Consejos para padres de niños con TDAH en la vuelta al cole: la 'receta' de los expertos
La anticipación, las rutinas y la comunicación son algunas de las recomendaciones para facilitar la rutina a niños con este trastorno
La vuelta a la rutina después del verano nunca es fácil, ni para adultos ni para los más pequeños. Este momento de cambio se agrava aún más si la persona padece un trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH): "No les es fácil". Ana Larrosa es la madre de Alex, un joven de 15 años con TDAH que acaba de empezar el instituto. Para él, los tiempos son diferentes al de sus compañeros y la adaptación total la consigue después de un mes, aproximadamente. La organización de los tiempos, la comunicación, la anticipación y el tiempo son algunas de las claves que señalan los expertos para que el proceso sea lo más fácil posible.
La neuropsicóloga Nuria Malibrán puntualiza que el retorno a las aulas supone un momento de cambio para todos los niños, pero que a aquellos que tienen un TDAH les cuesta especialmente. “Cuando sobreexpones a una persona a aquello que le cuesta y por lo que suele recibir fracaso, castigo y/o recriminaciones, es normal que genere aversión y que en determinadas situaciones pueda generar un rechazo al colegio”, explica. Larrosa comparte la complejidad que conlleva septiembre: “A Alex le cuesta muchísimo más, sin lugar a dudas. Por ejemplo, a las personas con este trastorno, cuando tienen las vacaciones de Navidad y Pascua les lleva un mes, como mínimo, asentarse”.
Natalia López, madre de Mario (9 años), observa cómo su hijo tiene más dificultades y necesita más apoyo. "Los de su edad son más independientes, él no", sintetiza.
La vicepresidenta de la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental (SEPSM), Marina Díaz Marsá, resume esta situación en que supone volver a enfrentarse a un sistema educativo que muchas veces “no les es fácil”, pues con sus dificultades tiene que esforzarse más en adaptarse a las normas, en estar muchas horas sentados prestando atención. Todo esto sin olvidarse de la relación con sus compañeros, donde también influye el trastorno porque las conductas impulsivas hacen que tengan complejidades en las relaciones interpersonales. “Es un pequeño estrés añadido a su situación en el mundo, pero eso no quiere decir que no pueda ser superado con éxito”, puntualiza la psiquiatra.
La 'receta' para padres con niños que tienen TDAH
Ambas expertas elaboran una receta para que los padres conozcan cuáles son las mejores pautas para cuando un niño con TDAH retoma el colegio.
Las recomendaciones de Malibrán son:
- Evitar que coincida con otros cambios.
- Volver unos días antes de vacaciones para favorecer la vuelta al ambiente habitual y rutina diaria.
- Ir, paulatinamente, ajustando los horarios.
- Hablarle del colegio y avisarles de lo que va a suceder, siempre desde la perspectiva del ánimo.
- Anticiparle cualquier información de la que se disponga.
- Hacer el camino al colegio algún día previo.
- Mantener informado al profesorado de los resultados de la evaluación neuropsicológica y el diagnóstico del menor.
La psiquiatra Díaz Masá, por su parte, se decanta por:
- Repetir las tareas, como una estrategia ante las disfunciones en la función ejecutiva de la memoria del trabajo.
- Prestar más atención: “Toda la que no tienen ellos se la tenemos que prestar nosotros para que puedan fijar instrucciones y tareas”.
- Proporcionar más tiempo, a nivel escolar y en casa, para realizar las tareas.
- Dedicar tiempo al ocio.
- A nivel social se tiene que hacer entender a la persona sobre cómo funcionan los grupos, recomendarles que no se precipiten en las conductas y que pregunten a los demás sobre cómo se encuentran.
- Ayudar en la organización de agendas, alarmas e incluso de un ritmo adecuado de sueño.
- Establecer rutinas y tiempos.
Precisamente, marcar una rutina es una de las aliadas para estos padres. Larrosa suele mantener unos horarios estables durante todo el año, aunque el verano es más flexible. “Tiene que seguir llevando una estructura y una planificación del día”, comenta.
López, por su parte, también se apoya en unos hábitos concretados. “De lunes a viernes es siempre lo mismo: colegio, un rato de televisión cuando vuelven, luego extraescolares o terapia, según el día y luego hacer los deberes, cenar, lavarse los dientes e irse a la cama. Todo eso parece poco, pero a los niños con TDAH les cuesta un montón”, relata.
Para la vuelta al colegio, esta madre ha dedicado parte del tiempo a proporcionar toda la información que pudiese requerir su hijo. “Estaba un poco asustado con cuarto, pero ya le dijimos que los grandes saltos eran en primero y en tercero. Es simplemente una continuación para adquirir más conocimientos, pero la metodología sigue siendo la misma”, comenta.
Retornar a los pupitres no está siendo fácil. “Volvemos a tener problemas con la medicación, hemos empezado mal”, resume. El año pasado comenzó de la misma manera, pero luego todo “fue fluyendo” y “fue a mejor”. “Iba muy contento al cole, estaba integrado, terminó con unas notas muy buenas…”. Mario sigue yendo contento, pero su madre asegura que “no puede” hacerlo todo por no contar con el tratamiento adecuado. “Él mismo me dice que está en una nube. Entonces, otra vez, el comienzo de curso lo empezamos por los aires. Es muy frustrante”, asegura.
Los profesores y su apoyo a niños con TDAH
Alex está “bastante” contento en el instituto por sus nuevos profesores. Los docentes también son protagonistas para el desarrollo del año académico de estos alumnos. Larrosa ha tenido una tutoría para explicarle las adaptaciones que su hijo requiere y que están registradas y formalizadas. López la tendrá próximamente, pues también quiere saber por qué Mario ya no cuenta con la persona de apoyo que le ha acompañado en tiempos anteriores. "Me sorprende que no sepan de qué va el tema, que no tengan información precisa de lo que tienen en clase", critica.
Las sanitarias tampoco se olvidan de la labor docente y explican algunas tareas que serían recomendables:
- Ubicar a los niños cerca del profesor, en primera fila y lejos de ventanas.
- Que el docente conozca las dificultades y se implique en que el niño haya entendido las instrucciones.
- Contacto regular con los padres.
- Mantener la atención del niño, haciendo que las actividades sean más divertidas y menos rutinarias.
- Acompañar y apoyar al alumnado.
- Ofrecer instrucciones claras, precisas y cortas.
- Proporcionar material que le ayude a organizarse.
- Externalizar las normas de clase.
- Alternar trabajo que requiere tiempos atencionales largos con otro que no requiera mucha atención
- Evitar excesivas repeticiones.
Más allá de encontrar una herramienta de apoyo en los docentes, existen asociaciones donde ayudan a compartir preocupaciones y proporcionan información precisa. Larrosa forma parte de una de ellas, Asociación de Padres para Niños y Adolescentes con Déficit de Atención e Hiperactividad (APNADAH). "Creo que son fundamentales porque puedes comentar situaciones que te pasan y anticipas muchas cosas", defiende.
La vuelta a la rutina después del verano nunca es fácil, ni para adultos ni para los más pequeños. Este momento de cambio se agrava aún más si la persona padece un trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH): "No les es fácil". Ana Larrosa es la madre de Alex, un joven de 15 años con TDAH que acaba de empezar el instituto. Para él, los tiempos son diferentes al de sus compañeros y la adaptación total la consigue después de un mes, aproximadamente. La organización de los tiempos, la comunicación, la anticipación y el tiempo son algunas de las claves que señalan los expertos para que el proceso sea lo más fácil posible.