: un 29% frente a un 20%. "La situación de la vivienda afecta a la salud mental, particularmente a las personas que no pueden acceder. Un estudio revela que los propietarios tienen menos depresión y ansiedad que otros que tienen que luchar en contra de la situación económica. Como era de esperar, a los jóvenes les afecta más", explica José Miguel Gaona, psiquiatra forense.