Crononutrición: cuándo debes comer para tener una mejor salud
Ya no solo es importante lo que comemos, sino también cuándo lo hacemos. Esta tendencia se está abriendo paso en los últimos años
Parece que, a medida que profundizamos en la ciencia de las comidas, estudiar el posible beneficio entre nuestros hábitos alimentariosy los ritmos naturales de nuestro cuerpo podría ser interesante para el mantenimiento de la salud metabólica y la prevención de enfermedades como la obesidad, la diabetes y los trastornos cardiovasculares. Pero primero, entremos en la materia.
La crononutrición explora cómo los diferentes momentos del día pueden afectar la forma en que nuestros cuerpos procesan los nutrientes.
Todo tiene que ver con el reloj circadiano, el reloj interno del cuerpo que regula varias funciones fisiológicas como los patrones de sueño y vigilia, la liberación de hormonas o el metabolismo. Por ejemplo, nuestros cuerpos generalmente son más eficientes en el metabolismo de carbohidratos durante la mañana que por la noche.
Esto se debe a las fluctuaciones naturales en la sensibilidad a la insulina y el gasto de energía, que están regidos por nuestros ritmos circadianos. Por eso solemos dar prioridad a la primera comida de la mañana, el desayuno, ya que podemos aprovechar la mayor eficiencia metabólica del organismo en este momento del día y tener una mejor gestión de la energía y control de la glucosa a lo largo del día. Pero, ¿es lo adecuado para todo el mundo?
¿Cuándo debemos comer?
Ahora, un reciente estudio dedicado precisamente a la crononutrición y publicado en la revista Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics, ahonda en la compleja interacción entre los patrones de alimentación temporales, los ritmos circadianos y el metabolismo para determinar cuál es el mejor momento para ingerir alimentos.
Los investigadores destacan que cuando consumimos alimentos en horarios inusuales, como tomarnos un tentempié o incluso un bocata de madrugada, o mantenemos patrones de alimentación irregulares, como llevar distintos horarios de comida habitualmente, alteramos este delicado equilibrio. Y es que esta desincronización en los horarios de comidas puede provocar trastornos metabólicos, ya que la capacidad de nuestro cuerpo para procesar y utilizar los nutrientes depende en gran medida de estos ritmos circadianos, apuntan los expertos. Otro ejemplo: cenar muy tarde puede provocar aumento de peso, alteración de la tolerancia a la glucosa y resistencia a la insulina, todos ellos precursores de enfermedades más graves como la diabetes tipo 2.
“Muchas personas dejan de seguir las dietas estándar que restringen las calorías porque se frustran por tener que controlar regularmente la ingesta de alimentos día tras día”, explica Krista Varady académica del Departamento de Kinesiología y Nutrición de la Universidad de Illinois (Estados Unidos) y coautora del trabajo.
Estudio pionero
Explorando los efectos del ayuno intermitente, del que Varady es amplia experta, los investigadores examinaron la viabilidad de comer dentro de un período de 8 horas como estrategia para la pérdida de peso y el control de la glucosa entre adolescentes con obesidad y diabetes tipo 2 de nueva aparición. Señalaron que, aunque hacer ayuno intermitente no es más efectivo que otro tipo de intervenciones dietéticas para el control del peso, estos protocolos ofrecen un enfoque alternativo y sencillo para abordar la obesidad al omitir la necesidad de contar calorías.
"Las futuras pautas de salud pública podrían incluir recomendaciones sobre el horario de las comidas"
“El ayuno intermitente ha surgido como una de las dietas más populares para bajar de peso en los últimos años. La dieta se puede definir, en términos básicos, como períodos de alimentación alternados con períodos de no alimentación”, explica Krista Varady académica del Departamento de Kinesiología y Nutrición y coautora del trabajo. “Si bien la pérdida de peso es importante, tener una dieta con una amplia variedad de alimentos ricos en nutrientes, como frutas, verduras y legumbres, es fundamental para mantener un estado nutricional completo. Estos alimentos pueden ser económicos y culturalmente apropiados”.
Este enfoque ayuda a sincronizar nuestros hábitos alimentarios con nuestro reloj circadiano, lo que potencialmente conduce a mejores resultados metabólicos, mejor control del peso y menores riesgos de enfermedades crónicas.
Parece que, a medida que profundizamos en la ciencia de las comidas, estudiar el posible beneficio entre nuestros hábitos alimentariosy los ritmos naturales de nuestro cuerpo podría ser interesante para el mantenimiento de la salud metabólica y la prevención de enfermedades como la obesidad, la diabetes y los trastornos cardiovasculares. Pero primero, entremos en la materia.